La ensalada es un básico de mi cocina. Siempre hay una sobre la mesa, sea la estación del año que sea. Puede ser una ensalada sencilla de tomate y lechuga o puede ser una tibia que incluya frutos secos o queso. La cuestión es comer vegetales y fruta, especialmente en crudo.
Esta ensalada que te traigo hoy la hago muy habitualmente en casa, pero desconocía que era una clásica ensalada turca. La combinación de tomate, cebolla roja y granada es una maravilla, así que no me extraña que en Turquía o en Irán sea algo típico. Lo supe leyendo a Ottolenghi. Tengo un par de libros de este mago de la cocina de Oriente Medio y Próximo y “Exuberancia” me fascina. Así es como percibo yo la cocina vegetal: no como acompañante o comparsa de ningún otro alimento, sino como firme protagonista de cualquier mesa. Te invito a echar un vistazo a ese manual de la cocina vegetal. Y no, no hay que ser vegetariano, ni vegano, para amar el mundo vegetal. Bastan el sentido común y la imaginación en la cocina.
Y no, no hay que ser vegetariano, ni vegano, para amar el mundo vegetal. Bastan el sentido común y la imaginación en la cocina.
Alimentos de temporada: los mejores para ti y para el planeta
Para muchos puedo ser una pesada. Me consta que así me ven incluso algunos amigos; siempre hablando de lo que es bueno para la salud y para el medioambiente. Pues lo soy y seguiré empeñada en que nos conscienciemos todos de la importancia de comprar solo productos de temporada. Es mejor para la salud, para el planeta, para el bolsillo y para disfrutar del máximo sabor.
Ya sé que todos queremos comer aguacates en cualquier mes del año, o, como decía Danza Invisible, “naranjas en agosto y uvas en abril“. Esta obsesión prepotente nos llevará a una aceleración del cambio climático. De boquilla nadie quiere eso, pero es a lo que nuestros actos contribuyen. Quizás debamos hablar menos y hacer más. Lo natural y saludable es comer local y de temporada. Si ahora hay mangos, granadas y mandarinas, pues disfrutemos de esa fruta y no de otra que venga del quinto pino, consumiendo recursos y dejando una huella de CO2 muy perjudicial. ¿Por qué nos cuesta tanto comer con sentido común y consciencia?
¿Por qué nos cuesta tanto comer con sentido común y consciencia?
Ahora podemos disfrutar de mandarinas, naranjas, mangos, granadas, uvas, peras, manzanas, chirimoyas, kiwis, caquis, plátanos… En algunos sitios de clima cálido, aún se estira la temporada de los tomates. Y con algunos de estos ingredientes haremos esta sabrosa ensalada.
La granada
La granada es el fruto de un árbol pequeño o arbusto llamado granado o, en su terminología botánica, punica granatum. Proveniente de Oriente Medio (se cree que de Irán), es uno de los árboles mediterráneos por excelencia, de ahí que se consuma desde muy antiguo en toda la cuenca mediterránea, aunque también se da en climas tropicales y subtropicales. De hecho, la flor del granado era un símbolo de fertilidad en las culturas de la Antigüedad y con la fecundidad se asociaban sus preciosas semillas.
Las semillas de la pulpa de la granada son jugosas, carnosas y agridulces. No hay quien se resista a ellas, ni por su aspecto, ni por su sabor. Además, sabemos por numerosos estudios, en los que España es pionera, dado que es uno de los principales productores a nivel mundial, que la granada es un potente antioxidante gracias a la gran cantidad de minerales que posee.
Ensalada turca de otoño
INGREDIENTES
- 1 tomate grande carnoso y maduro.
- 1/2 cebolla morada.
- 1/2 granada.
- 1 diente de ajo.
- 2 ramitas de hierbabuena.
- 3 cucharadas de vinagre de manzana.
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- sal marina gruesa.
ELABORACIÓN
1º) Picar finamente la cebolla. Mientras más fina y pequeña, mejor. Mézclala con el vinagre y déjalo que actúe durante 15-20 minutos, antes de incorporar el tomate cortado en daditos y todo el jugo que suelte.
2º) Majar el ajo. Maja el ajo, mézclalo con la sal y el aceite e incorpóralo a la cebolla y el tomate.
3º) Desgranar la granada. Pon la parte cortada de la granada sobre la palma de tu mano, con los dedos separados, y con una cuchara, golpea el otro lado (la cáscara). Irán despegándose los granos e irás recogiendo la piel blanca de la fruta. Si cae alguna junto con los granos, retírala. Añade las semillas de granada a la ensalada.
4º) Remover. Mézclalo todo bien, añade las hojitas de hierbabuena enteras y sirve en una fuente amplia o en bolecitos individuales.
Ottolenghi añadió orégano a su ensalada, pero como esta es mi versión, he creído que la hierbabuena le iría mejor, pues fomentaría el contraste y un extra de frescor y sabor. ¡Y de aroma!
Espero que te haya gustado esta ensalada turca de otoño y te animes a introducir más platos con ingredientes de temporada en tu dieta.
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Me chifla Ottolenghi y su filosofía de las verduras es mi religión absoluta! Siempre que doy con alguna verdura rarilla (que a veces pasa con las verduras locales y de temporada jaja) me voy a sus libros (los tengo todos y son de los que más recetas he preparado y repetido que es una señal que no engaña) y salen maravillas… como esta ensalada que a mi me vuelve loca… y cuando no tengo granadas frescas pues añado melaza de granada al conjunto y es un lujazo con yerbabuena orégano o cilantro!
Besos y feliz fin de semana,
Palmira
Si hay algo que me gusta es una buena ensalada y ésta es una delicia pura mi Lau!!!
Un fuerte abrazo y mucha buena vibra!