Seguramente ya has podido entender y asimilar lo importante que es la luz en fotografía (recuerda el post sobre la exposición). Sin ella, haya más o menos, sea de un tipo o de otro, no habrá fotografía, por eso es fundamental que interiorices la mecánica de la luz a la hora de usar tu cámara, especialmente si manejas una reflex. Prométeme que, si no lo has hecho ya, te pondrás a ello. Bueno, siempre y cuando sea verdad que quieres aprender a usar tu cámara y mejorar tus fotografías. En caso contrario, tampoco pasa nada si no lo haces.
Cuando tomamos la cámara en nuestras manos, a menudo creemos y queremos que ella hace todo, pero no es así cómo funciona. La cámara es una herramienta y nosotros somos quienes la dirigimos y la ajustamos en función de lo que queramos obtener. En este sentido, me parece necesario reseñar tres aspectos:
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Entender la luz como concepto y estudiar la luz de la que dispones en un determinado momento.
Es fundamental entender la luz y sus cambios, cuál es su origen, qué color tiene, cuál es su intensidad… Para ello, quizás sea necesario que planifiques tus sesiones de fotos y hagas distintas pruebas variando los ángulos (echa un vistazo a este post), etc.
Cuando hago mis fotos gastronómicas, la luz natural lo es todo. No uso luz articial, salvo en casos de fuerza mayor. No me gusta y la evito porque no tengo la necesidad de recurrir a ella. Normalmente hago las fotos entre las 12 y las 17:00 horas, dentro de casa, disponiendo de dos zonas con orientaciones distintas para ello y las uso según la clase de luz que vaya buscando. Si realizo fotos en exterior, pienso qué quiero reflejar, qué ambiente busco, antes de concretar la hora o el día en el que salir. Reconozco que me gusta mucho más el otoño y el invierno que el verano a la hora de salir a la calle a capturar instantáneas, aunque hay escenas veraniegas muy bonitas y de las que no reniego.
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Si vas a hacer tus fotos al aire libre…
… evita las horas de mediodía, cuando el sol está en su punto más álgido y alto, porque proyecta unas sombras muy feas, aunque, claro, todo depende de lo que busques. Los espacios al aire libre, pero en zonas de sombras amplias y abiertas (árboles, edificios, porches…), así como los días nubladitos son perfectos para fotos de retrato, por ejemplo.
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Si vas a hacer tus fotos en interior…
… tendrás que hacerte con una ventana, puerta o cualquier abertura por la que entre luz suficiente. La ventana será tu aliada, tu amiga, tu compañera de fatigas, por lo que debes conocer qué luz entra en cada momento del día y en cada estación. Necesitarás poder contar con un difusor en caso de mucho sol (una cortina clara y fina, por ejemplo) y uno o varios reflectores para rebotar la luz si se requiere.
Analicemos ahora la luz. En general y sin que sea una lista cerrada, la luz puede clasificarse de las siguientes maneras:
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Según su origen:
⇒ Luz natural: es aquella que proviene del sol y que puede estar afectada por distintas condiciones atmosféricas (nubes, hora del día, etc.)
⇒ Luz artificial: la que procede de focos, bombillas, fluorescentes, etc.
En la foto de la izquierda, el salmón se encuentra iluminado por la luz natural que entra por una ventana y desde la izquierda. En la de la derecha, hay luz artificial de techo y las cortinas de lucecillas de detrás del panettone navideño.
Ambas clases de luz son gestionables y orientables de la misma manera. Sin embargo, nosotros, aquí y ahora, nos centraremos en la iluminación natural que podemos obtener de la luz del sol que entra a través de una ventana, puerta, claraboya… Esa es la luz que nos va a inspirar este artículo.
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Según su calidad:
⇒ Luz dura: aquella que produce sombras muy marcadas. Se da, normalmente, en días muy despejados y a mediodía.
La luz que el sol de mediodía proyecta en esta foto al aire libre y en completo descubierto es dura en exceso, por eso aparecen esas sombras tan oscuras en las caras de Roseta y Samuel, así como la media cara del pequeño Leo. Salvo que busques un efecto muy dramático, que no era el caso, no retrates bajo el sol o sucederá esto.
⇒ Luz suave: aquella que produce sombras muy tenues y degradadas. Los días nublados son perfectos para lograr sombras muy tenues.
Roseta posó a mediodía y al aire libre, pero bajo la sombra de una enorme pérgola cubierta de plantas que impidió las sombras en su cara. Por eso la luz es tan suave y bonita en esta foto.
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Según su temperatura (repasar el post del balance de blancos):
⇒ Luz cálida (que vira al amarillo, anaranjado, rojo): cuando la temperatura de la luz está por debajo de 5500K, la luz es cálida. Fíjate en el hecho de que temperatura cálida no significa “caliente”, ni que queme.
En la foto de la izquierda, Mina, de Mortiz, posa al atardecer de un día de septiembre, en el que había un poco de calima en el ambiente. La foto de la derecha es un amanecer de noviembre. En ambos casos, la luz es suave y cálida.
⇒ Luz fría (que vira al azul): cuando la temperatura es superior a 5500K, la luz tiene a tener un aspecto azulado. No confundas temperatura fría en grados Kelvin con frío en grados centígrados. ¿De acuerdo? Mira el siguiente gráfico.
Esta foto fue tomada en junio a eso de las 14:00 horas. La luz es bastante dura, pero ni fría, ni cálida. Se supone que sobre los 5500K es la luz media o neutra.
Sabina herreña fotografiada en el mes de noviembre bajo un cielo completamente encapotado y bastante oscuro. La luz es fría y bastante suave. Personalmente me encanta fotografiar en días nublados.
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Según su dirección (no perdamos de vista a nuestra amiga la ventana):
⇒ Luz frontal: la cámara estará entre la ventana y el objeto a fotografiar, por lo que, evita cortar la trayectoria de la luz. En esta situación de luz frontal,
- la parte de atrás del objeto quedará más oscura o en sombras.
- no se apreciarán bien las texturas, las formas o los volúmenes. No es el mejor de los escenarios para fotografiar alimentos y yo casi no lo uso. Esto, que puede ser un hándicap, puede ser positivo, no obstante, para los retratos, puesto que los rasgos aparecerán muy suaves, las irregularidades de la piel más difuminadas y, lo más importante, los ojos con mucho brillo al recibir esa luz directa. ¡Cuánto nos gustan los ojos brillantes!
Fotografía tomada con luz frontal, utilizando un trípode colocado entre la ventana y el modelo que sujetaba el vasito de chocolate (receta aquí). Normalmente no hago fotografías con luz frontal en mis tomas gastronómicas, pero ese día creo recordar que estaba muy nublado y recurrí a ese escenario de luz. No obstante, como digo, es poco usual en mí.
⇒ Luz lateral: el objeto estará de lado a la ventana, por lo que
- su lado opuesto a la ventana quedará más oscuro o en sombras, cosa que se puede subsanar con un reflector.
- se apreciarán muy bien las texturas, las formas y, sobre todo, la profundidad. Esta es una situación lumínica muy buscada por los bloggers gastronómicos, porque los alimentos destacan mucho y sus colores son mucho más vivos. Es la dirección que yo más uso, aunque casi a la par con la de luz trasera que cada vez me gusta más.
- intenta que el ángulo que emplees sea de unos 45 grados, si quieres una luz suave y uniforme o de 90 grados, si buscas un efecto más dramático. Repasa el post sobre los ángulos.
Esta foto está tomada con luz natural desde la izquierda, el escenario de iluminación que más suelo utilizar en mis fotos de gastronomía. Me gusta el volumen y textura que muestran los alimentos.
⇒ Luz trasera o contraluz: el objeto a fotografiar se encuentra entre la ventana y la cámara. Ten en cuenta que esta luz
- destaca formas, volúmenes, texturas, profundidad y colores. Los fotógrafos de alimentos adoran la luz trasera, sobre todo por ese halo tan resultón que aparece casi fantasmal tras el plato de comida.
- requerirá probablemente de dos reflectores, uno a cada lado del objeto, para que la parte frontal del objeto no aparezca en sombras.
- puede hacer que el fondo aparezca muy quemado si usas un ángulo normal, así que intenta hacer un poco de picado o, incluso, bloquea la luz de la ventana con un reflector (o cartulina) negro colocado bajo la ventana y detrás del objeto. Bueno, eso salvo que busques ese efecto extremadamente claro detrás del objeto fotografiado.
La botella de ginebra resplandece a contraluz. De fondo un ventanal con una cortina de algodón transparente y de color crudo. Es una luz muy bonita y resultona para la fotografía gastronómica, así como para la de productos, especialmente los que sean brillantes, de cristal, etc.
⇒ Luz cenital: es aquella en la que el objeto es iluminado desde arriba, en su vertical. No es un escenario lumínico muy común, pero se da en ocasiones y es muy bonito. Piensa en iglesias y catedrales con esas vidrieras de colores en sus cúpulas o en las claraboyas o techos de cristal de algunas construcciones más modernas. Y… ¡No tengo fotos con luz cenital! ¡Ja!
Esta fotografía pertenece al fotógrafo canadiense Matt Wiebe, que hace cosas tan lindas como esta en la que la luz, desde arriba, ilumina a la chica y a su perro.
¡A practicar!
Si quieres compartir las fotos conmigo y el grupito, PINCHA AQUÍ y súbelas de una en una como comentarios del post de Facebook.
- EJERCICIO 1
Observa qué clase de luz empleas en tus fotos. ¿De dónde proviene con mayor frecuencia?
- EJERCICIO 2
Dentro de tu casa, realiza tres fotografías al mismo objeto , empleando luz frontal, lateral y a contraluz.
- EJERCICIO 3
En exterior, haz una foto buscando una luz cálida (recuerda, amanecer y atardecer, por ejemplo) y otra con luz fría (por ejemplo, cuando el día esté nublado)
[icon_list_item icon=’fa-asterisk’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#7a6526′ icon_top_gradient_background_color=” icon_border_color=’undefined’ title=” title_color=” title_size=”] NOTA PERSONAL
Si estás buscando a un gurú de la fotografía y a alguien que lo sabe todo y no siente miedo a equivocarse, este no es el sitio que buscas. Yo te cuento mi experiencia personal y profesional, sin guardarme nada que te impida entender de qué hablo. Te cuento lo que yo sé y cómo lo aprendí desde la humildad, aceptando que jamás sabré todo sobre este apasionante mundo de la fotografía. No pretendo ser más que lo que soy: una fotógrafa más y estoy dispuesta a abrirte las puertas de mis conocimientos. Si te apetece venir conmigo en mi camino de búsqueda y aprendizaje, creo que seré una buena compañía.
Tengo claro que necesito un reflector, Normalmente las fotos para el blog las hago con la luz desde un lado peeero sin reflector y veo que puede ayudarme mucho.
Probaré estos días con los ejercicios.
¡Gracias!
María, prueba con una simple cartulina blanca, o una hoja de porexpan. Puedes tener un porexpan blanco completo y otro forrado de papel de aluminio. No hace falta gastarse mucho.
😉
Me ha parecido muy interesante, siempre ando a vueltas con la luz y plato para arriba, plato para abajo jajaja….llevo con la idea de hacerme una caja para fotografiar un montón de tiempo pero nunca termino de ponerme a ello.
Muchas gracias!
Hola Eva, encantada de saludarte.
Te cuento… Yo tengo una caja de luz estupenda y no la uso. Creo que esas cajas con fabulosas cuando fotografías para un catálogo, por ejemplo, pero para un blog de cocina, creo que es mucho mejor buscar una ventana con una buena orientación. Te lo digo por experiencia propia, Eva. Es una luz mucha más natural y no pasa nada si se ven tus muebles de fondo o uno de tus manteles.
Te invito a que te quedes por aquí cerquita, para que veas cómo mejoras tus fotos si pones un pizquito de atención y practicas un poco.
Un besito y bienvenida.