En un día familiar el chocolate debe estar presente. No es que lo diga yo, es que es un mandato celestial y las estrellas así lo mandan. ¿Quién soy yo para oponerme a ellas y negar a los humanos un capricho tan fundamental? Ya sé que me dirás que si es capricho no puede ser fundamental, porque son antónimos y no voy a negarte la mayor. Si me haces elegir, elegiré: el chocolate es fundamental en la vida de las personas. No sé si hay muchas más cosas que me hagan sentir tan feliz. La felicidad tiene a menudo color chocolate.
Mis lectores y seguidores saben que no suelo publicar recetas de repostería de manera habitual. No soy una persona golosa ni muy amante de los sabores dulces y puedo asegurar que lo que ves en el blog es lo que comemos en casa o preparo para algún evento especial. Expongo lo que comemos en casa, sin trampa ni cartón. Con ello pretendo demostrar, por un lado, que es posible comer de manera saludable, bonita y económica al mismo tiempo y, por otro lado, que cualquier comida es fotogénica, por simple que sea. Toda comida es fotografiable y puede ser bella, pero necesita que busques la forma adecuada de mostrarlo.
Sabes, porque siempre lo digo e insisto en ello, que la fotografía es para mí una manera de expresión. Igual que me gusta todo lo concerniente a la Lengua como vehículo de comunicación, recurro a la imagen como forma de contar mis historias y qué mejor manera de describir este fabuloso bundt cake de café y chocolate que con la cara de disfrute de quien no se cohíbe para comerlo. Los niños no se ocultan para disfrutar, por eso nos produce tanta euforia, risas y ternura mirarlos mientras lo hacen.
Así sucedió con Leo. Le pedí a él mismo que me dejara hacerle unas fotos, le puse un plato con un trozo de bundt cake y le dejé gozar. Sin cortapisas, sin frenos, sin pedirle que se pusiera de una manera determinada, sin reflectores ni difusores, sin más equipo que mi cámara, mi 50mm y yo tirada en el suelo. Cuando quieres contar una historia, poco más hace falta. ¡Y funciona!
La receta para hacer este pastelito tan fabuloso la encontré en el blog de mi amiga Déborah. En ocasiones anteriores había hecho bundt cakes siguiendo unos procesos un poco más estrictos, más complejos. Sin embargo, en esta ocasión, me fui a Mi toque en la cocina y se me fueron los ojos a un bizcocho que además ya había probado en una quedada de blogueros hace algo más de un año.
Si hay algo que me encanta de Deb es que no le tiene miedo a nada y menos aún a las recetas que pueden parecer un poco «estiradas». Ella convierte esas recetas en pan comido. Les arrebata el halo de misterio y las lleva a su terreno, porque Deb es ante todo una mujer práctica. ¡Eso me encanta! ¿Que es un bundt cake y hay que hacerlo así o así porque la repostería es alquimia con procesos matemáticos? Pues ella le da dos meneos y hace un pedazo de bundt en menos que canta un gallo y sin tanta bobería. Me gusta mucho su actitud frente a la cocina y es que, en ese sentido, nos parecemos mucho. Los demás pueden decir misa y no estar de acuerdo porque «es que las cantidades han de ser así so pena de fracaso estrepitoso», pero a nosotras nos sale ese bizcocho igual (o mejor) de riquísimo sin tanta percha y planchado. Es decir, sin tanta regla al milímetro.
Tengo que reconocer que, cuando compré el molde Bavaria de Nordic Ware, le tenía un poco de respeto, porque veía tanto paso en las recetas de algunos blogs que creo que hasta me salieron unas cuantas canas de golpe. Ya sabes que a mí no me van el exceso de pasos ni la rigidez en las medidas. Me agobio y termino por no preparar esa receta o, de hacerla, no disfruto con ella y yo me niego a cocinar si no me divierto por el camino. Soy una mujer de pocas complicaciones, a la que le gusta comer bien sin tener que hacer el pino puente o estar cinco horas entre calderos y fogones. Por eso me gustó tantísimo la receta de este bundt cake en el blog de Deb.
¿Qué tiene de especial este bizcocho? Se trata de un bundt cake tan exquisito que alcanza lo sobrenatural. Sí, sí, sobrenatural porque excede los términos de la naturaleza, tal y como dice la RAE. Es una delicia y hará muy felices tanto a chocolateros como a amantes del café. Y es todo eso sin demasiada complicación. ¡Palabrita de la buena! Por supuesto, yo también he introducido un par de tuneos, aunque seguro que Déborah no me los recrimina.
Bundt cake de café y chocolate
INGREDIENTES (molde Bavaria de Nordic Ware, para 10 tazas):
- 500 ml de café (ya hecho)
- 250 g de mantequilla sin sal
- 100 g de cacao puro sin azúcar y de la mejor calidad
- 300 g de harina de repostería
- 300 g de azúcar panela
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de sal marina fina
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 2 huevos talla L
- 1 cucharadita de pasta de vainilla
- 200 g de chips o perlas de chocolate con alto porcentaje de cacao (y sin azúcar)
- para la cobertura del bundt: cubitos de almendra, 100 g de chocolate de cobertura (con alto porcentaje de cacao y sin azúcar), 25 g de mantequilla sin sal y 50 ml de nata para repostería.
ELABORACIÓN
1º) Calienta el café, añade la mantequilla y el cacao. Remueve bien para que se mezcle todo bien, pero no dejes que hierva. Incorpora el azúcar, remueve bien y deja que pierda un poco de calor.
2º) Bate los huevos con la pasta de vainilla. Cuando hayan blanqueado, incorpora la crema de café, mantequilla, azúcar y cacao. Bate con las varillas y apreciarás que la mezcla sube, aumentando un poco su volumen. Tenlo en cuenta a la hora de elegir los boles donde realices los batidos.
3º) Tamiza la harina, el bicarbonato, la canela y la sal. Agrega estos ingredientes secos de dos veces a la crema anterior, integrándolos con movimientos envolventes.
4º) Añade los chips de chocolate y remueve para que se distribuyan por la mezcla.
5º) Engrasa a consciencia el molde que vayas a usar, espolvorea cacao en polvo cubriendo todo el interior y sacude el exceso. Vierte dentro la mezcla chocolateada, repartiéndola bien. Ten en cuenta que están los chips y que no deben quedar todos en el mismo lado del molde. Coloca un paño de cocina doblado sobre la superficie de trabajo y, sujetando bien el molde, golpéalo contra el paño para que la mezcla se asiente bien y no queden burbujitas de aire en el bizcocho (algunas pequeñitas son inevitables, así que no te martirices).
6º) Hornea a 170ºC, calor arriba y abajo (sin aire) durante 50 minutos o hasta que, al introducir un palito de madera, este salga limpio y seco.
7º) Saca del horno y deja que transcurran 10 minutos.
8º) Vuelve a golpear ligeramente el molde contra la superficie de trabajo cubierta por un paño de cocina doblado. Agita el molde con determinación hasta que observes que el bizcocho se ha despegado bien. Dale la vuelta y desmóldalo sobre una rejilla para que se enfríe completamente.
9º) Prepara la cobertura. Para ello calienta la nata y, antes de que hierva, retírala del fuego. Añade la mantequilla y el chocolate y mezcla bien hasta que aprecies una pasta espesa y brillante. Viértela por la cima del bundt como más te guste. Corona el bizcocho con los cubitos de almendra antes de que la cobertura de chocolate se enfríe completamente.
A tener en cuenta
- Las medidas de esta receta se corresponden con el molde Bavaria de Nordic Ware (10 tazas). La mezcla cubre por encima del 75% del molde y, al cocerse, cubre el molde casi al completo, incluyendo esa línea que tiene en su base. Al principio me pareció que, quizás, era demasiada cantidad, pero, al hornearse a temperatura no demasiado alta, el bizcocho crece muy bien y progresivamente, llenando casi todo el volumen. ¡Sale un bundt grandote!
- La diferencia fundamental que yo he encontrado entre el método para hacer esta receta y otras que he hecho anteriormente (ve aquí o aquí) o que veo en otros blogs es que esta tiene muchos menos pasos y estos se corresponden con mezclas o batidos agrupados por ingredientes. Si no me entiendes bien, lo mejor es que leas la receta bien y pruebes a hacerla. A mí me parece muchísimo más sencilla; más semejante al proceso de mis queques habituales.
- Si quieres poder repartir bien la mezcla de los chips de chocolate sin preocuparte al verterla en el molde, otra opción es que añadas los chips cuando la mezcla ya esté en el molde. Los echas dentro y con un tenedor los vas hundiendo con cuidado.
- Como mi bizcocho lo iba a comer un niño y alguien que no puede tomar cafeína, lo hice con café descafeinado.
- En mi familia, salvo excepciones, somos poco golosos. Nos gustan los dulces poco dulces, por eso yo restrinjo mucho la proporción de azúcar y a la cobertura no le suelo poner. Si tú eres de los muy golosos, ya sabes que debes hacer.
- El sabor del café es testimonial, porque lo que hace el café es acentuar el sabor del chocolate. La canela aporta un aroma realmente espectacular. No la dejes fuera de este bizcocho.
Espero que disfrutes de este maravilloso bizcocho con mucho sabor a chocolate.
¡Jo, que bueno se ve! Tiene que estar de vicio. Su carita ya lo dice todo. Además se ve muy jugosito. ¡Me lo apunto!
Feliz día.
Es muy fácil de hacer, María y, aunque es un bundt en cuanto a ingredientes (ya sabes, mantequilla), es un dulce delicioso y potente. No se puede abusar de cosas como esta, pero de vez en cuando saben a gloria.
Gracias por pasarte. Muacccc
Qué adecuado el chocolate para hoy…. me encanta la idea de este bundt de choco y café. Pues mira, tienes razón en todo, pero yo soy todo lo contrario …me gustan las recetas largas, Huyo de las grandes recetas en tres pasos como de los libros de autoayda. Me gusta complicarme. Recetas de puchero de abuela con mucho chup chup. Los pasos a veces son inevitables…pero también en tardes rápidas pasteles así te solucionan un acto y uno queda como un señor…o señora. Tiene que haber de todo.
Feliz día preciosa, I genial la sesión fotográfica de leo.
Es bueno ofrecer la alternativa siempre, Montse. Yo me reconozco cada día más práctica y con menos ganas de estar mucho rato en la cocina. No es porque no me guste cocinar, es porque cada día me gusta menos «hacer mucho» los alimentos. De ahí mi amor por la cocina asiática, de tiempos mucho más breves que nuestros chups chups. Me gustan los chups chups, claro, pero normalmente voy más hacia salteados y comidas que requieran poco tiempo y se mantengan más crujientes y «crudas» por así decirlo. Pero oye, en la variedad es donde está el gusto, ¿no?
Y coincido contigo: ¡no a los libros de autoayuda! Mucho mejor una buena novela o darse un paseo por la playa. ¡Dónde vamos a parar!
Me alegra que te guste la sesión de Leo. Da gusto fotografiar y pasar un rato con el Leoncito de la familia.
Besitossssssssssssss