A estas alturas creo que soy la única en toda la blogosfera que no había hecho un bundt cake. Bueno, había hecho uno antes de este, pero por motivos logísticos no lo había subido al blog. Por un lado, debo reconocer que soy una vaga impenitente para todo lo que sea dulces, bollos, bizcochos, etc. Este blog de cocina es el ejemplo más claro de que las recetas dulces no son mis preferidas, pero es que, además, cuando hago una tengo que mentalizarme dos semanas antes. Solo me motivo si sé que voy a ir a alguna reunión familiar o de amigos en la que me han solicitado que haga algo dulcito. En caso contrario, apago la luz del azúcar y yo sigo con mis sabores predilectos. Pero era el cumpleaños de mi padre y los setenta y cinco años que cumplía merecían mi esfuerzo.
Por otro lado, mi amiga Déborah, de «Mi toque en la cocina» me había prestado un mes atrás el precioso molde «Heritage» de Nordic Ware y me sentía compelida a hacer algo con él y a devolvérselo. ¡Gracias, Déborah! Antes de devolvérselo voy a probar a hacer otro bizcocho. ¡Palabrita que luego te lo devuelvo!
Volvamos al cumpleaños de mi padre… Setenta y cinco años no son moco de pavo y a él le gustan mucho los bizcochos, más que las tartas en sí. Y el café le encanta, así que le hice un bizcocho consistente, tipo bundt cake, con cacao y mucho café. Café por dentro y por fuera. Y más café por si alguien quería servirse más en su porción. Vamos, que fue una sobredosis de café. Eso sí, delicioso y muy aromático.
Tengo que hacer una protesta general y es que me costó horrores encontrar una receta que me gustara y fuese muy concreta y detallada. Me sentía muy insegura a la hora de hacer el bundt cake porque, cuando he leído sobre este tipo de bizcocho, todo el mundo contaba mil y un pasos, que había que hacer esto y no aquello, que si lo haces así te puede quedar mal, se puede romper, se puede… ¡Basta! Yo quería una simple y perfecta receta que seguir y no la terminaba de encontrar.
Mis amigas Teresa y Déborah tienen muchas recetas de bundt cake, pero yo necesitaba más detalles, quizás por esa inseguridad que sentía y que me hacía pensar que me saldría mal si no seguía al pie de la letra las instrucciones. También leí muchas recetas de Bea y su I love Bundt Cakes, maravilloso blog con infinidad de recetas e ideas para hacer bundt cakes. Sin embargo, voy a pedirles a ellas y a todos los que hagan bundt cakes que piensen en que habrá mucha gente como yo, que quiera hacer un bundt cake básico, clásico y sencillo y necesite una receta muy detallada, accesible y perfecta. Sí, ya sé que pido mucho, pero por pedir…
Me acordé de que Bea, de El rincón de Bea, es una de las máximas exponentes del bundt cake en España y me fui a su blog a curiosear. Yo quería saber los pasos básicos e imprescindibles para que un bundt cake salga bien y ahí encontré un post que me salvó la vida. Entre sus consejos, muy bien explicados, y las múltiples recetas de La cocina de Tesa y I love Bundt Cakes, logré sacar una receta ideal para mí, sobre todo para comenzar con esta clase de bizcochos. No digo yo que mi receta sea perfecta, pero a mí me quedó muy bien para ser la primera vez que me decidía a hacer un bundt cake en serio. Iré haciendo experimentos, pero parto de una receta sólida y fiable. Así que, si quieres, la puedes anotar.
Bundt cake de chocolate y café
[icons size=’fa-1x’ custom_size=» icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=» icon_color=’#82791c’ background_color=» margin=» icon_animation=» icon_animation_delay=» link=» target=’_self’] INGREDIENTES (para el molde Heritage de Nordic Ware):
Para el bundt:
- 225 g de mantequilla sin sal en pomada
- 180 g de azúcar panela
- 4 huevos tamaño L
- 250 ml de leche de almendras
- 60 g de cacao en polvo, puro y sin azúcar
- 2 cucharadas colmadas de café soluble
- 300 g de harina normal
- 2 cucharaditas rasas (de postre) de levadura en polvo
- sal marina fina
Para el glaseado de café:
- 80 g de azúcar morena
- 60 g de mantequilla sin sal
- 100 ml de nata para montar
- 70 g de azúcar glass
- 2 cucharadas colmadas de café soluble
- sal marina fina
Para el acabado:
- un puñado de avellanas ligeramente machacadas
[icons size=’fa-1x’ custom_size=» icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=» icon_color=’#82791c’ background_color=» margin=» icon_animation=» icon_animation_delay=» link=» target=’_self’] ELABORACIÓN:
1º) Calienta la leche y disuelve en ella el cacao, la sal y el café soluble. Remueve bien hasta que quede una especie de cremita de cacao. Resérvala hasta el momento de usarla, permitiendo que se enfríe.
2º) Mezcla la mantequilla en pomada con el azúcar, batiendo durante unos 4-5 minutos con un robot de cocina. Tiene que quedar una mezcla blanquecina y llena de aire.
3º) Incorpora los huevos batidos, de uno en uno y con cuidado de no bajar la mezcla de mantequilla y azúcar. No añadas el siguiente hasta que no esté completamente integrado el anterior. Yo usé la pala mezcladora de mi KA a velocidad media-baja.. Se trata de mantener la mezcla lo más aireada posible para que el bizcocho salga tierno y no como un bloque.
4º) Añade la crema de chocolate y café que tienes reservada y que deberá estar tibia o fría. Mezcla con cuidado de no bajar la mezcla. Emplea una lengua con movimientos envolventes o la pala de la KA a velocidad baja. Con cinco o seis vueltas es suficiente.
5º) Tamiza la harina y la levadura e incorpórala de tres veces a la mezcla. Mezcla con cuidado, pero con agilidad y movimientos envolventes. Puedes usar la pala de la KA a velocidad baja.
6º) Engrasa el molde. Si es un molde con mucho dibujo, como los clásicos de Nordic Ware para hacer bundt cakes, vapórizarlo con aceite vegetal (o píntalo con mantequilla derretida). Una vez vaporizado, coge una brochita y repasa cada cm del molde, de abajo hacia arriba. Espolvorea cacao en polvo dentro del molde, sacúdelo un poco y vierte toda la mezcla por un único lado, de modo que se vaya extendiendo por sí sola y recubriendo cada arista y cada dibujito del precioso molde. Con cuidado, sujeta el molde con las dos manos y da unos ligeros golpecitos sobre la encimera de la cocina cubierta por un paño, para asegurarte de que no quedan burbujas de aire grandes en el bizcocho.
7º) Introduce el molde sobre la rejilla del horno precalentado a 180ºC y hornea con calor arriba y abajo durante unos 55-60 minutos. Antes de sacar el bundt cake del horno, aségurate de que está completamente cocido introduciendo un palillo de madera hasta el fondo. Si sale limpio, tu bundt cake estará perfecto.
9º) Sácalo del horno y déjalo enfriar durante exactamente 10 minutos. Ni más ni menos. Cuando hayan transcurrido los 10 minutos, sujeta el molde con las manos (cuida de no quemarte) y da golpecitos suaves contra la encimera de la cocina protegida con un paño de cocina. Agita el molde de izquierda a derecha, de derecha a izquierda y de arriba abajo. Suavemente hasta que notes que todo el bizcocho está completamente despegado del molde. Coloca una rejilla encima del molde y dale la vuelta, con rapidez y agilidad, sin sacudir ni otros movimientos. El bundt caerá por su propio peso sobre la rejilla, donde terminará de enfriarse.
10º) Mientras el bundt se enfría, haz el glaseado de café. Pon la nata, la mantequilla, el azúcar morena, el café soluble y un pizquito de sal en un cazo. Caliéntalo mientras remueve suavemente. Cuando comience a hervir, retirarlo del fuego y empezar a añadir el azúcar glass hasta tener una consistencia de salsa muy espesa.
11º) Pon un plato bajo la rejilla donde está el bundt cake. Vierte la mitad de la crema por encima del bizcocho, cuidando de que cubra toda su superficie. Puedes ayudarte de una brochita para que el glaseado llegue a todas las aristas y hendiduras. Guarda la cremita de café sobrante en un frasquito de cristal junto con el sobrante depositado en el plato tras el glaseado.
12º) Añade las avellanas machacadas a la hora de servir el bundt cake. Colócalo en la mesa junto con una salsera con el glaseado guardado, de modo que cada invitado se añada un extra de la crema de café si le apetece.
A tener en cuenta:
- Se supone que a la hora de hacer un bundt cake, así como cuando se hacen los muffins, se mezclan los ingredientes húmedos por un lado y los secos por otro y luego se juntan. Yo he visto toda clase de versiones por internet, tanto en recetas españolas como en inglés y, al final, he decidido hacerlo como te he contado: azúcar y mantequilla, primero; luego los huevos uno a uno, luego la crema de cacao y café y, al final, la harina y levadura tamizadas. Creo que este orden mental funciona muy bien.
- La mayoría de recetas españolas se decantan por la nata para el bundt cake, pero la nata y yo no nos llevamos bien y sé que mi amiga Teresa, de La cocina de Tesa, a veces lo hace con buttermilk. Yo he terminado pensando que ni la nata ni el buttermilk son imprescindibles, así que me decanté por una riquísima leche de almendras y, oye, hice bien en usar mi sentido común. No entiendo tanta obsesión por usar nata en todo y, como no me gusta, pues yo la he quitado.
- Es importante no echar los huevos enteros, sino que es mejor incorporarlos batidos o semibatidos y de uno en uno, para no tener que mezclar mucho y bajar la crema de mantequilla y azúcar. Lo mismo con la harina: no incorporarla toda de golpe para no eliminar el aire que metimos en la mezcla de mantequilla y azúcar.
- El molde debe estar perfectamente limpio y sin restos de bizcochos anteriores. Es importante para el mantenimiento de un molde en buen estado, más estos moldes con tantos dibujos.
- Bea, de «El rincón de Bea», dice que cuando engrasamos el molde con la brocha y mantequilla (o aceite en spray) debemos hacerlo en la dirección en la que va a crecer y subir nuestro bizcocho. Es decir que debemos pintar de abajo arriba y no a la inversa. No termino de comprender la razón física, así que en otra ocasión experimentaré.
- El molde del bundt cake y, en general de todos los bizcochos, especialmente si tienen el agujero o chimenea central, debe colocarse sobre la rejilla del horno y no sobre una bandeja. A esto sí que le veo una razón física lógica y de comprobación empírica y es que, a través de la rejilla circula el aire del horno que pasa por el tubo o chimenea del molde y lo cuece con mayor eficiencia.
- Cuando sacamos el bundt cake del horno no debe intentar desmoldarse sobre la marcha. Debemos esperar 10 minutos. Si lo hacemos antes de 10 minutos, se nos puede romper y habremos malgastado ingredientes, energía y nuestro tiempo. Si lo hacemos habiendo pasado más de 10 minutos, el bizcocho habrá empezado a humedecerse más de la cuenta por el calor del molde, por lo que corre el riesgo de pegarse y de romperse al intentar desmoldarlo usando más fuerza de la que habría sido necesaria si lo hubiésemos desmoldado a tiempo. Así pues, recuerda: 10 minutos de reloj. Fue un consejo muy sabio por parte de Bea, de «El rincón de Bea».
- El glaseado de café fue una idea que me surgió al ver una receta de Bea, de «I love Bundt Cakes«. Ella hizo un glaseado de azúcar morena y yo partí de su glaseado, pero le añadí menos azúcar glass, porque quería un glaseado más fino que cristalizase y lo hice con sabor a café, de ahí el color de la recubierta de mi bundt cake.
Que bueno, se ve divino. Yo tampoco he hecho aún ningún bundt cake, más que nada porque no soy muy de repostería, prefiero la cocina salada. Lo que no me queda clara es la diferencia más allá del nombre y de la marca de los moldes entre un bundt cake y un bizcocho. ¿Es más jugoso? ¿Lleva una glasa o salsa por encima? No lo sé.
Un beso.
María, el bundt se hace con unos ingredientes determinados y es más consistente. Sin embargo, que me perdonen los puristas, no deja de ser un bizcocho más consistente porque se hace con mucha mantequilla. Yo voy a experimentar en ese molde con menos mantequilla e incluso sin. Los moldes son divinos. Joyas realmente…
Por cierto, lo delicioso del bundt cake, aparte de esa textura consistente y jugosa es que te dura varios días y a cada día que pasa, más rico está. ¡Si es que te dura!
¡Ah, vale! Sabía que algún matiz tenía que tener por ahí, pero no sabía cual era.
¡De nada!
Efectivamente se ve espectacular y no dudo que fuera una delicia. Los moldes son una maravilla y siempre que hay promoción me los quedo mirando sin saber cual me gusta más, y claro acabo sin ninguno, jajjaja !! Beso.
¡Me pasa igual! El sábado pasado estuve en una de mis tiendas favoritas de menaje de aquí y, entre pitos y flautas, no me llevé ninguno y sí un precioso molde de cerámica, rojo y ondulado, de Emile Henry. Llevaba tiempo persiguiendo uno así y lo tenían de oferta, así que… Se vino a casa conmigo. jejejejejej
Muaccccccccccc
Requetebien explicado. Y no haces bundts con ese pedazo de molde! Yo soy adicta desde que lo tengo! Y eso que tengo la versión low cost, mucho menos elegante!
🙂
Fíjate que me enamora mirarlos, pero luego soy una insegura y, cuando los tengo todos delante, en el expositor de la tienda, no soy capaz de decidirme. Si tuviese mucho dinero, seguramente me llevaría la mitad, así, sin pensarlo mucho. Como no es el caso, me lo pienso tanto que no compro ninguno.
¿Y cuál es la versión low cost? Cuéntame que a lo mejor me animo antes.
Gracias, Ana.
Sinceramente, para mi es un queque o bizcocho normal pero en un molde mas bonito. Pero como todo lo de tu blog, me encanta como lo redactas Sobretodo las recomendaciones finales, que casi me muero de risa con lo del molde perfectamente limpio sin resto de otros. No se me hubiese ocurrido ni pensar lo contrario jajaja
Pues tú ríete, pero es algo que damos por sentado las que somos unas maniáticas de la limpieza, pero no te creas que lo es todo el mundo. Yo me reía cuando leía eso de que, para montar claras, el vaso de la batidora debía estar perfectamente limpio y yo me preguntaba «¿cómo va a estar si no?». Pues cuando se dice tanto… jejejejeje
Coincido contigo en que es un queque; quizás más consistente, húmedo y jugoso, pero un queque. Eso sí, los moldes son impresionantes. Al decirme lo que me dijiste el otro día, me abriste la puerta a un universo. De verdad…
Gracias, Victoria.
Después de hacer uno o dos ya no podrás parar, son una adicción y para mí son más que un queque, duran mucho y tienen ese toque húmedo que los hacer irresistibles día tras día, además de que los moldes son una chulada.
Yo también he experimentado con uno que me dejó Déborah y voy a hacer otro antes de devolvérselo, jajaja!!!
Te ha quedado genial !!!
Gracias por la mención guapa mía!!!
Besos