La composición de una fotografía es, sin duda, uno de los aspectos que más me gustan de este arte y profesión, porque me permite ser creativa y contar mi propia historia, expresar lo que siento y manifestar mi opinión de los sujetos y objetos fotografiados. Y es que, cuando componemos una fotografía, estamos creando una realidad, al tiempo que contamos una historia.
En fotografía, como en casi todas las materias, hay opiniones para todos los gustos y existen también normas para intentar crear una foto lo más correcta posible. Yo prefiero hablar de pautas, incluso reglas que ayudan a que una toma sea agradable y armoniosa a la vista, pero que nunca pueden ser leyes inflexibles e irrompibles que nos aten de manos y pies y no nos permitan crear lo que deseamos o tenemos en mente. Además y como todos sabemos, toda norma tiene siempre su excepción. Así pues, está bien seguir las reglas e igual de bien está romperlas.
Antes de comenzar a relatar esa serie de reglas que ayudan a la composición de una fotografía, insisto en algo que ya comenté en el post sobre el encuadre y es que debemos aprender a mirar. Para ello solo existe una escuela: la de la experiencia y la práctica. Mira, observa, ve, escudriña, contempla, curiosea, otea, descubre… ¡Abre los ojos y párate a mirar con todos tus sentidos! Mirar es una destreza que se adquiere y es muy útil para dotar a nuestras fotografías de alma más allá de la técnica. No te conformes con hacer click click a diestro y siniestro sin ser consciente de tu propia mirada, lo que me ha recordado la oportunidad maravillosa que nos brinda un fotógrafo de la talla, profesional y personal, de José Luis Valdivia a través de su taller (y su grupo de Facebook) llamado “La mirada y el fotógrafo“.
[icon_list_item icon=’fa-eye’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#8f791f’ icon_top_gradient_background_color=” icon_border_color=’undefined’ title=” title_color=” title_size=”] Analicemos una serie de reglas, pautas o trucos que pueden servirnos para acertar con la composición de nuestras fotografías, pero recuerda que no es una lista cerrada, ni obligatorio cumplirlas…
1) Mira y decide cuál será el punto de interés de tu foto
¿De qué va a tratar tu foto? ¿Cuál es el objeto o sujeto sobre el que quieres contar algo? No digo que no debas ser espontáneo y disparar para plasmar situaciones divertidas, curiosas, etc. Lo que digo es que a veces nos olvidamos de contar una historia y nuestra foto es un batiburrillo de objetos o sujetos apilados sin ton ni son. Mira con calma a tu alrededor, encuadra, enfoca y dispara.
A menudo nos encontramos una escena que nos encanta: unos edificios antiguos preciosos, un empedrado muy fotogénico, desagües que ondulan por toda la fachada, piedras llenas de moho, escaleras, soportales, personas… Antes de disparar, has de decidir qué es lo que quieres contar; si la maravillosa arquitectura, la antigüedad de lo que ves o los transeúntes que van a lo suyo. Si no decides porque quieres enseñarlo todo y a la vez, al final tampoco cuentas nada de interés. ¡Céntrate!
2) Proporción
Intenta fotografiar de manera que todo guarde proporción respecto a su tamaño real.
Pongo esta regla en relación con la anterior, porque a menudo queremos meter todo lo que vemos en una misma toma y al pariente delante y reconozco que estas fotos me producen un sarpullido. Son las llamadas “fotos con bicho“. La expresión no es mía y no sé a quién se la leí hace años, pero se me grabó a fuego en la memoria. Las fotos con bicho son esas, normalmente de viaje, en las que queremos dar constancia de que hemos estado allí y, para ello, lo encuadramos todo: el castillo, el jardín, el atardecer y al pariente o a la parienta delante, pero bien lejos, para que “se vea todo y que yo estuve“. No imaginan cómo me descompone el cuerpo ver fotos de esa clase. A ver, ¿quieres sacar el castillo con ese fondo de atardecer tan bucólico? Pues hazlo, encuadra el castillo y que llene tu foto, pero, por favor, que tu marido no pose delante, a 100 metros y no se sepa si es él o un bicho que por allí pasaba cuando hiciste click. Luego, haz una bonita foto de retrato de tu marido, en primer plano porque se lo merece, con un precioso y difuminado castillo detrás. No queramos ser ambiciosos y que en una foto salgan todos los objetos que nos llaman la atención, porque al final será una foto sin interés de tan sobrecargada y habrás arruinado la proporción.
Repite conmigo: ¡ya no más “fotos con bicho”!
El paisaje de los fiordos es precioso; eso no lo niega nadie. Sin embargo, olvidemos la mala costumbre de fotografiar el paisaje y una persona a lo lejos que casi no se sabe quién es (yo sí sé que es mi padre). Deleitémonos con el paisaje, por un lado y, luego, hagamos una foto de retrato en primer plano con el paisaje como telón de fondo.
3) Regla de los tercios
Es un principio compositivo propio del mundo del arte, que lleva muchísimos siglos practicándose con óptimos resultados, solo o combinado con otras reglas matemático-artísticas, como, por ejemplo, la proporción áurea.
Para ponerla en práctica, traza imaginariamente (o activa la rejilla o grid en la pantalla de tu cámara) cuatro líneas que formen una cuadrícula en la que haya nueve casillas y cuatro puntos de intersección. Una vez hecho, para que tu foto sea equilibrada, el objeto/sujeto a enfocar debería situarse más o menos en dichas líneas o en las intersecciones de las mismas. No es difícil, solo has de practicar y ganarás muchos enteros en tus fotos y, si no te sale del todo bien, luego puedes corregir en la edición posterior.
La yegua ocupa una intersección de la cuadrícula y el potrillo, aunque ocupe todo el interior de una cuadrícula, se encuentra en una de las líneas.
En el caso de una foto de retrato de primer plano, los ojos habrían de ser el centro de interés y deberían estar aproximadamente en las líneas o en las intersecciones. Sin embargo, ello no quiere decir que una foto del objeto/sujeto completamente centrado dentro de una de las cuadrículas, y no sobre las líneas imaginarias, esté mal. De hecho, a veces, al romper esta regla, obtienes instantáneas muy bonitas y que transmiten mucho equilibrio. La simetría a veces tiene su encanto.
Leo mirando a la cámara con sus preciosos ojos almendrados y oscuros. La zona de los ojos nariz y boca se encuentra completamente dentro de la cuadrícula central y, sin embargo y a pesar de haberme saltado la regla de los tercios, este retrato es equilibrado y transmite mucha ternura. ¿No crees?
4) Línea del horizonte
Por un lado, cuando fotografíes un paisaje, cuida que la línea del horizonte natural esté completamente recta. Intenta aplicar esta norma cuando tomes la instantánea y, si aún así te ha salido torcido, en última instancia corrígelo en la edición. Con esta regla, puedes destacar el cielo o, por el contrario, la tierra o el mar; basta descentrar dicho horizonte.
Por otro lado, ten en cuenta que esta norma no se aplica solo a la línea del horizonte natural en sentido estricto, sino a cualquier línea real o imaginaria que pueda demarcar partes diferenciadas en nuestra composición. Úsala para dotar de fuerza a tu toma. Descentrar horizontalmente siempre es un acierto, siguiendo la regla de los tres tercios, salvo que pretendas buscar un efecto menos equilibrado y más rompedor.
La regla es que el horizonte natural esté recto y, mejor, si no está centrado horizontalmente, sino por encima o por debajo, obedeciendo también a la regla de los tercios.
5) La mirada o la direccionalidad
A menudo llamamos “dar aire” a esta pauta que permite conferir cierto movimiento a la dirección del sujeto o del objeto. O de su mirada. Permitimos a la fotografía respirar y dar suficiente espacio para imaginar al objeto/sujeto dirigiéndose de un punto a otro. ¿Te suena raro esto que te cuento? Pues se interioriza practicando. Luego, con el tiempo, sale de manera natural, porque los ojos aprenden a mirar y a fluir con el ritmo de los personajes de nuestra composición.
Esta señora miraba relajada y fijamente hacia la puesta de sol y así quise plasmarla yo, por lo que dejé bastante espacio por delante para poder percibir la sensación de dirección de su mirada.
6) Perspectiva, frente y fondo, encuadre, planos, punto de vista o ángulo
Todos estos conceptos son fundamentales a la hora de componer una instantánea y la misma realidad visual que tenemos ante nosotros cambia con la simple alteración de tales factores. Sin entrar en mucho detalle,
- la perspectiva hace que una realidad tridimensional se convierta en una de dos dimensiones. Todo un logro, ¿no crees? Podemos encontrarnos con perspectivas lineales, superpuestas, aéreas, forzadas, etc.
- el frente y el fondo se entienden en una instantánea gracias a la profundidad de campo, por lo que a ella te remito.
- del encuadre hablamos en este post.
- el plano es la relación entre el sujeto/objeto que quieres fotografiar y la cantidad de espacio que ocupa en el encuadre que has elegido. Podemos hablar de plano general (se ve el sujeto/objeto entero), plano medio o americano (se ve parte del objeto y, de ser un retrato, hasta la rodilla), primer plano, plano de detalle, etc. No tiene mucho misterio, pero cuando hablemos de retratos, volveremos a sacar este concepto a la luz.
- el punto de vista o ángulo es simplemente la altura desde la que tomamos la foto y hablaremos de ello en un próximo post, así que permanece atento.
¿Qué te sugiere esta pespectiva? ¿No te da la impresión de incluso querer girar tu cuello mientras la observas?
7) Líneas rectas y líneas curvas
Las líneas en general atrapan nuestra mirada y la dirigen hacia donde parecen fluir, confiriendo profundidad y distancia, es decir, una especie de tridimensionalidad, por lo que son un recurso fotográfico muy poderoso que debemos usar de todas las maneras posibles. Así, las líneas rectas otorgan fuerza a nuestra foto, especialmente si son verticales; equilibrio, si son horizontales; y dinamismo, si son diagonales. Las líneas curvas, por el contrario, son más sensuales y nos transmiten un movimiento mucho más dulce y pausado que el de la línea recta.
Líneas rectas pueden ser las de las aceras y barandillas, el tronco de un árbol, la sombra de un edificio, un paso de peatones, los tablones de una valla, un mantel sobre una mesa… Líneas curvas pueden ser las que hace el cauce de un río o una carretera, una ola…
Las confluencias de líneas suelen ser puntos dotados de mucho interés para el ojo humano: una intersección de calles, las líneas de un motivo geométrico, los haces de luz de los rayos del sol… En este sentido, trazar triángulos imaginarios cuando componemos una escena puede hacer que nuestra foto llame la atención y guste sutilmente.
En la foto de la izquierda observamos la confluencia de varias líneas: el muro de bloques de piedra caliza, el edificio de la derecha, las líneas del suelo e incluso la sombra del edificio. Todo confluye en un punto de fuga hacia el que se dirige nuestra mirada. En la foto de la derecha, observamos la suave sinuosidad de la carretera y de las rayas de la circulación y cómo el camino gira repentinamente hacia la izquierda entre árboles.
8) Rellena el espacio (encuadre) o usa el espacio negativo
La mayoría de aficionados a la fotografía desechan rellenar todo el encuadre de la foto. No sé por qué, pero existe una tendencia a dejar espacio por arriba o por los lados; ni mucho, ni poco… Puede parecernos equilibrado, pero lo cierto es que solo es carente de fuerza, de interés. La fotografía es arte y el arte no teme a los excesos (lo digo yo, pero si te sirve, úsalo), es valiente y revolucionario. ¿Por qué quedarte en medias tintas? Ojo, no me refiero al “aire” que debemos dejar para que una foto respire (ley de la mirada), ni tampoco al espacio vacío que dejamos en un lado del objeto/sujeto obedeciendo a la regla de los tercios. No, no es eso… Me refiero a no atreverte a llenar la foto con la imagen de nuestro objeto/sujeto en un estupendo primer plano, por poner un ejemplo. ¿Por qué tenemos pavor a destacar lo que atrapa nuestra mirada?
Me encanta que una foto este completamente llena…
Igualmente, es una evidencia que la mayoría de aficionados desconoce que el uso del espacio negativo es un recurso fotográfico bellísimo y rotundo, que aporta mucha emoción a nuestras fotos. El espacio negativo es aquel sin más elementos (sujetos/objetos a fotografiar) que el propio vacío. A mí me apasiona el espacio negativo, aunque lo uso con mucha moderación porque no siempre es fácil encontrar escenas propicias a ello. Empléalo cuando la escena lo pida a gritos, cosa que te lo dirá la experiencia.
En esta foto tan tierna y familiar, se cumple la regla de uso del espacio negativo y se incumple parte de la regla de los tercios al haber centrado el horizonte, lo cual, desde mi punto de vista, da equilibrio a tanto vacío, especialmente al ser el mar y el cielo del mismo color, aunque de distinta tonalidad. ¿Te gusta a ti?
9) Número de elementos: el número 3 y la repetición
En el mundo de las matemáticas y el arte, el número de elementos y sus repeticiones son cuestiones esenciales (ver sucesión de Fibonacci y su relación en las composiciones artísticas o, incluso, en la formación del universo, etc.). En fotografía, como no podía ser de otra manera, tan influida por el arte y este por las matemáticas, el 3 es un número que agrada al cerebro. Tenlo en cuenta cuando estudies la composición de tu fotografía, para darle ritmo y equilibrio. A mí siempre me han atraído los números impares, salvo el 5 y no sé por qué. ¿Alguien de matemáticas o arte puro que me dé una razón plausible?
Que a nuestro cerebro le agrade el 3, no significa que no puedas poner dos objetos. De hecho, las fotos de parejas muestran dos personas y, sin embargo, nos gustan, ¿no? Tenerlo en cuenta, sí. Obsesionarse, no.
El número 3 confiere un equilibrio que nos gusta de manera subjetiva a la mayoría de los humanos. ¿Qué cerveza prefieres?
10) Dar contexto a una imagen con un grupo de ellas
A menudo, cuando mostramos una foto, esta puede no entenderse completamente, porque le falte un contexto. Por ejemplo, imagina que haces una foto de un detalle de una fachada, pero quieres explicar algo más para que el observador entienda lo que enseñas. En este caso, puedes hacer un pequeño mosaico de varias fotos (tres fotos, mejor que cuatro…) en el que contextualices el detalle.
La foto principal era la de las tacitas, pero no se entendía bien la historia que yo quería contar, así que introduje otras fotos del lugar donde fotografié dichas tazas y así expliqué un poco más.
11) Aprovechar los marcos naturales para enfatizar
La comprensión humana a menudo disfruta con su propia limitación, de ahí que nos guste delimitar o enmarcar nuestras imágenes para concentrar el interés. Para ello, no hace falta crear marcos artificiales (todos hemos caído alguna vez en esa horrorosa trampa de colocarle en la edición un marquito a nuestra foto), sino buscar que la propia imagen se encuadre de manera natural. Los árboles, los elementos arquitectónicos de los edificios, como marcos de puertas y ventanas, arcos, etc. pueden ayudarnos en esta labor.
El marco de madera, ancho y tradicional, de esta ventana hace que veamos el interior de esa casa de una manera distinta, aportando calidez y haciéndonos centrar la atención en los detalles (sillón, aplique de la pared, equipo de música, mueble, libros…)
12) Color, tono, textura y forma
Estos aspectos, aunque los he dejado para el final, no son los últimos o menos importantes a la hora de componer. Yo pienso en el color incluso antes de decidirme a hacer una fotografía y es que no concibo el mundo, mucho menos la fotografía, sin los colores que me hacen sentir, vibrar, emocionarme. El color es un recurso de inmensa importancia en la fotografía, así que intenta buscar el equilibrio. Ojo: no quiero decir que los colores a emplear deban ser unos y no otros. No. Lo que quiero decir es que los colores pueden producir emociones y deberías emplearlos en función de lo que quieras provocar. No voy a darte una lección de cromatismo, pero analiza tus propias emociones cuando ves unas fotos u otras. ¿De acuerdo…?
El tono de color es muy importante y busca agitar o relajar. Así, las fotografías en clave alta (donde el blanco es el dominante), inspiran ternura, frescura, feminidad, inocencia. Fíjate en que se suelen usar mucho para los retratos de bebés o en un tipo de fotografía gastronómica. La clave baja, por el contrario, es más dramática y sugiere misterio, un aire algo masculino y una sensualidad más marcada. Piensa en esos retratos de hombres en los que una parte de su cara permanece en la sombra o esos bodegones que te trasladan a casas rústicas de antaño.
En la foto de la izquierda el color es un elemento de la composición en sí mismo: es alegre y confiere fuerza a la foto. La toma central es fresca y algo ingenua debido al uso de una clave alta (mucho blanco). La fotografía de la derecha produce un cierto recogimiento gracias a la clave baja (uso del negro) y algo de misterio. ¿Qué te producen a ti?
La textura otorga la tridimensionalidad que la fotografía, en sí misma, es incapaz de dar. Añade elementos que aporten textura a tus fotos, porque ganará en realismo, al tiempo que atrapará la vista del observador.
En cuanto a lo que a la forma concierne, esta es otro elemento que sirve para la composición de una foto. El volumen de una forma cualquiera aporta tridimensionalidad a nuestra foto, al igual que la textura. Piensa si quieres que en tu fotografía se aprecie de manera inequívoca la forma del objeto, mostrándolo tal cual es, con todos sus detalles, o si prefieres insinuarlo, enseñando, por ejemplo, un contraluz que sugiera el objeto fotografiado. Realidad o percepción, como ves, son dos caras de la forma y con ambas debes jugar.
En la foto de arriba, la rugosidad y las líneas marcadas del tronco de una sabina de El Hierro dan sensación de poderse tocar, uno de los efectos más atractivos de la textura usada en la composición. En la foto inferior, la imagen de la persona que va en bicicleta no es detallada por la sombra producida al pasar bajo un soportal menorquín; sin embargo, intuimos todo lo necesario para comprender la fotografía.
¡A practicar!
Si quieres compartir las fotos conmigo y el grupito, PINCHA AQUÍ y súbelas de una en una como comentarios del post de Facebook.
- EJERCICIO 1
Sé sincero contigo mismo, porque siéndolo es como se aprende y se rectifican los errores… ¿Haces “fotos con bicho” cuando salen de viaje? ¿Recordarás la importancia de la proporción norma y evitarás esa clase de fotos a toda costa? ¿Centras el horizonte en tus fotos? ¿Tendrás en cuenta la regla de los tres tercios a partir de ahora? Si tienes dudas, activa la cuadrícula en el menú de tu cámara (grid). ¿Eres de los que se paran a mirar antes de encuadrar, enfocar y disparar? Cuéntame o, al menos, analiza para ti mismo qué tics tienes en la composición de tus fotos.
- EJERCICIO 2
Sal a la calle y haz tres fotos con escenas distintas y en las que pongas en práctica tres de las distintas reglas o pautas que hemos analizado en este post. ¿Has tenido que corregir algo en la edición? Se aprende mucho también en la edición, así que no temas editar tus fotos.
- EJERCICIO 3
En casa, con tranquilidad, haz tres fotos de la misma escena, pero introduciendo colores distintos en cada foto y alguna textura (un tejido, unos granos de café, chocolate fundiéndose, un poco de arena…)
- EJERCICIO 4
Fotografía el detalle de alguna escena. Luego, explica con otras fotos el contexto de la misma. Puedes hacer un collage con el número de fotos que consideres para contar bien la historia de esa foto de detalle.
[icon_list_item icon=’fa-asterisk’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#7a6526′ icon_top_gradient_background_color=” icon_border_color=’undefined’ title=” title_color=” title_size=”] NOTA PERSONAL
Si estás buscando a un gurú de la fotografía y a alguien que lo sabe todo y no siente miedo a equivocarse, este no es el sitio que buscas. Yo te cuento mi experiencia personal y profesional, sin guardarme nada que te impida entender de qué hablo. Te cuento lo que yo sé y cómo lo aprendí desde la humildad, aceptando que jamás sabré todo sobre este apasionante mundo de la fotografía. No pretendo ser más que lo que soy: una fotógrafa más y estoy dispuesta a abrirte las puertas de mis conocimientos. Si te apetece venir conmigo en mi camino de búsqueda y aprendizaje, creo que seré una buena compañía.
¡Buen tutorial! 🙂
¡Gracias, Javier! Me alegra que te haya gustado.
Un besito
Voy a intentar hacer los ejercicios poco a poco y me releeré esta entrada varias veces para asimilar bien toda la información. Poco a poco una va captando términos y adaptando “el ojo”.
Besos.
No hay prisa, María. Lee cuando te apetezca y te sientas con ganas para hacerlo, porque así es como se asimila la información.
Un besito
Fantástico!!!
Gracias Patricia.
Un besito
Yo no estoy de acuerdo con lo aqui comentado, pienso sinceramente que hay muchos aspectos que no han podido ser tenidos en cuenta. Pero valoro mucho vuestra exposiciòn, es un buen articulo.
Saludos
arquitecto http://www.arquestil.es/arquitecto-valencia
Bienvenido Marcelo. No estar de acuerdo es algo habitual en un mundo tan heterodoxo con es todo lo que rodea al arte y, por ende, a la fotografía.
Este artículo no pretende ser completísimo ni un pozo de sabiduría, sino un lugar para personas que están aprendiendo y no son profesionales. Yo aporto mi experiencia y mi punto de vista que, evidentemente, no pretende ostentar la razón suprema. Todo es discutible. Es más: está genial discutir y debatir para ofrecer distintas alternativas u opiniones.
Muchas gracias por entrar a comentar y por tu amabilidad.
Un saludo a los arquitectos de Valencia 😉