Llegamos al meollo de la cuestión. Doy por sentado que es el tema al que querías llegar. Lo sé y te entiendo. Sin embargo, y aunque pienses que los dos artículos anteriores no te van a servir de nada para mejorar tus fotos, créeme cuando te digo que solo quienes comprenden la intencionalidad de la fotografía en general e interiorizan todos los aspectos de este arte llegan a hacer fotografías gastronómicas con alma y belleza. Yo puedo explicarte las frías nociones de la técnica, cómo debes configurar tu cámara para hacer esta foto o aquella, pero solo lograrás crear historias comestibles y transmitir emociones cuando entiendas que has de contactar con el público, tocarle la fibra, acariciarle el corazón… Y, amigo mío, cada persona tiene una distinta sensibilidad. He ahí la dificultad de generalizar y establecer como criterio absoluto que una foto sea buena o mala, cuestiones que a mí no me valen. Yo prefiero decir que una fotografía me llega o no me llega, incluso que me gusta o que simplemente no me gusta. Hay fotos técnicamente imperfectas llenas de sensibilidad y, al contrario, fotos con una técnica inmaculada y que no transmiten absolutamente nada.
Desde mi punto de vista, conjugar técnica y sensibilidad artística es la manera idónea de conseguir fotos maravillosas, sean de la temática que sean. Por todo esto, me gustaría que pudieses volver a leer los dos posts anteriores de esta serie de artículos sobre «Fotografía gastronómica»: el interés por fotografiar alimentos y cuestiones esenciales. No empieces la casa por el tejado, porque tarde o temprano se terminará cayendo o te aburrirás porque no consigues llegar a tu objetivo. El esfuerzo merecerá la pena.
[icon_list_item icon=’fa-binoculars’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#9c8824′ icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] ¿Qué necesitas para lograr hacer una buena foto de alimentos?
La mayoría de fotógrafos coincide en que para ello es indispensable prestar atención a los siguientes aspectos:
[icon_list_item icon=’fa-check’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#9c7d21′ icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] Una adecuada iluminación
[icon_list_item icon=’fa-check’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#9c7d21′ icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] Un encuadre correcto
[icon_list_item icon=’fa-check’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#9c7d21′ icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] Controlar el enfoque
[icon_list_item icon=’fa-check’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#9c7d21′ icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] Elegir la mejor profundidad de campo
[icon_list_item icon=’fa-check’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#9c7d21′ icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] Acertar con el ángulo desde el que tomamos la foto
[icon_list_item icon=’fa-check’ icon_type=’transparent’ icon_color=’#9c7d21′ icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] Lograr una composición estilosa teniendo en cuenta algunas reglas técnicas
En el próximo post nos centraremos en lo que normalmente arrebata mi amor por la fotografía: la luz.
Muchas gracias Laura por transmitir estos conocimientos, estaré muy atenta.
Gracias a ti, Esther. Es un placer contar contigo.