No hay mejor aperitivo veraniego que unos encurtidos caseros. Aceitunas, pepinillos, banderillas picantes, berenjenas, zanahorias, cebollitas, rábanos y rabanillos… ¡Apúntate a este saludable y delicioso mundo!
Encurtidos, fáciles de hacer y deliciosos
Comemos encurtidos en todas las culturas, en todas las épocas del año y desde siempre. A menudo, incluso, desconocemos que lo que estamos picoteando sentados en una terracita de verano es una forma de encurtido, desde la tan socorrida aceituna, tan típica de cualquier bar o mesa española, hasta otros recién incorporados como el chucrut, de origen centroeuropeo, o el kimchi coreano.
Los encurtidos son alimentos (verduras o frutas normalmente) que se conservan al sumergirse en una solución de sal o de vinagre, dado que fermentan por sí solos o al añadir una bacteria alimentaria como la Lactobacillus plantarum. Este proceso hace que aumente la acidez del medio, lo que permite preservar el alimento por un largo período de tiempo (meses o incluso años).
A mí me encantan los encurtidos. ¿Y a ti?
Saludables
Por un lado, los encurtidos son una fuente natural de probióticos, por lo que ayudan a mantener la flora intestinal en buenas condiciones, no hacen que acumulemos gases y favorecen que no suframos de estreñimiento. Además, como aperitivos, tienen pocas calorías, así que podemos comerlos con menos sentido de culpa. Eso sí, hay que tener cuidado con la cantidad de sal y/o azúcar que puedan tener.
Por otro lado, los encurtidos tienen los beneficios que el propio alimento encurtido tenga, es decir, las vitaminas y minerales propios de las zanahorias, espárragos, remolachas, alcaparras, etc.
Con todo esto, ya sabes, ¡pon encurtidos en tu dieta diaria!
Rábanos negros encurtidos
INGREDIENTES (1 tarro de 750 ml)
- 3 rábanos negros (vale con otra clase de rábanos o rabanillos).
- 200 ml de agua.
- 200 ml de vinagre de manzana con la madre (es maravilloso y genial para la salud).
- 20 g de sal marina gruesa.
- 25 g de miel clara.
- 5-6 dientes de ajo pelados.
- 8-10 rodajitas de chile rojo picante seco.
- 2 hojas de laurel.
ELABORACIÓN
1º) Preparar el tarro. Lava a fondo y esteriliza un tarro y su tapa. Si vas a tener el encurtido durante bastante tiempo, es mejor que todo el tarro sea de cristal, incluida la tapa, dado que el vinagre es un ácido y si es metálica la corroe. Reservar en un sitio seco y limpio.
2º) Hacer la salmuera. Calienta el agua, con el vinagre, la sal y la miel. Cuando empiece a hervir suavemente, corta la ebullición y deja que se vaya enfriando.
3º) Preparar los rábanos. Corta las ramas, lávalos muy bien, frotando para que eliminen la tierra, sécalos y córtalos finamente.
4º) Introducir los rábanos y el resto de elementos. Ve colocando las rodajitas de rábanos lo más juntas que puedas, empujando y presionando para que haya la menor cantidad de aire posible y ve alternando los ajos, los chiles y las hojas de laurel. Debes llenar el tarro completamente, presionando con los dedos hasta que no quepa nada más.
5º) Rellenar con la salmuera. Vierte la salmuera dentro del tarro, golpeando ligeramente el tarro contra la mesa para que no se formen burbujas de aire. Cuando cubras por completo los rábanos, deja el tarro abierto hasta que la salmuera se enfríe por completo.
6º) Dejar enfriar, cerrar y guardar en la nevera. Dado que yo no he hervido los tarros, para conservarlos mucho más tiempo, prefiero dejarlos en la nevera, porque los consumiremos en algunas semanas.
Ten en cuenta…
- El sabor del rábano se refuerza. Haz el encurtido con los vegetales que más te gusten y se mantengan firmes y crujientes. Al menos ese es mi gusto. No me gustan blanduchos y recocidos.
- Dar extra de sabor. El rábano negro tiene un sabor terroso, con un ligero toque picante y algo trufado. No quería que se perdiera ese sabor, por lo que solo he usado ajo, laurel y un poquito de chiles picantitos.
- ¿La miel, para qué? Yo he querido dar un toque agridulce al encurtido. Pensé que el contraste sería interesante y lo es.
- Si el vinagre es bueno, el encurtido es mejor. Piensa que es lo que va a reforzar el sabor del encurtido y una fuente de salud. Que el vinagre merezca la pena. Para mí, de manzana es perfecto, por los aromas a fruta y siempre con la madre dentro (sin filtrar y sin pasteurizar), para que las propiedades enzimáticas sean completas.
¿Te gusta?
Si te ha gustado esta receta, las relacionadas o cualquier otra cosa de este post, puedes suscribirte y recibir las entradas cómodamente en tu bandeja de correo electrónico. No hago spam. Tampoco me molesto si prefieres desuscribirte, que la vida ya es bastante complicada como para andar con tonterías.
Más recetas que pueden gustarte
Quedan muy fuertes?
Hola, Raúl. Para nada quedan muy fuertes. De hecho son más suaves que los que se compran en tarros, porque, por ejemplo, yo, no le puse mucha sal y el vinagre que usé es muy bueno. Son más potentes de sabor en crudo que encurtidos. Yo los pongo incluso en bocatas y sandwiches y son una delicia. ¡Atrévete! Son muy fáciles de hacer y muy saludables si no los cargas de sal ni azúcar.
Gracias por comentar.