¡Qué pereza me da hacer dulces! Cuando estoy ya en ello, se me pasa la mala gana, pero… ¡Qué pereza me da mentalizarme para hacer un dulce! Tengo que obligarme a preparar un bizcocho, un pastel, una tarta o unas simples magdalenas. Para mí es todo un reto, porque, suelo cocinar con lo que tengo en casa y hornear un pastelito implica emplear cosas que yo no suelo tener en casa de manera habitual, como es la nata, y tengo que salir a comprar expresamente esos ingredientes y… ¡Qué pereza!
Tendrías que verme buscando recetas de tartas simples y sin cientos de pasos que sinceramente me desquician. Encontrar un dulcito sin nata se convierte en una odisea y me pongo de los nervios. Ya sé que soy la pesada “antinata”, pero no puedo evitarlo. Solo la uso si es estrictamente imprescindible, el pastel es muy de mi gusto y siento que el resultado me compensa el trabajo. Comprendo que para ti puede ser siempre un aliciente preparar recetas dulces, pero para mí no lo es. No soy una persona golosa y ponerme a ello me cuesta lo que no está escrito.
Buscando entre los muchísimos libros de cocina y repostería que tengo encontré una tarta de queso caliente que tenía marcada con un marcapáginas. Hacía más de un año que no miraba ese libro, así que estudié los ingredientes detenidamente y el proceso de elaboración. Empecé mal porque la tarta era de chocolate y yo quería hacer algo que no lo llevara, más que nada porque casi todo, siempre, lo hago con chocolate. Más problemillas se iban poniendo en fila, pues en la receta se indicaba que había que separar claras de yemas (este es otro de mis tabúes, porque me aburre una barbaridad separar claras de yemas, solo utilizar las claras o solo utilizar las yemas) y, como no, la palabra maldita: “nata”. No obstante, hubo cosillas que me gustaron: almendras molidas, masa, queso cremoso… Se me encendió una bombilla: voy a tunearlo todo. ¡Dicho y hecho!
Dicen por ahí, que lo oigo hasta la saciedad, que la repostería es para personas muy pacientes y respetuosas de la tradición, las medidas y los procesos. ¡Mentira cochina! Lo de la paciencia no voy a discutirlo y debe ser la razón de que a mí no me apasione la repostería, pero el resto… ¡Pura palabrería para intimidar a los principiantes! De la receta del libro “Chocolate, las más irresistibles recetas”, de H. Kliczkowski, Editorial Parragon Books, respeté la idea de la masa exterior y que esta llevase una parte de almendras molidas y el concepto de relleno esponjoso de queso, pero eliminé la nata, las medidas del queso y de los huevos. Y el cacao, por supuesto. Así pues, ¿estamos ante la misma receta, una nueva o crees que me salió una porquería porque no respeté su esencia, el proceso de elaboración y las medidas de los ingredientes? ¿Tú qué opinas de ese mito de que la repostería exige medidas milimétricas? ¿Te lo crees?
Si no eres una persona golosa, ni espartana con las medidas y los procesos y, además, te encantan las tartas de queso, te invito a echar un vistazo a lo que yo llamo una cheesecake perfecta: muy esponjosa y, a pesar de lo delicado de su relleno, con mucha textura gracias a las almendras molidas. La ralladura de naranja de su interior y la mermelada casera de naranjas amargas ha sido todo un descubrimiento que no tardaré en repetir y la masa finita y mantecosa del exterior fue, sin duda, la mejor envoltura para ese conjunto. ¡Riquísima!
Tarta de queso y naranja
[icons size=’fa-1x’ custom_size=” icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=” icon_color=’#82791c’ background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] INGREDIENTES (molde desmontable de 20 cm de diámetro):
⇒ Para la masa del exterior:
- 150 g de harina de trigo común
- 75 g de mantequilla sin sal
- 2 cucharadas de azúcar blanca
- 25 g de almendras molidas
- 1 yema de huevo
- agua (yo puse 5 cucharadas de agua fría, pero quizás donde tú vives te haga falta más o menos, así que ve poniendo agua poco a poco)
- 1/2 cucharadita de sal marina fina
⇒ Para el relleno:
- 2 huevos grandes y 1 clara
- 70 g de azúcar blanca
- 200 g de queso cremoso de cabra
- 1 yogurt natural de leche de cabra y sin azucarar
- 40 g de almendras molidas
- 1 cucharadita de pasta de vainilla
- la ralladura de la piel de una naranja mediana
- un pizquito de sal marina fina
⇒ Para la cobertura:
- 4 cucharadas de mermelada de naranjas amargas (la mía era casera, con muchos tropezones)
[icons size=’fa-1x’ custom_size=” icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=” icon_color=’#82791c’ background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] ELABORACIÓN:
1º) Prepara la masa. Para ello, mezcla la harina, las almendras molidas, la sal, el azúcar y la mantequilla muy fría y cortada en daditos. Amasa con las manos, aplastando la mantequilla con las yemas de los dedos. Cuando logres una especie de “pan rallado grueso”, añade la yema de huevo. Amasa bien y ve añadiendo cucharadas de agua fría hasta que puedas lograr una pasta lisa, fina y moldeable.
2º) En una superficie enharinada, extiende la masa con un rodillo hasta que te parezca que es fácil de introducir en el molde engrasado y enharinado. Yo lo estiré bastante, pero lo finalicé en el propio molde, estirando con las yemas de los dedos hasta cubrir completamente el fondo y unos 5 cm de la altura del molde. Si consigues que la masa no llegue a 2mm de grosor, será perfecta. Corta con un cuchillo los desniveles, para que quede lo más bonita posible. Si ves que por un sitio te falta masa y por otro te sobra, “corta y pega”. Esta masa es muy elástica y maleable. Lleva a la nevera durante unas 2 horas más o menos.
3º) Prepara el relleno. Por un lado, mezcla el queso, el yogurt, las almendras molidas, la vainilla y la ralladura de naranja y bátelos con fuerza. Reserva. Por otro lado, bate los huevos con un poquito de sal hasta que los blanquees. Añade el azúcar de 2 veces y sigue batiendo a gran velocidad hasta lograr una mezcla muy blanca y muy cremosa. Con unos 5 minutos lo lograrás si lo haces a máquina. Añade 1/3 de los huevos batidos a la mezcla del queso, remueve bien hasta homogeneizar. Incorpora otro 1/3 y remueve con cuidado y movimientos envolventes, para evitar que se nos baje la mezcla. Finalmente, vierte el otro 1/3 y haz lo mismo que anteriormente. Vierte todo dentro del molde con la masa.
4º) Hornea durante 80 minutos a 160º C. Pincha la tarta antes de sacarla para asegurarte que está completamente hecha. Para ello, introduce un palillo y, si sale limpio, puedes sacarla sin miedo del horno. Deja que la tarta se entibie antes de desmoldar.
5º) Retira el aro de alrededor, deja que enfríe completamente y lleva a la nevera durante 3-4 horas como mínimo. Cuando esté completamente fría, retira la base del molde y colócala en un plato, bandeja o pie de tarta. Cúbrela con la mermelada de naranjas amargas y ya estará lista para comer.
¿Crees que te apetecerá probarla a pesar de que no he respetado ni ingredientes, ni medidas, ni proceso de elaboración…?
Pues sí, me apetece probarla aunque no hayas respetado ni al “tato”, que por lo que se ve es muy apetecible mucho mucho, yo es que me gustan las cheesecakes…lo de las medidas pues mmmm! depende, es verdad que a veces puedes saltarte a tu gusto y ganas los ingredientes pero hay recetas que no salen si lo haces así, de verdad y comprobado, también es verdad que esto evoluciona muy rápido yyyy sí es verdad que en el mundo blog a veces cada uno ejecuta su magia como le da gana, y lo aplaudo, pero he visto recetas queeeee también me ha pasado con las recetas de algún profesional que ha escrito libros.
PD: Ya he visto que hoy somos las dos de cheesecake, podemos empezar por salado y terminar por dulce o al revés pero ¡qué viva la cheesecake! 😉
Sí, claro, hay recetas que son muy específicas, pero yo creo que la mayoría no lo son. A mí, con las recetas de pan, me pasa mucho. Las medidas de líquido de los demás no me sirven. No hay manera. Me salen sopas de pan y no hay manera de amasar.
Las tartas de queso son otra cosa. Son muy sencillas y les vale casi todo. Fíjate que nunca la había hecho con naranja y eso que la naranja la empleo mucho en los pocos dulces que hago porque me chifla el puntito ácido y muy aromático que le da a todo.
Hoy nos hemos leído la mente… ¡Bravo!
Besitos, Caty.
Jajaja!! Laura, eres un caso!!! Si no eres golosa, es normal que no te guste hacer pasteles y menos liarte con cacharros, medidas y demás. Yo las medidas, las respeto normalmente, jeje! pero también me gusta hacer variaciones, sustituciones,… creo que es imposible hacer una receta sin cambios!!! La cheesecake te ha quedado estupenda y, aunque yo le hubiera echado nata, jajaja!! me encanta!!! Besitos, preciosa!!! P.D. Lo del líquido del pan y demás, depende de la harina que se use y seguro que de más factores. Yo siempre echo poco y voy aumentando según vaya poniéndose la cosa. Besitos, preciosa!
Tremenda tarta más rica has hecho, Laura. Ambas somos adictas al chocolate, y las cosas muy dulces y empalagosas nos espantan. Igual nos pasa con la nata. Por eso estoy segurísima de que habría disfrutado de lo lindo de tu deliciosa tarta de queso. Además, al ser con lácteos de cabra no habría tenido ningún problema. Eso sumado a que lleva mermelada casera que te queda de lujo. Ya me imagino la cara de Mark mirando la tarta mientras sacabas la foto y con un tenedor esperando a clavárselo para degustarla. ¡Ja, ja, ja…! Es que lo estoy viendo disfrutar de lo lindo. Ciertamente, para las que no nos mueve mucho el dulce, nos resulta engorroso meternos en la cocina a hacerlos. Ahora, que como los caseros no hay nada. Por cierto, que disfruten de ese viaje a Menorca. Deseosa estoy de ver las fotos y lo que traerás. Un beso enorme para los dos y reitero lo dicho, ¡a disfrutar!
Pues tiene una pinta estupenda, y como yo ando buscando recetas de queso la tengo que probar…Ains a mi el dulce me encanta, y cuando tengo tiempo si que hago recetas. En el día a día intento hacer bizcochos, magdalenas o granola para desayunar casero…
Preciosas fotos Laura!
Muak
Holaaaaa
Pues a ver,yo pienso que depende qué dulces sí que necesitan precisión milimetrica y otros no tanto,si tuneas recetas dulces por suerte pueden quedarte genial pero otras fatal por 20 gr mas de harina o tres gramos menos de levadura,yo te hablo desde mi experiencia,golosa y dulcera con toneladas de dulces a las espaldas jajajajjajajjaaja, Y lo de la nata me pasa algo parecido intento evitarlo pero lo tuyo es natifobia jajajajaa.Yo solo sé que me comeria tu tarta entera.Un beso y disfruta de Menorca