Objetivo del taller y asistentes
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y, en este caso, creo que así sucedió durante el taller de fotografía fácil para artistas, artesanos y pequeños negocios que realizamos el 23 de agosto en Coco Coworking, en Las Palmas de Gran Canaria.
Cinco estupendas y aplicadas emprendedoras de distintos sectores, desde el artístico hasta el agrícola, pasando por la belleza y el yoga, decidieron invertir en formación para poder hacer frente al reto que supone hacer las fotos de sus productos y servicios para subirlas en condiciones a sus redes sociales. Y es que no podemos olvidar que nuestra imagen es el reflejo de nuestra marca, de aquello que hacemos, que nos apasiona y con lo que nos ganamos la vida.
¿Cómo pretender que nuestros clientes se enamoren de nuestros cuadros o de nuestros cortes de cabello si los mostramos con fotos descuidadas en nuestras cuentas de Instagram, Facebook o Pinterest?
¿Qué aprendimos en este taller intensivo?
- Aprendimos a distinguir una foto de producto de una publicitaria, al tiempo que comprendimos que los límites no son siempre tan claros y, a menudo, se solapan.
- Asumimos que las fotos de nuestros productos y servicios son fotografías comerciales y que ello no es nada negativo, sino todo lo contrario: las fotos que hago de mis melocotones o de mis papas son el escaparate de mi actividad y como tales debo mimarlas, adaptándome a las circunstancias del mercado al que me dirijo.
- Nos hemos percatado de que para vender mejor nuestros productos y servicios, debemos invertir en nuestra marca y que, entre otras cosas, necesitamos aprender a hacer mejores fotos para que aquellos luzcan lindos y deseables.
- Hemos visto que no necesitamos gastarnos una fortuna en equipo y material fotográfico, pues con un móvil con una cámara de gama media, algunos tableros, cartulinas, telas, cinta adhesiva, papel de horno y unas pinzas, puedo crear un miniestudio con el que hacer las fotos para mis redes sociales.
- Hemos visualizado la necesidad de encontrar ese “rincón mágico” de nuestra oficina, de nuestro taller o de nuestro local, que se convertirá en el enclave de nuestro miniestudio.
- Hemos aprendido a conocer mejor a nuestra amiga la luz natural, a valorarla y a buscarla para que nos ayude a lograr mejores fotos.
- Hemos comprobado que cada producto puede ser mostrado de cientos de maneras y que los ángulos en que nos coloquemos para tomar esas fotos pueden contribuir a mostrar todas esas facetas del mismo producto.
- Hemos aprendido que hay muchas reglas que nos pueden ayudar a hacer fotos más equilibradas y bellas, pero que, a veces, las reglas se pueden romper.
- Hemos aceptado que “cerca” es bueno, pues el cliente quiere ver bien aquello que le ofrecemos.
- Sabemos que debemos sacar varias fotos para, luego, elegir solo una. Hacer varias pruebas y ser críticos con cada toma y mostrando solo aquella foto con la calidad adecuada para nuestra marca.
- Hemos aceptado el reto y el compromiso: nos esforzaremos por mejorar cada foto que hagamos por el bien de nuestra marca y de la imagen que proyectamos.
Si vives en Gran Canaria o estás dispuesto a desplazarte para acudir a alguno de mis talleres de fotografía fácil para pequeños negocios, pincha en el botón y házmelo saber. Escríbeme e indícame las fechas que te vendrían bien, qué horario preferirías (mañana o tarde) y qué día de la semana podrías asistir (domingo excluido). Con esos datos, puedo crear distintos talleres y que nadie se quede sin aprender a hacer mejores fotos de sus productos para poder subirlas a las redes sociales.
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