¿A quién no le gusta la pasta? ¡Que levante la mano! ¿Nadie…? No me asombra en absoluto, porque, por lo que he observado, la mayoría de la gente disfruta con un buen plato de pasta. La diferencia estriba en la forma de condimentarla o acompañarla. Así, mientras unos se pirran por salsas grasas y contundentes, normalmente hechas con nata (carbonara), incluso con tomate y carne (bolognesa), a otros nos va más la pasta sin mucha floritura o, de tenerla (la floritura, digo), nos gusta más con vegetales, un chorreón de buen aceite de oliva virgen extra, unas hierbas frescas o secas y algo de sal. ¿De qué grupo eres tú?
Yo me considero una gran amante de la pasta. La adoro, pero, en los últimos años siento la necesidad de buscar pasta de mejor calidad y por lo que he leído y escuchado, mientras más lisa y suave es la pasta seca, de menor calidad es y ello es debido a que su proceso de secado es más rápido que el de una pasta buena, cuya textura es más áspera y porosa, cualidad que hace que absorba mejor las salsas añadidas, por ejemplo. Si seguimos esta norma, la mayoría de las pastas secas del mercado son, vamos a decirlo suavemente, mediocres: son lisas, brillantes y muy suaves al tacto. No obstante, cada día encontramos más marcas italianas de inmejorable calidad en nuestros supermercados. Simplemente tienes que observarlas y decidir.
En cuanto a las salsas o acompañantes de la pasta, como he dicho en otras ocasiones, me gusta la pasta con un simple chorreón de buen aceite de oliva virgen extra, ajo, guindilla y un pizco de sal marina gruesa. Evidentemente me gustan las salsas, pero no son imprescindibles en mis platos habituales de pasta. Hoy puedes ver que me he decidido por mostrarte unos simples spaghetti con tomate natural, espinacas salteadas y unas florecillas de tomillo. Verás qué plato de pasta tan sencillo, pero qué curiosa la forma de terminar de cocer los spaghetti en el tomate, clave para esta receta.
INGREDIENTES (2 personas):
- 250 g de spaghetti secos (son bastante gruesos, como nos gustan en casa)
- 300 ml de tomate triturado
- 2 manojitos de espinacas frescas
- 2 dientes de ajo
- sal marina gruesa
- 1 cucharadita de azúcar panela
- flores de tomillo (en su defecto, unas ramitas de tomillo fresco)
- pimienta negra recién molida
- nuez moscada
- 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN:
1º) En una sartén o cazuela, si lo preferimos, baja y de buen diámetro, vierte el tomate triturado y cuece a fuego medio, sin tapar, durante unos 15 minutos, para evaporar un poco el jugo del tomate. Agrega el azúcar, la sal, la pimienta negra y la nuez moscada. Maja el ajo y añádelo. Remueve bien y reserva.
2º) Saltea las espinacas en el poquito de aceite durante un minuto como máximo (a fuego vivo).
3º) Cuece la pasta en abundante agua con sal. Unos 3 minutos antes de estar al dente (comprueba siempre en el envase de la pasta seca, cuál es el tiempo correcto de cocción), escurre el agua, reservando un cucharón, y añade la pasta a la salsa de tomate junto con el cucharón de agua. Mezcla bien, tapa la cazuela o sartén y deja que los spaghetti absorban toda la salsa durante unos 3 minutos más. Apaga el fuego y deja reposar 1-2 minutos. La pasta ha debido absorber completamente la salsa y tener un bonito color anaranjado.
4º) Sirve la pasta en un plato, añade las espinacas y las florecillas de tomillo. Espolvorea un poco de pimienta negra al gusto y… ¡A comer!
Que bueno. Un buen plato de pasta es de lo más rico y reconfortante. Ideal para un día lluvioso como el de hoy por aquí.
Besos.
María, un plato de pasta siempre reconforta, sobre todo a quien adoramos este ingrediente tan delicioso y versátil.
Besitosssssssssssss
Anda laura.. Yo también me había percatado que ultimamente veo en los estantes del super una pasta más rugosa y con aspecto”rustico”… Imaginaba que sería por que no era de harina tan refinada… Pero no se me había ocurrido lo del secado… Interesante!!! Y del truco de cocer la pasta con la salsa en el último tramo, ya lo hacía con la thermomix… Y si que se nota la diferencia!!!!
Pues sí, Iván. En la calidad de la pasta influyen muchos factores y, al parecer, la rapidez del secado es muy importante. Y te aseguro que la pasta es mucho más sabrosa cuando su textura no es tan “refinada”.
Muacccccccccccc
Ummm probaré el truqui de cocer los últimos minutos con la salsa 🙂
Siempre aprendemos algo de ti
Besos
Carmen, absorben genial las salsitas y se queda la pasta muy jugosa y nada seca. Es como lo del truco del cucharón de agua de la pasta…
Besos
Que rico y sano y que fotazas!!! muero por un plato así!! de echo va a ser mi comida de hoy!!! ayyyyyy…lo que me gusta a mi un buen plato de pasta!!! un abrazo guapa!!! 😉
Patri, ¡qué bueno! A mí también me sabe a gloria un buen plato de pasta bien condimentado.
Buen domingo preciosa.