Y el año 2018 comienza con una saludable pasta hecha en poco menos de quince minutos y con solo cinco ingredientes, sin contar el aceite, la sal y la pimienta. Tal y como ya habrás adivinado, receta de Jamie Oliver.

 

Me apetecía comenzar el año con una receta del maravilloso libro “5 ingredientes” de mi cocinero-showman fetiche, Jamie Oliver. La razón es sencilla: es la esencia de lo que en 2018 será mi cocina. Ya he apuntado en alguna que otra red social (Instagram, por ejemplo) que durante este año que está comenzando pondré aún más empeño en las comidas que me hacen feliz. Recetas muy fáciles y sin complicaciones, de las que se preparan en poco tiempo y/o llevan muy poca elaboración, muy saludables y rabiosas de sabor y color. No digo que no vaya a hacer alguna preparación algo más sofisticada, pero sí advierto que esa no será la tónica.

 

Los años me están volviendo mucho más práctica de lo que ya era. No siento la necesidad de pasar horas interminables en la cocina para preparar algo que no me va a reconfortar por el simple hecho de que quede muy bonito en este blog. Será bonito solo en la medida en que sea sencillo, lleve poco tiempo y/o poca elaboración y me haga decir “síiiiiiiiiiiiiiii, qué bueno“.  Además, esas razones son las que me ayudarán a componer unas fotografías con alma. Quizás haya muy poco glamour, pero sí mucha sensación de hogar. Es lo único que ahora mismo quiero. No necesito impresionar, ni hacer nada que yo no quiera solo porque se lleve o sea precioso o perfecto. Comida de verdad presentada con todo mi cariño.

 

A estas alturas de la película, mis seguidores me conocen y supongo que esperan de mí justo lo que estoy explicando. Este apartado de Laube Leal será más “Sano y de rechupete” que nunca y llevará muchísimas más dosis de amor hacia la comida que en períodos anteriores. Más respeto por la materia prima, más pasión por la comida y menos artificios vacíos de sentido. Platos que te arranquen una sonrisa, que te hagan chuparte los dedos y que te ayuden a reconfortar tu cuerpo y a serenar tu espíritu. Quédate conmigo si persigues esos mismos objetivos gastronómicos y crees que yo puedo mostrarte propuestas que te interesen. Si buscas cocina de la fina, aquí no la encontrarás. No quiero que te vayas, pero tampoco quiero engañarte ni pedirte que te quedes si mis recetas no responden a tus inquietudes. El tiempo de hacer lo que no queremos y quedarnos en lugares por compromisos y tonterías ha pasado. Yo solo quiero ser un poco más feliz y que tú también lo seas, conmigo o sin mí. 

 

A todos mis lectores y seguidores, feliz año 2018. 

 

 

Spaghetti con calabacín y limón

 

INGREDIENTES (2 personas):

• 150 g de spaghetti de sémola de trigo duro
• 2 calabacines medianos
• un limón (ralladura y jugo)
• 3 ramas de hierbabuena
• 25 g de queso de cabra curado rallado
• sal marina gruesa
• aceite de oliva virgen extra
• pimienta negra recién molida

 

ELABORACIÓN:

1º) Pon a hervir bastante agua con sal y, cuando rompa el hervor, añade la pasta. Sigue las instrucciones del paquete en cuanto al tiempo de cocción, pero es importante que dejes la pasta muy al dente. Yo tuve los spaghetti cociendo durante 7 minutos. No los escurras. Resérvalos.

2º) Lava los calabacines y el limón. Corta los calabacines en bastones largos de 0,5 cm de grosor. Saltéalos durante 3 minutos a fuego alto en una sartén con 3 cucharadas de aceite de oliva. Añade la ralladura y el zumo del limón y las hojas cortadas de dos ramitas de hierbabuena. Salpimienta a tu gusto y añade el queso rallado.

3º) Incorpora los spaghetti a la sartén con los calabacines, sacándolos directamente de la olla donde se han cocido a la sartén, para que transporten parte del agua llena de almidón y esta ayude a ligar la salsita ligera de aceite, limón y queso. Añade un cucharón de agua más y mueve la sartén para que todo se mezcle. Corrige de sal si lo consideras necesario.

4º) Sirve en los platos y añade las hojitas más pequeñas de hierbabuena.

 

¡Listos para comer! 

 

 

A tener en cuenta:

 

• Puedes escurrir la pasta si lo prefieres y reservar un par de cucharones del agua de la cocción.

 

• El aceite, el zumo del limón, el queso, el agua que han soltado los calabacines y el de la cocción de la pasta crean una salsa muy ligera que rodea los spaghetti y que los hace estar muy sabrosos, siendo al tiempo muy ligeros en calorías.

 

• La hierbabuena le va fenomenal al calabacín y al limón, pero el tomillo fresco es igualmente una opción ganadora. También me gusta con albahaca y con salvia. Elige lo que más te guste o de lo que tengas en casa. Ni se te ocurra salir a comprar ningún ingrediente. Usa lo que tienes y combínalo con tu imaginación. Cocina con sentido y economía.