Me encantan los tomates. Me chiflan las especias. Adoro la salsa de tomate. Me gusta el sabor de los alimentos horneados. ¿Cómo no iba a hacer una salsa especiada de tomates asados? ¡Estaba cantado!
¿Qué tiene de especial esta salsa? Nada y todo. Me explico. En primer lugar, los tomates se asan enteros, con sal marina gruesa y ajos (chafados y sin pelar), dejando que se queme parte de su piel y se concentren sus sabores. De esta manera verás que el color de la salsa es bastante más oscuro de lo habitual. En segundo lugar, lleva guindilla seca y especias, muchas especias. Por último, no se pasa por el chino para hacerla estéticamente más homogénea. Tengo que decir que yo jamás elimino las semillas de los tomates, porque no lo estimo necesario y porque en ellas hay muchísimas propiedades favorables para la salud, como por ejemplo la vitamina K que no es tan fácil de encontrar en otros alimentos en cantidades importantes. ¿Que para qué sirve…? Imprescindible para la coagulación de la sangre. De hecho, parece ser que la aspirina podría ser sustituida por los compuestos de las semillas del tomate en cuanto a sus efectos anticoagulantes. ¿Te parece suficiente? Y olvídate de esos mitos y otras leyendas urbanas sobre que podrían producir apendicitis.
La receta es muy sencilla. Verás qué facilita y qué cambio de sabor respecto de la habitual.
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=» icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] INGREDIENTES (aproximadamente 1 l de salsa):
- 2 kg de tomates para salsa (peras, canarios pequeños…)
- 6 dientes de ajo con piel y chafados
- 4 hojas de laurel
- 1 guindilla seca finamente picada (en su defecto, 1 cucharadita (para el café) de copos de guindilla)
- 1/2 cucharadita de comino en polvo
- 1/2 cucharadita de canela
- 1/2 cucharadita de pimienta negra recién molida
- 1/3 de cucharadita de nuez moscada
- sal marina gruesa
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=» icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] ELABORACIÓN:
1º) Lavar los tomates, quitarles el pedúnculo y ponerlos en una fuente amplia y algo plana para el horno. Disponer por encima las hojas de laurel y los dientes de ajo chafados. Hornear a 190ºC durante 30-40 minutos o hasta que parte de su piel empiece a quemarse.
2º) Retirar las hojas de laurel y pasar el resto (tomates y ajos) por un pasapuré con el disco mediano (para mi gusto, es el mejor y más adecuado para la salsa de tomate).
3º) Verter la salsa resultante en una olla más bien baja y ancha (para que evapore mejor y más rápidamente el agua de la salsa), salpimentar, añadir la guindilla y el resto de especias. Poner a fuego 6-7 de 10 durante unos 40-45 minutos o hasta que la salsa haya reducido al menos en 1/3 del total de su volumen.
No tiene más ciencia. ¿Es fácil o no es fácil? Pruébala. Te valdrá como comodín de muchas clases de bases de tomate. No imaginas qué rica con una pasta, con pollo… Me gusta emplearla para mis habichuelas en tomate, con arroz blanco y plátano frito (un tipo arroz a la cubana, pero con habichuelas), añadiendo un poquito de chile picante para darle más «alegría».
La probaré porque debe estar deliciosa. Gracias. 🙂
Javier, sin duda te va a gustar. A mí me apetecía incluso meter la cuchara, así, a las bravas…
Me alegra que te haya gustado.
Besitos
Muy buena idea Laura!! Yo también hice una salsa así, con tomates asados y me gustó mucho. No puse tantas especias como tu has hecho, así que la próxima la haré a tu manera…..Además que fondo de nevera tan bueno!
Muchos besos
Opino como tú, Ana. Esta salsa es un fondo de nevera fantástico, porque queda bien con pescado, carne, verduras… No te digo lo rica que está sobre una pizza.
Gracias por venir, Ana.
Besitos y buena semana
Yo la he hecho alguna vez así laura… Cuando están temporada y bien maduros… Eso sí la mia no era tan alegre… Pero la próxima la haré especiada… ¿En una pizza? ¿Un pisto?mmm!!!!!
Y hasta a cucharadas, Iván. Ñammmmmmmmm
Besitossssssss
Alguna vez he preparado parecido, pero cuando hago para embotar uso cazuela porque me caben más, aunque no tiene el mismo sabor ni parecido.
Besos.
Sí, es cierto. Pero tenemos que adaptarnos a hacer las recetas según necesitemos, verdad María? ¿Cultivas tomates? ¡Qué bueno!
Besitosssssssssss
Sí la salsa de tomate casera, me gusta. Está ya es que me puede volver loca, con el toque de las especies y el comino que me apasiona.
¡Me la anoto! Sin duda la probaré.
Besos.
Carmen, eso mismo me dije yo al hacerla la primera vez. ¡Y las posibilidades que tiene según los gustos!
Por cierto, me encanta eso de «croqueteando…». ¡Genial!
Besitos
Fantástica, es una passata perfumada. Personalmente no me gusta mucho el laurel, pero bueno, lo que importa es la idea y que cada uno experimente con sus aromas y en función del uso posterior
¿No te gusta el laurel en general o en la salsa de tomate en particular? Para mí da un toque seco que me gusta mucho, pero, como bien dices, de lo que se trata es de que cada uno experimente y busque aromas y sabores que les agraden y vayan bien con las aplicaciones posteriores.
Sabe a gloria…
Besitosssssssssss
Adoro las salsas caseras y esta tan especiada es de las mías!! Nunca hago una igual, siempre que hago salsa voy variando según el día y la receta, probaré esta porque sé que me va a encantar!!!
Besosss
Somos unas locas de las especias. Me resulta tan extraño que haya gente que diga que no le gustan las especias ni las hierbas aromáticas. ¿A qué sabe la comida sin ellas?
Nosotras seguro que vivimos en India en nuestras vidas anteriores. 🙂
Besitos