En “Mis básicos de fotografía para no profesionales” ya tuvimos la ocasión de hablar del encuadre de una fotografía, pero vamos a aprovechar para recordar el concepto.

 

El encuadre es todo aquello que se quiere situar dentro de una fotografía o, lo que es lo mismo, la porción de escena que queremos captar en una foto.

 

Fíjate, analizando la definición, lo importante que es este concepto en fotografía gastronómica. Imagina una mesa preciosa, grande y cubierta por un bonito mantel blanco; está llena de platos, cubiertos, tazas y vasos, así como algún jarroncito con flores y una deliciosa tarta. Frente a ella podemos tomar dos actitudes: pretender fotografiarla completamente o, como es habitual, decidir qué porción de esa escena vamos a reflejar en nuestra foto. En consecuencia, hemos de delimitar y acotar el total de lo que ven nuestros ojos y centrarnos en lo que nos parece más importante y queremos mostrar a quienes vayan a ver nuestra imagen.

De todo esto se deduce que toda fotografía gastronómica comienza siempre por la decisión personal de acotar la escena completa, que debe ser racional y seriamente meditada, pues de ella dependerán otros factores importantes.

 

Tras esa composición mental, tendrás que elegir el objetivo idóneo, la distancia focal que mejor le irá y el encuadre más apropiado para ello. Como puedes ver, la parte más artística de la fotografía (encuadre, composición, ángulo) no puede desligarse de la más técnica (longitud focal, distancia focal…) sin que alguna de las dos se resienta. Te invito a repasar el post sobre la importancia de la composición en la fotografía en general para que complementes el tema del encuadre.

 

[icons size=’fa-lg’ custom_size=” icon=’fa-eye’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=’#91791b’ icon_color=” background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] En líneas generales, y en cuanto a su orientación y formato, existen dos tipos principales de encuadre:

 

→ Horizontal: es el clásico y habitual encuadre apaisado e incluso para el que, de manera física, viene construida la propia cámara. Es el mejor cuando queremos destacar una línea horizontal (una mesa, por ejemplo) o cuando queremos fotografiar un plato completo.

Taboulé de verano, con vegetales y garbanzos.

 

→ Vertical: es el encuadre perfecto para destacar elementos con altura, como una tarta tipo layer cake con muchas capas, una copa de macedonia de frutas coronada por frutos secos y hojas de menta o una botella, por poner algunos ejemplos. Desde mi punto de vista es un encuadre muy atractivo para los blogs de cocina donde la fotografía es uno de los puntos fuertes, dado que la imagen parece o da la impresión de ser mucho más grande y cercana a nuestros ojos, siempre que aproveches el ancho completo de la plantilla de tu blog.

Cómo hacer unas buenas papas arrugadas.

 

Además de estos encuadres, básicos y generales, podemos reseñar otros dos:

→ Cuadrado: poco habitual, pero puesto de moda por la app Instagram. A mí me parece un encuadre moderno y me siento cómoda con él para algunas tomas concretas, especialmente cuando utilizo un encuadre con espacio lleno o para los collages. Pero, como todo, es gusto personal. No es más ni menos correcto.

Brownie con naranja para uno.

 

→ Panorámico: prácticamente inexistente en fotografía gastronómica. Lo estimo mucho más para fotografía de paisaje, pero supongo que habrá quien encuentre la manera de emplearlo en, por ejemplo, mesas de celebración de eventos. ¿Por qué no?

 

[icons size=’fa-lg’ custom_size=” icon=’fa-bug’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=’#91791b’ icon_color=” background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] ¿Y a ti…? ¿Cuál es el encuadre que más te gusta o con el que te sientes más cómodo? 

 

¡Hasta la próxima entrada!