Hoy comienzo una serie de artículos en colaboración con distintos profesionales, artistas y apasionados de distintas ramas del conocimiento y del arte. Estoy entusiasmada, porque me parece un gran logro traer a mi espacio a un montón de personas, con saberes diferentes y con algo en común: su amor hacia la fotografía, la literatura, el diseño, la ciencia, el lenguaje, la filosofía, la tecnología, la ley, el marketing… Para un ser humano no debería existir nada más valioso que poder escuchar a quien sabe mucho sobre algo y se apasiona con esa área del saber. Para mí, al menos, no lo hay y espero que para ustedes, mis queridos lectores, tampoco lo haya. Me sentiría muy afortunada si disfrutasen, e incluso debatiesen, con cada una de las personas que van a ir apareciendo por Laubeleal que van a ir dejando, cada cual a su manera, sus respectivas improntas.
Me siento muy orgullosa de anunciarles la primera y flamante colaboración, que es la del compañero Manolo Santana. Él se presenta solito, pero les pido que no pierdan hilo de sus argumentos y, si tienen dudas, preguntas o discrepancias, no duden en exponerlas, porque, además de buen fotógrafo, es un estupendo divulgador, al que no le falta un agudo sentido del humor.
Advertencia:
Estimado lector, el contenido de este artículo puede herir tu sensibilidad.
Ni el autor del mismo ni el blog de Laura se hacen responsables de vestiduras rasgadas ni de ataques de ansiedad en el ego.
Dicho esto, comencemos.
Sobre mí:
Soy fotógrafo amateur desde los 12 años. No me dedico a la fotografía de forma profesional, aunque durante una época realicé reportajes de diverso tipo y colaboraciones. Fotografío con cámara reflex de 24×36 mm, con cámara Evil de formato APS-C y con teléfono móvil, lo que tenga a mano. He aprendido casi todo lo que sé de forma autodidacta, algunas cosas en cursos y talleres y llevo 34 años enamorado de la fotografía.
Las imágenes que ilustran este artículo son de mi autoría y están protegidas en Safe Creative con todos los derechos reservados. Se incluyen únicamente a modo de ejemplo gráfico.
¿A quién va dirigido este artículo?:
A todas esas personas que se sienten agobiadas por el exceso de información, a veces contradictoria que se encuentra en internet y en círculos fotográficos de diverso tipo. A principiantes, inexpertos, personas con dudas, independientemente de su nivel de conocimientos y a los que ven la fotografía como arte, no como un conjunto de reglas y técnicas.
¿Qué no es este artículo?:
No es un tutorial, ni un montón de consejos insípidos para que seas mejor fotógrafo, o copiador de estilos. Tampoco es el santo grial para aprender fotografía sin estudiar. En cambio, trataré de hacerte ver la fotografía desde mi punto de vista, el de un aficionado que intenta mirar con objetividad, pero con un punto de escepticismo, aportando algunos consejos útiles para que no cometas los mismos errores que muchos principiantes tuvieron, incluido yo.
Qué pretendo:
Después de este tiempo haciendo fotos y con el auge de la fotografía digital en la última década, he observado tendencias al alza de comportamientos un tanto distorsionados. En este artículo pretendo desmitificar algunos de los muchísimos “dogmas de fe” y consejos de sabio y “maestrillo” que pululan por tantos blogs y redes sociales. También pretendo que veáis el arte de fotografiar como algo más creativo y menos mecánico. Seguro que no terminaréis siendo artistas por leerlo, pero sí trataré de quitaros la ansiedad y la depresión que algunos blogueros causan en la gente hablando de ellos mismos, de su arte, de su nivel, de lo buenos que son, blah, blah, blah… Incluso os animo a que, después de leer este mismo artículo, lo olvidéis, si es vuestro deseo.
→ La elección es vuestra; píldora roja, píldora azul, ya sabéis. ←
El instrumento no hace al músico:
Seguramente habréis leído hasta la saciedad aquello de que “el instrumento no hace al músico y, por ende, la cámara no hace al fotógrafo”. Esto es cierto en parte, porque mientras que para tocar música necesitas un instrumento musical y unos conocimientos mínimos, para hacer fotos solo necesitas una cámara que las haga, aunque sea en modo totalmente automático, le pese a quien le pese y lo diga quien lo diga, aunque tenga miles de premios y diplomas.
Y sin necesidad de conocimientos de ningún tipo, excepto mirar por un ocular o a una pantalla y pulsar un botón.
En el primer caso, una persona que se compre una flauta, no será músico hasta que sus conocimientos en esta materia no le permitan tocar una pieza de forma armoniosa, en lugar de producir unos ruidos estridentes.
En el segundo caso, la persona que haga una fotografía con una cámara compacta, réflex, móvil… lo que sea, es un fotógrafo, a pesar de que algunos “amigos” os quieran hacer creer lo contrario. Otra cosa es discutir si se es fotógrafo profesional, amateur, bueno, malo, pésimo, etc. Pero se es un fotógrafo. Cuando alguien ve una foto y quiere conocer su autoría suele preguntar “¿Quién es el fotógrafo?” No se pregunta “¿Quién es el presunto fotógrafo, o el tirafotos?”
Definición según la Real Academia Española:
fotógrafo, fa
- m. y f. Persona que hace fotografías.
- m. y f. Persona que tiene por oficio hacer fotografías.
El fotógrafo no es una máquina:
Una cita del fotógrafo Carl Mydans dice lo siguiente: “Uno se convierte en fotógrafo cuando ha superado las preocupaciones del aprendizaje y en sus manos la cámara se convierte en una extensión de uno mismo. Entonces comienza la creatividad.”
Hoy en día, con la tremenda y excesiva cantidad de controles y ajustes que tienen estos artefactos, esto no es muy exacto, a no ser que siempre uses la misma cámara.
Como ejemplo os pongo la diferencia en los menús de ajustes de diferentes modelos de una misma marca de cámaras; es imposible navegar por ellos con una fluidez tal que os permita manejar la cámara sin apenas mirarla o perder un tiempo precioso.
¿Acaso un fotógrafo que maneje una, dos o tres cámaras, sin mirarlas, en completa oscuridad incluso, deja de serlo porque haya comprado un modelo nuevo con diferentes menús y ésta ya no sea una extensión de sí mismo hasta que tenga soltura en manejarla? No, verdad. Pues a tener en cuenta y leer bien las citas dos y tres veces, para no caer en tópicos.
Y como el fotógrafo no es una máquina, en la medida de lo posible, si queréis que el momento de hacer una toma sea creativo al 99% y mecánico en un 1%, lo hagáis en modo manual, o semiautomático, con ajustes fijos y sin depender de variaciones cada dos por tres. Ya veréis que vuestras fotos serán mejores si tenéis menos en cuenta las preocupaciones de activar o desactivar este o aquel ajuste. Mi cámara ideal es cualquiera que tenga el modo M (manual) para las fotos artísticas y el modo P (programa desplazable) para esas tomas de reportaje rápido. Por cierto, muchos os aconsejarán los modos Av (prioridad de apertura) y Tv (prioridad de velocidad) antes que el P, pero con este último también podéis obtener las mismas ventajas, pues es un modo de trabajo muy flexible que os permitirá variar la combinación de velocidad y diafragma a vuestra conveniencia, sin que la imagen salga mal expuesta, en condiciones de luz y contraste relativamente normales, con sólo mover un dial. Y no; el hecho de usar cualquier automatismo no os hace peores fotógrafos, al igual que el hecho de usar el modo manual no os hace mejores tampoco.
→ Que no os intimiden. ←
Dioses, maestros, maestrillos y ganadores de concursos:
Es típico en este mundillo encontrar dosis muy altas de egocentrismo, envidia, recelo, desconfianza, celos, envidia, poseedores de la verdad absoluta, genios auto-proclamados, envidia, ignorancia y cuentacuentos. ¿He dicho envidia? Sí, esa también, en mucha mayor medida.
A ver, todos hemos sido aprendices, principiantes, novatos, pésimos, malos, buenos en momentos puntuales, malos otra vez, criticados y alabados. Se han reído de nuestras fotos muchas veces y nos han dado palmaditas en la espalda en otras ocasiones. Nos critican en la intimidad del corrillo y nos alaban de forma falsa en público. Nos hemos equivocado y aún así hemos publicado esa foto mala malísima, buscando la satisfacción del “Me gusta”. Hemos hecho una foto buena entre cincuenta mil malas y otras cien mil que habría que destruir sin pensarlo dos veces.
Pero también los dioses, maestros, maestrillos y ganadores de concursos lo han hecho. Dice el populacho que ellos son más inteligentes porque muestran sólo las fotos buenas. Pues haced lo mismo; sed auto críticos con vuestro trabajo, pero no muy duros al principio. Id elevando el listón poco a poco y exigíos más y más cada vez. Mejorad vuestra técnica sin dejar la diversión y la pasión, pero no la antepongáis a la creatividad. Es preferible un millón de veces ver una fotografía artística con algún defecto técnico, pero que provoque sentimientos, antes que una imagen perfectamente ejecutada, pero aséptica. La clave está en transmitir con vuestras imágenes.
Pero no por ello ambas imágenes dejan de transmitir emociones.
No os dejéis influenciar por estas especies de superfotógrafos que siempre querrán estar por encima de vosotros sin compartir lo que saben. Y mucho cuidado con los que se inventan corrientes fotográficas, modas, estilos y demás. Son los temidos genios auto-proclamados. ¡Bah! es solo autobombo para algo que tal vez se les ha dado bien una vez y tratan de vivir siempre de ello. Probablemente nunca se reinventen o cambien. Suelen tener una verborrea ininteligible que enlaza trozos de textos perdidos en el mar de internet, pillados aquí y allá y unidos de forma que forman un discurso cogido con pinzas, pero que ni ellos mismos son capaces de repetir sin recurrir a la chuleta de turno.
Las corrientes, modas y estilos las cultiváis vosotros mismos. Todos podemos lograr nuestro sello personal, no lo dudéis. Que no os hagan seguir determinada “corriente” porque lo haga “todo el mundo”. Soy muy fan del dicho “Solo los peces muertos siguen la corriente”. Y cuando os intenten justificar que son buenos fotógrafos con su veteranía, ni caso. La veteranía tiene poco que ver con ser bueno. Cuando os digan, de forma muy solemne: “Yo comencé tirando con carrete”, podéis responder con algo así como: “¿Y en todo este tiempo no has aprendido a hacer buenas fotos?”. Sí, sí, no os cortéis. Sed auto críticos, pero también críticos con el trabajo de los demás. Elegid a quien seguís de forma cuidadosa. Por supuesto también os recomiendo seguir a alguien que haga fotos mediocres o malas. Podéis aprender a no cometer los mismos errores que ellos y ¿¡quién sabe!? tal vez ese fotógrafo un día os sorprenda con un giro radical.
Cuidado con redes sociales fotográficas, foros y Facebook. No son un medio adecuado para progresar en vuestros conocimientos. Si bien se suelen organizar cursos y talleres, estos son difícilmente accesibles a todos, por problemas de horarios, prisas, tiempo, economía, etc. Os aconsejo alguna escuela de fotografía; suelen tener horarios flexibles y podréis encontrar algunas muy cerca de vuestra localidad. Además, los cursos y talleres suelen ser más prolongados en el tiempo.
Los foros de fotografía están en plena decadencia desde hace años, pues si bien algunos de ellos tienen mucho movimiento, muchas veces podéis constatar que no hay un nivel alto y exigente de crítica ni aprendizaje. Y si sumamos que suelen ser el punto de origen de corrillos, en los que las palmaditas entre amigos son lo habitual, pues apaga y vámonos.
De Facebook es mejor huir si queréis aprender. Ahí todas las fotos “son buenas”. Curioso ¿no?
Reglas, técnica, teoría y práctica:
El aprendizaje académico del arte de la fotografía es un poco tedioso al principio, ya que tendréis que aprender mucha teoría, algo de historia, técnicas y reglas. Muchos os dirán que las reglas están para romperlas. Otros, además, que sin técnica no hay foto. Al principio es conveniente seguir estas, para aprender a ser un fotógrafo “académico”. Pero cuando tengáis mucha práctica y soltura, os daréis cuenta de que las reglas no son tales. Sí, sí, en cuatrocientos millones de blogs hablan de la regla de los tercios, la de la proporción áurea, líneas de fuga, horizontes, diagonales, ritmo, forma, patrones, el círculo, el triángulo, espacio negativo… uffff… (cojo aire)… etc. Vale ¿y qué? No hay dogmas de fe. No debéis creeros todo lo que los sabios os dicen. Valorad asimilar lo que os conviene para vuestro provecho y estilo propio. Descartad lo que no os ayude o agrade. ¡Acabo de oír rasgarse alguna vestidura por ahí!
Por ejemplo, determinado fotógrafo muy famoso y especializado en grandes paisajes, recomienda usar determinado equipo y metodología de trabajo. Si bien a él le resulta óptimo, otro gran paisajista al que sigo tiene equipos y sistemas de procesado diferentes. ¿Cuál de ellos es mejor? Ninguno. Son igual de buenos, porque ambos han adaptado sus sistemas de trabajo a sus preferencias, gustos y estilos personales. Por eso os digo que no hay dogmas de fe.
→ Haced lo que os dé el mejor resultado y con lo que os encontréis más satisfechos. ←
Aprended, pero dejaos llevar también por la intuición. Os sorprenderéis en ocasiones al comprobar que, siguiendo algunas de las denominadas reglas, la imagen transmite menos que componiendo de una forma –digamos– menos académica. ¿Está mal? Si funciona, no. Ahí está el quid de la cuestión. Aprender sí, limitarse uno mismo con lo aprendido, no. Algunos lo llaman transgredir las reglas. Yo lo llamo tener visión. Lo que nunca os van a enseñar en ningún sitio es a aprender a observar, que no es igual que mirar. Podéis pasaros una vida mirando y no daros cuenta de que tenéis una buena foto delante. Os aconsejo observar, en lugar de mirar. Ver la foto escondida entre multitud de detalles, entre el gentío, en medio de un paisaje caótico. Anticipaos al momento, si podéis. Adivinar el futuro, esa es la idea. Ver la toma antes de que acontezca. La conjunción que ocurrirá entre elementos en la imagen, la expresión que está por poner esa persona para un retrato, la reacción ante un hecho, la nube que se colocará de forma ideal en el paisaje… está a vuestro alcance. Eso no se enseña. Eso se aprende con la práctica y con poner sentimiento y sensibilidad cuando decides hacer una fotografía.
Mientras paseaba por La Laguna (Tenerife), observé al cámara haciendo un reportaje para una televisión local y al niño que lo miraba detenidamente desde la silla que se ve detrás suyo. Al ver que éste se levantaba de la misma, no lo pensé dos veces: compuse y esperé el momento del disparo. El resultado está a la vista.
Habla menos y practica más. Conozco algunos fotógrafos que se pasan gran parte del año hablando, teorizando, durmiéndose en los laureles y perdiendo tiempo en Facebook, porque son adictos a escucharse ellos mismos. Y luego hacen tres fotos, justificándolo con su falta de tiempo, motivación, medios, etc. Yo era de esos. Ahora procuro coger más la cámara y usar menos el Facebook y los foros. Por supuesto que son necesarios para promover tus imágenes, pero como medio, no como meta.
Llévate la cámara siempre que salgas. Atrévete a usarla en cualquier lugar. Acepta retos y desafíos, participa en quedadas fotográficas, interactúa con tus amigos fotógrafos, comparte tus conocimientos, expresa tus dudas. Si eres persona solitaria, pasea, viaja, muévete a tu antojo por tus lugares preferidos. Si eres paisajista no vayas siempre en la misma época del año, ni siquiera a las mismas horas.
Haz fotos que, a priori, parecen imposibles: con la luz de la luna, con la de una vela, bajo el agua, con ventisca o nevada, mientras vas al trabajo o cuando sales de éste, cuando vayas a la discoteca o cuando salgas de fiesta. La cámara debe ir contigo siempre. Y si no, el móvil, pero no pierdas la oportunidad de hacer una toma que se te ponga en bandeja.
→ Observa, practica, falla, repite, persevera. ←
Imagen resultante de un desafío propuesto por un amigo en Facebook.
Originalidad:
Cuando consigas definir cierto estilo propio, verás que tus imágenes comienzan a ser más originales. La gente identificará tu obra por tu estilo.
En cierto modo, no suelo ver mucha fotografía en internet, al contrario de lo que la mayoría recomienda. Es posible que me pierda muchas cosas, pero también es muy posible que lo que haga sea más “mío” que del resultado de ver obra ajena y, por tanto, de “haber copiado” de alguna forma lo que me haya gustado recientemente. Aunque también es muy probable que lo que yo esté haciendo ya lo hayan hecho miles de fotógrafos antes y que de original no tenga nada, pero al menos estoy seguro de que estoy siendo honesto conmigo mismo y de que he llegado a un resultado igual o similar por medios propios. Os recomiendo ver obra fotográfica clásica durante vuestro aprendizaje, pero id buscando autores menos convencionales cada vez. En la variedad está el gusto, según dicen.
Retoque y arte digital, only RAW, puristas y obsesos de la perfección:
Hay defensores y detractores a partes iguales del arte digital, esto que comúnmente se llama retocar o “fotoshopear” (vaya palabrota) la imagen. Yo defiendo ambas cosas. Un día querrás mostrar una foto y al otro crear una escena digital. ¿Por qué no ibas a retocar la imagen? Haz lo que desees. Lo importante es que al final obtengas una creación artística, pero eso sí: no lo llames fotografía; llámalo arte digital.
De igual modo, hay defensores a ultranza de una corriente llamada “Only RAW”. En mi opinión esto en un craso error y un claro signo de ignorancia tecnológica, sin ánimo de ofender. Paso a explicarlo: cuando hacemos una fotografía en una cámara que guarda los datos en formato RAW (ojo, esto no es un formato de imagen, sino de archivo digital), lo que la cámara hace es guardar en dicho archivo una serie de parámetros e instrucciones para que, mediante el programa adecuado, veas una representación de la imagen que fotografiaste. Aquí está mejor explicado: Wikipedia: RAW
Los programas como Lightroom o Capture One interpretan esos datos y nos muestran una imagen similar a lo que vimos en el momento de la toma. Similar no es igual. Es decir, el conjunto formado por nuestros ojos y el cerebro ve una realidad, mientras que el conjunto formado por el objetivo, el sensor y el procesador de la cámara “ve” su propia realidad, que es diferente a lo que vemos nosotros. Por tanto, si la corriente Only RAW defiende el hacer la toma y mostrarla tal cual se ha capturado, no estaremos mostrando lo que nosotros hemos visto en ese instante. Sus defensores alegan que mediante el uso de filtros y otros accesorios se puede lograr mostrar esa realidad sin cambios pero, no nos engañemos, (de momento) no es así. El mero hecho de que los humanos tengamos una capacidad de percepción, sólo en rango dinámico de luminosidades, de más del equivalente a 20 pasos de diafragma y que una cámara de gama muy alta llegue a 12 pasos, 9 en el caso de una cámara de gama media, ya es un factor bastante esclarecedor. Caso aparte es que nos guste como ha quedado una imagen tal cual la ha capturado la cámara, pero sigue sin ser lo que vimos con nuestros ojos. La capacidad del fotógrafo artista es saber ver la “realidad” que quiere mostrar en lugar de la que existe.
Para compensar la mencionada limitación, los fotógrafos que quieren captar toda la gama de luminosidad disponible, usan la técnica del HDR, la cual bien usada y de forma sutil puede ayudar, pero en casos extremos mostrará imágenes irreales y poco naturales. Por supuesto, esto se aparta del Only RAW.
Hay muchísima obsesión hoy en día por obtener imágenes perfectamente nítidas, iluminadas, exentas de ruido digital y otros defectos. La realidad es que la perfección no existe. Dedícate a hacer fotos en lugar de leer extensos artículos técnicos sobre rango dinámico, curvas lineales y logarítmicas, profundidad de bits y mil pares de conceptos más que aburrirían hasta al profesor aquel que hablaba del sexo de los ángeles. No trates de sacar todo el detalle de las sombras, ni de las luces. No te obsesiones por lograr la perfección extrema en el enfoque, perdiendo horas con técnicas como la separación de frecuencias, la del ajuste por capas de luminosidad, pruebas de miles de plugins, etc. Por cierto ¿os habéis dado cuenta de la ingente cantidad de “tutoriales” de expertos que existen hoy en día para hacer esto y lo otro, que antes hacías con un simple clic de ratón y un par de deslizadores? ¿Sabéis cuál es la razón? Por un lado, ganar protagonismo y visitas a sus webs y por otro, ganar dinero impartiendo talleres o vendiendo videotutoriales en internet. He visto auténticos rodeos para llegar a un simple ajuste de saturación (lo que se llama rizar el rizo). ¿Eres cangrejo? ¿No? Pues no retrocedas en el tiempo.
Si dedicas mucho más tiempo al proceso que a la toma, es que la foto no merece ser mostrada. Una imagen con fuerza no necesita de todos esos artificios, a no ser que te dediques a ello de forma profesional y amortices el tiempo empleado. Al final lo único que conseguirás será aburrirte, al tener que procesar los cientos de imágenes mediante esas técnicas y dejarás de hacer fotos. Y a ver quién niega que los verdaderos maestros de la época química (mal llamada analógica), con muchas más limitaciones y con muchos más defectos en sus imágenes, producían verdaderas obras de arte.
Para obtener estas imágenes se realizó un único disparo para cada una y no tienen otro procesado que el ser digitalizadas este mismo año, pues son diapositivas de 1994. En aquella época era primordial medir bien y no disparar a lo loco. Lo de ver la foto en pantalla ni se nos pasaba por la imaginación.
Fotos buenas y fotos malas:
¿Quién decide lo que es una foto buena y una foto mala?
¿Quién asegura que determinada composición, o disposición de elementos en el encuadre, está bien o mal?
¿Quién juzga lo que el fotógrafo quiso hacer y lo que realmente “le salió”?
¿Quién decide lo que es un error o una transgresión?
¿Y quién si un desenfoque es intencionado o un error?
La respuesta debería ser TÚ. Porque nadie mejor que tú debe ser el principal crítico con tu obra. Lo demás son consideraciones subjetivas de personas que tratan de imaginarse lo que quieres mostrar. Cuanto más claro sea el mensaje, menos lugar dejas a las dudas y malas interpretaciones. Si recibes una mala crítica, analízala bien. No te calientes la cabeza porque hayan tirado a la papelera esa foto que creías una obra maestra. La mejor forma de aprender es que otras personas critiquen tu obra. Tal vez se equivoquen, sí, pero de ti depende el dónde y el por qué muestras esa foto. Vuelvo a repetirte que Facebook no es una buena plataforma para esto. Y si, por el contrario, recibes una buena crítica (y no me refiero a un “muy buena”, “me gusta”, bonitos colores”, “buen ojo, maestro”, “eres un crack”, etc. etc…), analízala también. ¿Por qué le ha parecido buena? ¿Coincide lo que esa persona vio con lo que has querido transmitir? ¿Acertó al valorar tu obra? De ti depende ser honesto contigo mismo y con tu obra. La estás mostrando al mundo. No des una mala imagen de ti mismo.
Títulos y textos acompañando las imágenes:
A muchos fotógrafos se les calientan las neuronas al buscar títulos para sus fotos. En algunos casos tienen claro el mensaje a mostrar, pero no encuentran un título a la altura de la imagen. En otros casos no tienen ni idea de qué querían hacer, pero buscan un título molón. A otros muchos fotógrafos les da igual el título, así que con los “Sin título 1”, “Sin título 2”, o incluso con el nombre del archivo digital tienen de sobra. Éstos consideran que su mensaje está bastante claro, o que su fotografía no necesita título y la dejan así. Esto no es ni bueno ni malo, ni correcto ni incorrecto. Haz lo que te plazca, pero no intentes cambiar el sentido de una imagen por el título. Una vez más, sé honesto contigo mismo.
Lo que sí es aconsejable es huir de lo evidente y repetitivo; si fotografías una margarita, es de suponer que no vayas a titular la imagen como “Margarita”. Otra cosa es que quieras poner su nombre científico u otro título que ayude a destacar algo no muy obvio en la imagen, como por ejemplo “Fasciación de margarita común”. No hay nada más aburrido que ver una galería fotográfica llena de títulos como “Nube”, “Árbol”, “Puesta de sol”, “Marina”, etc. Sé original.
Caso aparte es poner el nombre de una persona retratada. Si publicas una foto de Anselmo, no seas rebuscado y vayas a titularla “Las duras grietas de amargas vivencias de la guerra civil española”. La titulas “Anselmo, vivencias”, o “Anselmo” a secas y ya está, por ejemplo.
También hay fotógrafos que añaden textos a sus imágenes, bien sea en el pie de foto o en una caja de texto en sus galerías. Pueden ser textos aclaratorios, poemas, dedicatorias, etc. Hay quien dice que si una foto es buena no necesita texto. Si el texto dice lo mismo que la imagen, desde luego que sí, pero ¿y si es acompañada de un poema o una dedicatoria a alguien o a algo? ¿Por qué no ibas a poder ponerlo? Una vez más, rehuye los dogmas de fe y haz lo que consideres mejor, pero siendo consecuente. Es decir, no intentes reforzar una imagen mediocre con un texto. Lo que debes hacer es no publicar esa imagen mediocre. Sea como fuere, si publicas texto, sé breve. Si tiene demasiado, nadie lo leerá.
¿Qué es fotografía documental y qué es arte fotográfico?:
Este es un tema muy espinoso, porque lo que para unos es arte, para otros es basura. Os pondré unos ejemplos:
• Macro: Un fotógrafo aficionado a esta temática puede considerar que el hecho de fotografiar una hormiga con el máximo detalle es una obra de arte, mientras que otro fotógrafo la consideraría fotografía documental. En el primer caso, el autor lo podría considerar así porque le ha costado muchas horas, incluso días, haber llegado a ese resultado y lo considera “bonito”. En el segundo caso, el otro fotógrafo, esta vez como observador, consideraría que es fotografía documental por mostrar una hormiga ante un fondo lo suficientemente desenfocado y poco más. Ideal para una enciclopedia o un banco de imágenes. Para este segundo fotógrafo, sería arte si la hormiga estuviese sobre una hoja cuyo color contrasta con el de ésta, rodeada de gotitas de agua que reflejan nítidamente los detalles de alrededor, todo esto sobre un fondo desenfocado que no desmerece el resultado, por ejemplo.
• Paisaje: No es arte una fotografía de una puesta de sol en un lugar poco interesante y con luces quemadísimas, mientras que otra con una escena similar, una buena composición y ciertos elementos aportando escala en primer plano, más una exposición muy bien controlada podría ser considerada una obra de arte.
•Fotografía arquitectónica: Hacer tomas de edificios en una ciudad de forma convencional, con encuadres poco originales, tal y como los vemos a simple vista, podría ser considerado fotografía documental. Pero hacer las tomas componiendo con un contrapicado, con un cielo con nubes muy contrastadas y enfatizando luces y sombras en blanco y negro, desde mi punto de vista sería arte. ¿Cuál os llamaría antes la atención?
El límite es muy difuso. De vosotros depende hacer una cosa u otra. Pero no os confundáis; si os gusta la fotografía artística, tratad de hacerla. Y hacedla de forma que destaque sobre las de otros. Lógicamente, llegar a hacer arte es tarea ardua, larga y compleja. Posiblemente a la mayoría de nosotros nos cueste muchos años llegar a eso, o ni siquiera lo consigamos, mientras que a otros fotógrafos, que apenas empezaron hace unos años, les salga el arte ”por las orejas” y publiquen auténticas obras como churros.
No te repitas:
Ansel Adams decía que “Reunir doce fotos buenas en un año es una excelente cosecha”. Aplícate el cuento y no te repitas. Si has cogido el gusto por una temática, haz selección y muestra las mejores. No aburras a tu público con 25 puestas de sol seguidas. Practica diferentes disciplinas, temáticas, encuadres y esquemas de iluminación. Sé variado, divertido, trascendental, irónico, desenfadado, original… Transmite diferentes emociones en tus imágenes, pero no te repitas; es muy desagradable ver las mismas fotos día tras día. Por ese motivo he dejado de seguir a fotógrafos en varias redes sociales. Y mucho menos se te ocurra publicar variaciones de una misma imagen en Flickr, 500px o cualquier sitio similar, porque no estés seguro de cual es mejor. Eso sólo denota falta de criterio propio y es de malos principiantes, además de una falta de respeto a tus seguidores.
¡Sé valiente y escoge una sola foto!
Una cita del fotógrafo Alex Webb:
“Haz fotos porque te encante hacerlas, porque simplemente necesites hacerlas, porque tu recompensa principal sea el proceso de hacerlas. Otras recompensas -como el reconocimiento o la remuneración económica- son escasas y efímeras. Y si de algún modo llegas a tener éxito, será inevitable que haya rachas en las que seas ignorado o en las que tengas pocos ingresos y en muchos casos ambas. Está claro que hay muchas formas más fáciles de ganarte la vida en esta sociedad. Hacer fotografías es una pasión, no una carrera”.
Consideraciones finales:
Ya dije al principio del artículo que éste iba a herir sensibilidades. En este momento es posible que haya perdido algunos “amigos” y seguidores, pero no sería consecuente con mis ideales si no digo todo lo que pienso sobre mi forma de ver el Arte de la Fotografía. Nadie es perfecto. Para ser honesto, yo siempre me he considerado un fotógrafo mediocre y posiblemente me digáis que no soy nadie para dar consejos, pero los años me han enseñado unas cuantas cosas y me siento con pleno derecho a dar mi opinión, aunque no llegue nunca a ser “maestro” ni artista.
Espero que mi forma de ver las cosas os ayude algo, aunque sólo haya sido 1/60 de segundo.
Manolo Santana
Julio de 2015
El artículo me parece muy bueno porque expone sus opiniones y criterios dados desde su gran experiencia. Cada cuál puede sacar sus propias conclusiones pero puedo añadir que, por razones de edad, muchos de sus consejos siempre los he tenido en cuenta por mi mismo ya que siempre he creído que el hacer fotografías ha sido, es y será una afición que algunos fotógrafos la convierten en arte. No en mi caso, claro, pero sí en el de otros. Gracias por todo. 🙂
Solo quiero agradecer a Laura el privilegio de permitirme colaborar con ella en este su blog, expresando mi personalísima opinión sobre el mundo de la fotografía para ayudar a personas que se inician a quitarse de encima miedos infundados y erradicar mitos y leyendas en forma de tópicos que se suelen leer y decir por esas redes sociales.
¡Gracias, Laura!
¡Gracias, lectores!
Un cordial Saludo.
Privilegio el mío. Sin matices. Espero que haya más colaboraciones.
Un besote.
Ante todo enhorabuena a los dos por este proyecto. En fotografía soy como un niño en pañales y después de tanto bombardeo de cursos y talleres que lo prioritario es la técnica, en esta santa isla un taller o curso en el que se trabaje una visión artística de la fotografía es dificilísimo. Al leer este artículo veo que que muchas cosas a las que he ido dando vueltas en estos últimos meses las has planteado… Romper las reglas… Que quiero transmitir con mis fotos… Títulos-textos en una foto… He llegado a la conclusión que aquello que nos hace diferentes es lo que hacemos fuera de la regla y que tenemos que ser libres de ataduras (Facebook, 500px., flick) de los me gustas y todas esas cosas, hay que conseguir una unión entre la persona y la cámara como medio de expresión.
Tú lo has dicho. Creemos y sentimos que la fotografía nos ayuda a transmitir y la contemplamos más como una manifestación artística que como un compendio de técnicas y una supercámara. Estoy contigo, además, en que las reglas están bien para aprender, pero la cámara y la intuición suelen llevarnos por otros caminos menos transitados.
Yo te felicito por ese gran paso que has dado junto a DisPar. Creo que es simplemente genial y te deseo mucha suerte.
A ver si esta semana te aviso y coincidimos en la expo.
Un besito.