Los años pasan. Nos hacemos mayores. Vemos crecer a nuestros hijos y envejecer a nuestros padres. Pasamos por duros momentos. Vivimos experiencias maravillosas. Viajamos por el mundo. Paseamos por nuestro barrio. Acariciamos al amor de nuestra vida. Empujamos a un desconocido en la cola de un supermercado. Se nos escapan algunos sueños ansiados. Experimentamos aventuras increíbles. Esperamos nuestro turno en el médico con la mirada perdida. Cantamos en el coche a pleno pulmón. Nos descubrimos la primera cana. Nos brillan los ojos de emoción. Miramos el reloj rezando para que pasen los minutos. Deseamos que el tiempo se detenga. Apretamos los puños de impotencia. Deslizamos los dedos por la naricilla de un recién nacido. Lloramos la pérdida de un amigo. Reímos a carcajada limpia con una amiga del alma. Sentimos sed. Comemos sabrosos manjares. Nos golpeamos la rodilla con la esquina de una mesa. Enterramos nuestros pies en la arena húmeda de la playa. Nos duele el oído. Notamos mariposas en el estómago. Pisamos un cristal. Arrancamos una naranja del árbol. Eres tú. Soy yo. Existes. Estoy viva. Somos y estamos. No lo ignores. No lo olvidaré.
La vida sigue. Feliz 2017.
Magnifica reflexión.
Gracias, Victoria.
wow! precioso Laura! Aquí estamos así que vivamos al 100%. Encantada y feliz de que el destino nos ha hecho encontrarnos!
Muy feliz año para ti y tu familia
Besos
Es verdad, Ana. La vida nos ha puesto a una en el camino de la otra y eso que estamos lejillos.
Me alegro un montonazo.