Pinos. No se ve otra cosa que cientos de pinos alrededor. Miles probablemente. Es un paisaje que impresiona. Son muy altos y están tan juntos… Podría parecer agobiante, aunque el agobio es lo de menos en estos momentos.
El cielo da la impresión de ser de color blanco grisáceo. No se aprecia gran cosa entre las tupidas copas de los pinos. No alcanzo a ver ni un claro en este bosque y, si alcanzase a divisar alguno, de poco serviría.
Hace un rato sentía mucho frío, pero ahora me siento muy relajada. Diría que hasta estoy calentita. ¿Feliz? No sé si lo que experimento es felicidad, la verdad… Puede decirse que estoy tranquila y no tengo miedo. No, no siento temor alguno.
Inclino la cabeza ligeramente hacia la derecha… Pinos y nieve. La giro hacia el lado opuesto. Más pinos y más nieve. Muevo el pie izquierdo y con la bota alcanzo a golpear el grueso tronco de uno de estos imponentes árboles. Cierro las manos y la nieve se desliza crujiendo entre mis dedos…
Miro hacia lo alto. Un viento suave agita las copas de los pinos, provocando un agradable sonido sibilante. El cielo ha tornado a un color azulado y por entre las ramas de los frondosos pinos se cuelan cientos de rayitos de sol. Una luz dorada y tibia lo baña todo. Lástima que no alcance mi cámara… ¡Es tan lindo!
Cierro los ojos y me dejo envolver por una agradable sensación. Es tan…
Placentero, relajante, interno.
Un montón de sensaciones que casi son indescriptibles, pero que nos hacen sentir tan plenas.
Entiendo lo que dices Laura, una de las cosas que más me gusta cuando salgo al campo, es dejarme llevar, solo sentir y llenar mi mente de paz y de soledad
Es un bello relato.
Un beso grande.
Que sensación de serenidad y fuerza, besos. me encanta:)
Ana, es lo que siempre me transmite la naturaleza. Bueno, cuando está tranquila, porque una tormenta transmite toda la fuerza bruta que tiene y, a veces, da hasta miedo.
Muchas gracias, reina.
Eso deberíamos hacer muchos, cuando acabe esto. Salir fuera, a la naturaleza, y sentirla como que somos parte de ella.
Un besito, Laura.
Es lo que yo más echo en falta: caminar entre pinos, alrededor de una caldera o por la playa. La naturaleza es vida para mí.
Un besitooooo
Envolvente esa sensación, que sin darme cuenta, he pasado a formar parte del entorno.
Muy buen relato.