En verano, la mayoría de mis platos sufren una transformación, pues dejan de ser humeantes para convertirse en recetas más apropiadas para esta época del año. Me gusta comer prácticamente las mismas cosas, pero servidas de manera distinta. Así, si en invierno me pongo ciega con un potaje de lentejas, en verano me como esas legumbres en forma de deliciosa ensalada o de mujaddara como la que te mostré días atrás. Como ves, se puede comer saludable y, al tiempo, cosas ricas que no te hagan sudar como a un pollo de asadero.
El estío, además, es la estación perfecta para comer ensaladas de toda clase y, aunque no lo parezca, al pescado le sienta muy bien ponerse el bikini. Es ligero, está lleno de maravillosas proteínas, posee un montonazo de minerales y la mayoría no tiene grasas o, de tenerlas, son de las buenas para nuestro cuerpo. Si te encanta el pescado como a mí o incluso si eres de los que no sonríe cuando te lo ponen delante, te voy a recomendar que pruebes a hacer esta receta. Sí, ya sé que soy un poco creída pensando que como es mi receta va a gustarte porque lo digo yo. Hazme caso y hazla. Luego me cuentas si no es lo que parece. (Ahora pongo cara de “marisabidilla”)
Ensalada de judías con bacalao
[icons size=’fa-1x’ custom_size=” icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=” icon_color=’#82791c’ background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] INGREDIENTES (2 personas):
- un lomo de bacalao fresco y sin espinas de unos 300 g
- un tarro de 400 g de judías blancas cocidas
- 10 tomates tipo cherry
- 10 aceitunas negras con hueso (las de Aragón son estupendas)
- una guindilla roja fresca
- aceite de oliva virgen extra aderezado con ajo
- vinagre de Jerez
- sal marina gruesa
- sal negra en escamas
- pimienta negra molida
- perejil de hoja dura
- 2 hojas de laurel
[icons size=’fa-1x’ custom_size=” icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=” icon_color=’#82791c’ background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] ELABORACIÓN:
1º) Cocina el pescado. Corta el lomo en 3 o 4 trozos y mételos en un caldero, cúbrelos con agua fría, un poco de sal gruesa y un par de hojas de laurel. Tapa el caldero y ponlo a fuego medio-bajo durante 10-12 minutos máximo. Elimina el agua y deja que terminen de enfriarse y escurrir sobre un colador. Cuando los trozos de bacalao estén fríos y secos, desmigájalos, sacando lascas de pescado. Cuida de retirar cualquier espina que pudiera tener, así como la piel. Debe quedar solo el pescado que se va a comer.
2º) Lava los cherries y córtalos en mitades.
3º) Pica la guindilla muy finita, así como el perejil.
4º) Lava bien las judías y deja que escurran. Colócalas en una fuente honda, añade un par de buenos chorreones de aceite aromatizado, un poquito de vinagre de Jerez y un poco de sal marina gruesa, revuelve bien y añade los cherries, la guindilla y el perejil picados. Mezcla bien, comprueba que la vinagreta es suave y se aprecia el sabor del buen aceite de oliva y el toque de ajo.
5º) Coloca las lascas de bacalao sobre las judías y añade las aceitunas. Vierte un fino hilo de aceite de oliva sobre el bacalao, espolvorea la pimienta negra al gusto y unas escamas de sal negra desmenuzadas con los dedos.
6º) Sirve a temperatura ambiente, que es como mejor se aprecia el sabor del pescado y del aceite.
A tener en cuenta:
- Esta receta se puede preparar en menos de 45 minutos desde que empiezas a cocer el pescado. Si ya lo tienes cocido, en 15 minutos tienes en la mesa un platazo de los que consiguen un aplauso.
- En casa, para nosotros, es plato único. Tiene legumbres, pescado, vegetales y las grasas maravillosas del aceite y las aceitunas. Si consideras que es poco según tu estilo de comidas, toma una vichyssoise o un gazpacho de primero.
- Puedes preparar el pescado el día anterior, cocinándolo y desmigándolo.
- Puedes hacerlo con lomos o migas de bacalao salado. Yo siempre prefiero el pescado fresco que salado, porque el salado, salvo honrosas excepciones, se me hace pesado. Además, yo compro el bacalao fresco, cuando está de temporada, a muy buen precio (de 8 a 10 €/kg) y me traigo los lomos limpios listos para cocinar. Pero, como siempre digo, cada cual elige lo que quiere y puede.
- Si prefieres otro pescado, que así sea. Las alubias van muy bien con pescado blanco y firme, como bacalao, cherne, vieja, cabracho o rascacio, mero, rape, rodaballo, rosada, ralla, sama, etc. Sin embargo, a mí personalmente me gusta la combinación el pescado azul e incluso con pescados grasos como el salmón e incluso el salmonete. O sea, ¡pon el pescado que te dé la gana!
- Puedes cocinar tú mismo las judías o alubias blancas, pero este es un plato rápido y perfecto para el verano y no queremos pasar demasiado tiempo en la cocina, ¿verdad? Si eliges una buena conserva de judías, mejor baja en sal, la receta será de diez.
- No te asustes con la guindilla entera, porque, al estar sin cocinar y tan picada, solo da sabor. Prometo que no pica nada.
- Las escamas de sal negra dan un toque final, en mi opinión, perfecto y elegante. Si no tienes, añade escamas de sal o simplemente sal gruesa. Recuerda que siempre recomiendo emplear sal marina sin yodar, ni blanquear. Es más húmeda, menos blanca, pero mucho mejor para nuestra salud, así como realmente sabe a sal y a nada más.
Me encantan las ensaladas de legumbre y el bacalao es de mis ingredientes preferidos para todo (solo me falta usarlo en postres, pero todo se andará), así que a mi ya me tienes conquistada. Guardadita y a probar pronto.
Un beso.
Me gusta esta idea. Yo hasta hoy la preparaba con atún, pero tengo en la nevera un lomo de bacalao congelado y me parece que lo saco ahora mismo para probar tu receta este fin de semana. Ya te cuento que tal me queda.