Estoy más feliz que una perdiz con los tres últimos libros de cocina que han caído en mis manos: «Jerusalén«, de Yotam Ottolenghi y Sami Tamimi; «Fish«, de Philippe Emannuelli y Frédéric Raevens y «Mi primer libro de cocina india«, de Amandip Uppal. Los tres son joyas, cada uno dentro de su propia temática y por distintos méritos. Les iré hablando de cada uno de ellos en próximas ocasiones, pero hoy he querido rendir un homenaje a una gastronomía que me tiene ganado el corazón: la cocina de India.
A menudo, cuando hablamos de India, pensamos en unos platos bastante unificados, pero nada más lejos de la realidad. India es un país enorme geográficamente hablando y, además, con distintas etnias. Se cocina de manera distinta en el norte, donde se da prioridad a los lácteos, las legumbres y existen muchos guisos con carnes, que en el sur, donde el arroz y el coco son los claros protagonistas. No es igual la cocina que practican quienes profesan el hinduismo que los budistas o los musulmanes. Hay que resaltar, además, que la mayoría de la población hinduista y budista es vegetariana. Entonces, ¿no hay nexos comunes en lo que a la gastronomía respecta? Yo destacaría cinco elementos básicos en todas las gastronomías de este colorista país: las especias, el arroz, los vegetales, las legumbres y los diversos tipos de panes.
Una vez sentada esta versión resumida de las distintas cocinas existentes en India, podría parecer que ya lo sabemos todo, pero no… No podemos olvidar que India ha sido ocupada tantas veces que perderíamos la cuenta y no hace mucho era una colonia de Gran Bretaña. Así pues, pensemos en todo lo reseñado anteriormente y hagamos una mezcla con otros productos y métodos aportados, por ejemplo, por los británicos. Creo que toda esa enorme mezcolanza es la que hace que me fascine la cocina india. ¿Y a ti, te gusta la cocina de India?
Lo que más me gusta de «Mi primer libro de cocina india» es que la autora, Amandip Uppal, piensa y ejecuta las recetas como lo hago yo misma en mi casa en el norte de Gran Canaria, de manera sencilla, flexible y con mucha adaptación a las circunstancias. Ya sé que hay mucho ortodoxo suelto que se echará las manos a la cabeza gritando como si tuviera dentro a la niña del exorcista, pero, sinceramente, me importa un rabanillo. Mi máxima en casi todo y también en la cocina es «haz lo que puedas con lo que tengas», así que, ¿por qué volverse loca buscando ghee, cuando se puede sustituir por una simple mantequilla clarificada? ¿A que a partir de ahora te va a gustar más la cocina de este impresionante país?
Si eres adicto a las especias, si te gustan los sabores, aromas y colores del sur de Asia y si no tienes miedo a experimentar con la comida, creo que este libro es una buena adquisición. Además, tiene unas fotos muy bonitas y un formato que me encanta. Por cierto, por si lo estás pensando: nadie me ha pagado nada por hablar de este libro.
Coliflor con guisantes
[icons size=’fa-1x’ custom_size=» icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=» icon_color=’#82791c’ background_color=» margin=» icon_animation=» icon_animation_delay=» link=» target=’_self’] INGREDIENTES (para 2 personas):
- 500 g de flores o ramilletes de coliflor
- 100 g de guisantes cocidos
- 3 cucharadas de passata (o de concentrado de tomate)
- 1 cucharada de harina de trigo
- 1/2 chile rojo
- 1 cucharadita de semillas de cilantro
- 1 cucharadita de semillas hinojo
- 1/2 cucharadita de comino negro (o normal) en grano
- 1 cucharadita de cúrcuma en polvo
- 2 cucharadas de aceite vegetal (yo usé de maní o cacahuete)
- sal marina gruesa al gusto
- hojas de rúcula fresca
[icons size=’fa-1x’ custom_size=» icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=» icon_color=’#82791c’ background_color=» margin=» icon_animation=» icon_animation_delay=» link=» target=’_self’] ELABORACIÓN:
1º) Lava y seca las flores de coliflor. Ponlas en una fuente grande, añade la harina, la cúrcuma, la sal y una cucharada de aceite y mezcla todo bien hasta que la coliflor quede completamente embadurnada.
2º) Maja en un mortero las semillas de cilantro, de hinojo y comino. Reserva.
3º) Calienta la otra cucharada de aceite en una sartén o en una cazuela baja y de gran diámetro. Añade la coliflor y la mitad del chile cortado en tiritas longitudinales y saltea a fuego vivo hasta que la coliflor esté tostadita. Incorpora el majado de semillas y sofríe 1 minuto más.
4º) Reduce el fuego y agrega la passata de tomate y los guisantes cocidos. Tapa la sartén y deja que cueza unos 7-8 minutos. Remueve de vez en cuando.
5º) Sirve la coliflor con unas hojas de rúcula fresca y el resto de las tiras de chile rojo.
Para mí es un plato principal per se, por lo completo y sabroso que es. Yo no lo veo como acompañamiento de carnes ni pescados, justamente por aquellos atributos. Lo he hecho un par de veces y cada vez me gusta más. Me parece que es un entrante genial para una comida al aire libre. Te invito a probarlo. ¡Sano y de rechupete!
Tiene que estar estupenda. No conozco mucho de la gastronomía india, más por las novelas que por otra cosa, pero una lectura (ficción) de hace pocas semanas me ha dejado muy intrigada por este tipo de cocina. Tengo que documentarme más, me apunto los libros que menciona.
La gastronomía india es sencillamente maravillosa, María. Para mí la conjugación de la india y la italiana, con algunas cosas de la árabe y la española… ¡Pura lujuria!
«Mi primer libro de cocina india» sería un buen punto de comienzo si quieres empezar a conocer esta cocina y sus métodos. Es muy sencillo.
Besitosssssssssssssss
recuerdo haber probado hace unos años una coliflor asada y especiada en un restaurante indio en Londres que se parecía mucho a tu receta de hoy! La cocina india me fascina, es tan extensa y cn gran base vegetariana que se acerca mucho a lo que me gusta comer (¡y cocinar!).
Miraré si doy con este libro porque seguro que le sacaremos partido en casa.
Seguro que también estarás encantada con Jerusalén, creo que de los muchos libros de cocina que tengo es uno de los que más recetas he preparado!
Besos y feliz semana!
Palmira
Con el de «Jerusalén» estoy embobada. He hecho varias ya, aunque a mi manera. Tengo que publicar 2-3 que creo que van a gustar mucho a quienes, como nosotras, sienten inclinación hacia este modo de comer, mucho más «flexitariano».
La coliflor, cocinada así, es de otro mundo. No tiene nada que ver. La textura es increíble, por eso digo que es un plato completo en sí mismo, sin tener que ser acompañamiento de nada.
Besitos, Palmira
Que gran descubrimiento la india con sus especies colores y sabores …. muero de amor por sus sabores …
Enhorabuena por esa magnífica lectura 😉
No es que me guste la comida de India….es que la adoro, me encanta. Ya sabes, después de 31 años trabajando con hindúes, con familiares oriundos de India y buenos amigos, He viajado a India y aún sigo en contacto con ellos, por lo que su cocina siempre ha tenido una clara influencia en mi cocina. No conozco el libro, tengo uno en casa que me encanta y de ahi también «saco» mis ideas a la hora de cocinar algún plato con reminiscencias hindúes. De hecho tengo unos cuantos publicados, aunque no preparo más porque tanto a mi marido, como a mi hijo mayor no les gusta demasiado.
Tu plato de coliflor con chicharos me ha encantado, me ha llegado los aromas de ése pais de mis sueños….tu lo has visto en un libro y francamente: lo has bordado.
«Namasté»
Me apetece probarla, porque además el olor de la coliflor hervida me molesta muchísimo. Esta opción me parece estupenda.