Junio es época de cocas y, aunque no soy de Menorca, en casa nunca faltan, sobre todo viviendo con un menorquín. Saladas o dulces, las cocas me encantan y me saben a gloria. Reconozco que las prolongo más allá de este mes, porque el verano entero es un momento muy propicio para este tipo de masas, especialmente para combinarlas con las deliciosas y jugosas frutas de esta estación.
Por lo que he leído, una coca varía en su concepción y elaboración según en qué parte del Levante estés. No es exactamente lo mismo una coca valenciana que una catalana o incluso una balear. Pero es que incluso las cocas de Menorca y Mallorca son diferentes. No sé a qué es debido, pero, en cualquier caso, todas están riquísimas y merece la pena aprender a hacerlas para ocasiones especiales o, por qué no, para el día a día.
Yo conozco un poco más las cocas menorquinas y, cuando hago una, normalmente uso la receta de mi suegra que, por cierto, es espléndida y nunca falla debido a un pequeño pero efectivo secretito. En esta ocasión, no obstante, he introducido dos variantes en la receta original, después de ver una receta semejante en un librito que tengo hace muchísimo (“Tartas y pasteles de frutas“, editorial NGV). Por un lado, he empleado mantequilla y no aceite, para buscar una textura y aromas ligeramente distintos. Por otro lado, la he culminado con un delicioso crumble.
Las cocas son pasteles muy fáciles de hacer. Yo diría que, junto con los brownies, que ya sabes que adoro, ocupan el top de los dulces más sencillos. Además, no requieren muchos ingredientes y estos se encuentran en cualquier tienda o supermercado. Me atrevería a decir que la coca es un pastel muy “eco“, quizás muy “low food“. ¿Crees que desvarío? Puede ser… Con estas etiquetas quiero referirme a que se hacen con lo que hay de temporada o, al menos, mi impresión es esa. En Menorca, las cocas se hacen de ingredientes distintos según sea temporada de tomate o de albaricoque, por poner los ejemplos de cocas más destacables (dejaremos la coca bamba o coca de Sant Joan para otro momento). Supongo que por estas razones me gustan tanto las cocas y es que nada sabe mejor que lo cocinado con productos de temporada.
Este año no hemos tenido buenos albaricoques, así que no he podido hacer una coca d’albercoc (coca de albaricoque), una de mis preferidas. Sin embargo, está siendo tan buena la temporada de cerezas que llegan directamente de Extremadura que no he podido resistirme a hacerla con esta fruta que me roba el corazón cada año. No tendré más remedio que repetirla en más ocasiones porque nos ha encantado. Ha quedado muy jugosa, porque es imprescindible que el almíbar de la fruta penetre en la parte superior de la masa, la tiña con su color y la ponga blandita. Además, el crumble ha sido todo un acierto, pues al cubrir la fruta ha permitido que esta pudiera sudar más en el horno y se secase menos. Y por qué no decirlo… ¡Qué cosa más bonita!
Vayamos a por la receta a ver si te inspira lo suficiente como para probar y hacerla.
Coca de cerezas con crumble
[icons size=’fa-1x’ custom_size=” icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=” icon_color=’#82791c’ background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] INGREDIENTES (para unas 20 porciones o un molde de 22×38 cm aproximadamente):
Para la masa:
- 500 g de harina de trigo
- 250 ml de leche de arroz caliente
- 1 huevo grande
- 1 papa de unos 100 g pelada, cocida y aplastada
- 60 g de mantequilla fundida
- 25 g de azúcar
- 7 g de levadura seca
- una cucharadita de sal marina
Para la cobertura de cerezas:
- 1 kg de cerezas deshuesadas y maduras
- 50 g de azúcar
Para el crumble:
- 150 g de harina de trigo
- 75 g de mantequilla
- 75 g de azúcar
[icons size=’fa-1x’ custom_size=” icon=’fa-arrow-right’ type=’normal’ position=’left’ border=’no’ border_color=” icon_color=’#82791c’ background_color=” margin=” icon_animation=” icon_animation_delay=” link=” target=’_self’] ELABORACIÓN:
1º) Tamiza la harina, haz un hueco en el centro y vierte la leche y la levadura. Mezcla un poco y añade la papa triturada, la mantequila, el huevo, el azúcar y la sal. Amasa todo bien, durante unos 10 minutos y hasta lograr una textura suave. Es normal que esté algo pegajosa. Haz una bola y colócala en un bol, tápalo con film y déjalo reposar unos 30 minutos o hasta que doble su tamaño.
2º) Extiéndela formando un rectángulo y colócala en un molde para hornear forrado con papel vegetal. Termina de extenderla con los dedos hasta cubrir la superficie del molde, nivelando la altura de la masa. Pínchala con un tenedor.
3º) Ve precalentando el horno a 220ºC.
4º) Añade el azúcar a las cerezas y déjalas macerar, para que suelten jugo, durante unos minutos. Añádelas sobre la masa, distribuyéndolas de manera más o menos uniforme.
5º) Prepara el crumble. Para ello, mezcla la mantequilla fría con la harina y el azúcar. Amasa con las manos, apretando y frotando hasta que se formen grumos. Si quieres los grumos muy finitos, casi como pan rallado, tendrás que trabajar más con los dedos. Cuando esté a tu gusto, esparce el crumble por encima de las cerezas.
6º) Hornea durante 10 minutos a 220ºC y 20 minutos más a 190-200ºC. Yo empleé la función ventilador.
En el corte se aprecia claramente la textura de la coca, con su costrita tipo pan, su miga esponjosa y la jugosidad que le han aportado las cerezas. El crumble da una textura crujiente que se combina genial con las cerezas, convertidas en frutas blanditas y agridulces.
A tener en cuenta:
- Advierto que mis cantidades de azúcar suelen ser inferiores a la media, porque no me agradan los pasteles que sepan demasiado dulces. Tengo que indicarte que esta masa sirve igual para una coca dulce que para una salada, por eso lleva solo el equivalente a una cucharada de azúcar bien colmada. La masa en sí misma no ha de ser dulce. Ha de serlo su cobertura; nada más. Personalmente me gusta más el dulzor natural que aportan las frutas y en esta coca se aprecia el agridulce de las cerezas, así que, si vas a hacer esta receta, tenlo en cuenta y adecúa las cantidades de azúcar a tu gusto personal.
- El secreto de las buenas cocas menorquinas, dice mi suegra, está en esa papa “escachada” que añadimos a la masa. Hace que la coca dure tierna más tiempo y que su textura sea un tanto especial, con una granulosidad más pronunciada. Fíjate que te estoy contando un secreto de familia. No sé si ahora tendré que liquidarte (pongo cara de pensar).
- No sé por qué no tengo más recetas de cocas en el blog, aparte de la de albaricoque, pues me gustan mucho y suelen ser algo que me gusta llevar a reuniones con amigos. A todo el mundo le gusta una buena coca de tomates o de sofrito, por no decir de sobrasada o de pimientos.
Utiliza esta receta para hacer la masa de toda clase de cocas, dulces o saladas. Es una receta de familia y nunca te fallará.
¡Pues me voy a tener que subir a la ola de las cocas!¡Habrá que darle utilidad a estas cerezas que este año nos están dando tantas alegrías! Yo ya di fin a la primera tanda…en un par de semanas, lo verás…jejeje!!!
Las cocas valen de todos los sabores. En Menorca la más habitual es la de sofrito y la de albaricoques, que me chifla.
Pues me ha entrado la curiosidad con la papa escacada de tu suegra! Nunca he preparado ninguna coca así pero coincido que todas las que he probado o casi saben a gloria :o) Y con este topping crujiente, un placer extra!
Besos y feliz semana,
Palmira
Esa papa en la masa obra milagros, Palmira. Yo, al principio, tenía mis más y mis menos, pero cuando haces varias con y sin notas rápidamente la diferencia en la textura y en la jugosidad.
Ya me cuentas si la haces así.
Ohhh Laura, muy tentadora, pero están tan ricas las cerezas que no llegan nunca a sobrar para preparar un postre. La guardo para la primera oportunidad que tenga. Gracias por compartir la receta, y el secretito.
jajajajajajajajaja Pues hazla de otra cosa, Esther. De lo que te dé o tengas en la despensa. Vale con cualquier ingrediente.
Besitos
Laura que delicia, cada día me gustan más tus recetas y tus fotos! Pensaba que era más complicada la coca, pero tal y como explicas creo que seré capaz de hacerla. Ese crumble le da un toque estupendo y el colorido es muy atrayente.
Muak
¡Muchas gracias, Ana! Anímate que es fácil de hacer y ahora, en esas tardes veraniegas tuyas en el pueblo, son un placer.
Muaccccccccccc
¡Oh, que pintaza! Y yo con la comida en los pies… Se me ha antojado.
Por cierto que también tengo ese libro, para que luego digan que los libros baratitos no valen de nada, para mi son una fuente de inspiración.
Besos.
¡Venga, María! Anímate y hazla que seguro que tienes ingredientes buenos en esta época.
Y oye, sí… Esos libritos son una joya. Tengo un montonazo y me siguen pareciendo superprácticos.
Como ya he decidido hacerla mañana sin falta, necesito una aclaración de perogrullo. ¿Cuando pones levadura seca, te refieres a levadura en polvos?…Laura es que lo mío con la repostería es como las matemáticas, exactas, nunca me atrevo a modificar nada, sobretodo cuando es para invitados.
No, Victoria. La levadura en polvo es para repostería y esa masa es de pan, por lo que lleva levadura normal, bien seca o bien fresca. La proporción de seca/fresca es 1 a 3. Si son, por ejemplo, 25 g de levadura fresca, habrás de poner alrededor de 8 g de la seca.
Cualquier cosa que necesites aclarar más, ya sabes dónde estoy. No te cortes, ¿vale?
Muaccccccccccccc
Aclarado el tema levadura, tiene una importancia concreta que la leche sea de arroz o es por gusto personal ? Y más o menos de que tamaño es tu molde. Mañana tengo una fiesta y me gustaría llevarla . Beso
Nada, nada… La leche de arroz es porque no tomo leche de vaca y, en ocasiones, me apetece tomar un vasito. El tamaño del molde, el que indica la propia receta al principio, creo que 22x37cm.
Ya me contarás qué tal te quedó.
Besitos
Hola Laura esta coca te la vi hace unos días y por fin logro pasarme, me encanta aprender a través de información como la que nos das con respecto a las cocas y sus diversos estilos… Pues me alegra que esas cerezas tan ricas hayan hecho parte de esta coca, donde como protagonistas en sabor, color, húmedad y dulce hacen magia. El toque con mantequilla creo que la hace más esponjosa y lo que dices de la crumble para que la fruta sude más y deje ese jugo tan rico humedecer esta coca, mmmmm salivo y todo, te agradezco ese secreto de familia con la papa, la verdad que guardo esta receta para un día hacerme una buena coca, que en sal y dulce me parece va deliciosa, para época de duraznos la haré y con las cerezas me quedo soñando con ellas (por acá no se ven y es una pena), pero ahora viene época de moreras en agosto (quizás pueda ir bien con ellas), y es que además de ser una receta muy rica, a mi muchas cosas me entran por los ojos y esta coca sí que es bonita, todo me gusta de ella…
un beso!
Natalia, mi coca dulce favorita es la de albaricoque. Con duraznos te quedará maravillosa. Intenta abrirlos a la mitad, con el agujerito hacia arriba, para que el azúcar haga charquitos en ellos. Verás qué delicia. Con moras debería quedar fantástica. ¡Con cualquier fruta! Las cocas son muy agradecidas y son geniales para aprovechar frutas que maduran muy rápido.
Me alegra que te haya gustado tanto. 🙂