Cada día me gustan más las comidas simples. El sabor de un buen brécol, recién cogido de la huerta, acompañado por unas zanahorias y asado todo con un poco de ajo, hinojo, limón y mostaza. Luego, estas verduras solo necesitan un poco de quinua (quinoa y quínoa también son admitidos en el español de Latinoamérica) y aguacate para convertirse en una comida deliciosa y en un plato perfecto.
El brécol o brócoli (Brassica oleracea italica) es un vegetal de la familia de las brasicáceas, antes llamadas crucíferas, como todas las variedades de coles (col, coliflor, brécol, col de Bruselas, etc.) Su procedencia es mediterránea, concretamente Oriente Próximo y es de suponer que por eso los romanos lo cultivaban y lo consumían habitualmente. Hoy en día, el primer productor mundial de brécol es California (Estados Unidos). En España no es un cultivo destacable, a pesar de que empieza a introducirse en los mercados y plazas municipales y los bloggers lo sacamos muy a menudo en nuestras recetas.
El brócoli es una fuente de vitamina C, ácido fólico y niacina, así como de provitamina A (beta-caroteno), vitamina B1 y E. En el brécol, el beta-caroteno está enmascarado por la clorofila, pigmento más abundante dado su color verde azulado. Además, está cargadito de folatos y minerales maravillosos, como el magnesio, calcio, zinc, yodo… Y tiene bastante azufre que ya sabemos es un potente anticancerígeno. ¡Todo el mundo a comer brécol!
El brécol admite múltiples formas de ser preparado, pero a mí me gusta que quede crujiente. Al igual que la coliflor, detesto que quede blanducho y poco consistente. Por esta razón, prefiero saltearlo y hornearlo a fuego fuerte y durante poco tiempo. Esta máxima la aplico a la mayoría de las verduras, porque me agradan más con esa resistencia al morder… Pensarlo me hace salivar. ¿Y a ti?
En esta ocasión, he asado el brécol junto con zanahorias. No llevan más que un poco de sal marina gruesa, un majado de ajo, hinojo, limón y mostaza y un chorreoncito de aceite. El sabor dulzón de las zanahorias y el hinojo, con ese toque ligeramente sulfuroso del brécol y el amargor sutil de la mostaza componen un conjunto muy equilibrado y sabroso. ¿Qué más añadí a este plato…? Unos cortes de aguacate y un poco de quinua, cocinada con sal marina y pimienta negra. Nada más. Fácil de hacer lo es un rato, ¿no crees?
He hablado de la quinua en otras ocasiones y, no obstante, se siguen averiguando más cosas sobre este cereal que no es un cereal ni una legumbre. Parece que lo encuadramos en una categoría tan indefinida como la de los pseudocereales, por el almidón que contiene y por las similitudes con los cereales a la hora de cocinarla. Sin embargo, la Chenopodium quinoa es una joya nutricionalmente hablando, pues contiene todos los aminoácidos esenciales para la vida (como la carne, los huevos, la espelta, la soja…). Para que nos hagamos una idea, la carne de ternera posee un 74% de proteínas de alto valor biológico, mientras que la quinua posee un 75%. Además, este pseudocereal no posee gluten, por lo que es apto para celíacos, y su índice glicémico es bajísimo, por lo que los diabéticos e intolerantes a los hidratos pueden tomarlo. Dicen en la NASA que quinua y amaranto son los alimentos que no podrían faltar en la mochila de un astronauta. Si ellos lo dicen…
Todo lo que acabo de comentar sobre las propiedades alimenticias de la quinua está muy bien, pero añado dos características extra: se cocina muy fácil y está deliciosa. ¿Alguien va a resistirse? En mi casa no falta nunca.
Ese plato que ven en la fotografía es uno de los dos platos que comimos en casa. No hay trampa ni cartón. Ni más ni menos que lo que ven. Bueno, sí… Con una copita de cava fresquito. Una comida perfecta: equilibrada y saludable, sabrosa, sencillísima de cocinar y baratita. ¿Qué más podemos pedir? ¿Un café fuerte y cremoso después…? ¡Pues sí!
Brécol asado con ajo, hinojo y mostaza
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=” icon_top_gradient_background_color=” icon_border_color=’undefined’ title=” title_color=” title_size=”] INGREDIENTES:
- 16 flores medianas de brécol
- 2 zanahorias grandes lavadas, peladas y cortadas en palitos
- 5 dientes de ajo
- 1 cucharada colmada de semillas de hinojo
- 1 cucharada de mostaza de Dijon
- sal marina gruesa
- aceite de oliva virgen extra
- el zumo de medio limón
- 1 aguacate
- 125 g de quinua
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=” icon_top_gradient_background_color=” icon_border_color=’undefined’ title=” title_color=” title_size=”] ELABORACIÓN:
1º) Lava bien las flores de brécol (yo las sumerjo durante 10 minutos en agua con sal). Escúrrelas bien.
2º) Coloca las flores de brécol y los palitos de zanahoria en una bandeja para hornear.
3º) Coloca las semillas de hinojo, la sal gruesa y los ajos pelados en el mortero. Maja bien, añadir la mostaza, el zumo de limón y 3 cucharadas de aceite. Mezcla y haz una pasta.
4) Reparte cucharaditas de la pasta de ajo sobre el brécol y las zanahorias.
5º) Hornea a 200ºC, con el ventilador, durante 12-14 minutos.
6º) Mientras se está horneando la verdura, prepara la quinua. Lávala bien para que elimine la saponina que tiene (hace como un poco de espuma, como el jabón). Escúrrela. Calienta una sartén con un poquito de aceite y añade la quinoa. Dórala un poquito. Añade dos partes de agua por cada parte de quinua, salpimenta y cuece a fuego medio hasta que se consuma el agua o esté tierna (recuerda, no blanducha). Deja reposar 3-4 minutos en el caldero destapado.
7) Corta el aguacate, quita el hueso, pélalo y córtalo en tiras anchas.
8) Monta el plato: un poco de quinua, medio aguacate por persona, la mitad de las verduras. Riega con un chorreoncito de aceite si te apetece.
Un plato tan sencillo y tan delicioso… ¿Te apetece?
Nunca he preparado asado el brécol, pero me quedo con la idea, seguro que queda buenísimo y siempre está bien ir cambiando en la cocina para no aburrirse en la mesa.
Besos, feliz semana.
María, cuando pruebes el brécol asado, cualquier otro te parecerá más insípido. Está tan rico…
Besitos
Me encanta el brócoli…me lo como hasta crudo, bien lavadito y para dentro. Lo que aún no he probado es la quinua y me vendría estupendo por mi diabetes como dices…pero en realidad, la comería por probar sabores nuevos más que por la glucosa.
Ayyy Laura, cuántas cosas tan buenas compartes…antes pensaba, que un plato como éstos, debería ir acompañado de algún alimento más consistente, pero estaba equivocada…
Me ha encantado, muackissssssss
La quinua es mágica, Mina. Está buenísima y es muy versátil. Yo creo que tú, que tienes problemillas con la glucosa, deberías meterla en tu dieta, sí o sí. Un plato de estos es perfecto para ti, porque es completo y delicioso.
Besitossssssssss
Me encanta el brocoli y para la dieta esta sencilla receta me viene genial.. Como bien dices, las verduras recién recogidas de la huerta tienes un sabor especial, las aderezamos con un par de especias y un chorrito de aceite y a la plancha!! El color de ese brocoli es precioso.
Un besito mi niña linda.
El brécol es genial en las dietas, porque es muy completo, Déborah. Yo te lo aconsejo una vez en semana, combinándolo con la coliflor, que también es maravillosa.
Un beso
Yo soy de comer sencillo, mi día a día es así, también mucha verdura y el brécol es una de ellas, aunque suelo cocinarlo al vapor o incluso hervirlo, un poco de aceite y sal y poco más, tendré en cuenta tu propuesta pues me gusta mucho, besos
Caty, cuando pruebes el brécol asado, cualquier otro te parecerá más insípido. Está buenísimo y mucho más sabroso que de cualquier otra manera. Más o menos como cuando se saltea a fuego fuerte.
Un besote
Cuantas cosas se aprende contigo, Laura, mil gracias por compartir…
Besitos. Carmen
De nada, Carmen. A ti. ¡Faltaría más!
Muaccccccccccccc
rico no , riquisimo , te ha quedado de lujo , me encanta la verdura asada , besitos
Niny, me alegra que te guste. Veo que somos muchas a las que nos gusta el brécol.
Un besito.