La bica es un bizcocho de Galicia cuya característica esencial es su miga densa. Esta delicia gallega lleva muy poquitos ingredientes, entre los que sobresale uno imprescindible: la manteca de vaca. Dicho componente contribuye a que este dulce tan tradicional tenga una textura excepcional, así como un sabor y aroma realmente maravillosos y llenos de personalidad. Además, la durabilidad de la bica es realmente sorprendente, tanto que tienes que probar a hacerla para creerlo de verdad.
La bica mantecada es uno de esos dulces que ocupan un rinconcito importante de mi corazón, por lo increíble que es y por los recuerdos que me trae de esa maravillosa tierra gallega, donde pasé algunos de mis veranos como adolescente y en la que estudié la carrera universitaria. Sí, puedo decir que adoro Galicia, sus verdes y azules, sus hermosos paisajes, el habla de sus gentes y, como no, toda su rica gastronomía.
A menudo, pensamos en Galicia y nos viene a la mente su marisco y su pulpo. ¡Por supuesto! Galicia es mar, sí; pero también tiene carnes deliciosas y unas verduras llenas de sabor. Además, yo, siendo de fuera, pronto me sentí fascinada por sus panes y dulces. ¡Qué repostería! ¡Cuántos dulces rabiosos de sabor y aromas de tradición! Desde la jugosa larpeira a las adictivas filloas, pasando por las orejas de Carnaval, la tarta de Santiago, los melindres, las rosquillas y, como no, la bica, tanto la de Laza como la mantecada de la que hoy voy a hablar.
A estas alturas me conocerás un poco y sabrás que no publico muchos dulces, porque soy muy poco golosa. A mí me gusta el chocolate, y mejor fuerte y amargo, y poco más. Siempre he comido algún trozo de pastel, pero mis preferencias apuntan más hacia lo salado, así que no me esfuerzo demasiado en lo que a repostería concierne. Ello no quita que sepa reconocer un buen dulce y, para mí, siempre es mucho más sabroso un pastelito rebosante de tradición y buenos ingredientes.
Con los años, he ido relegando el sabor dulce a lo que lleva buen chocolate y a la repostería de toda la vida. Es curioso, porque soy muy osada con lo salado, pero, sin embargo, la evolución de la repostería moderna no termina de encajar con mi paladar. Entro en alguna pastelería y salgo con las manos vacías la mayoría de las veces, porque nunca tienen algo que me apetezca de verdad. Como soy muy espartana con el tema azúcar, si no me hace salivar, ni me molesto en probar.
A mí me gustan los dulces con huevos, leche, azúcar, miel, frutos secos, harina, mantequilla, manteca y chocolate. No me apetecen por el simple hecho de ser bonitos, aunque sé la importancia de la estética en la repostería de hoy en día. Yo lo sé, pero a mi paladar no le interesan las formas, sino el sabor, el aroma y, sobre todo, la textura. Donde esté un flan de huevo, unas rosquillas de anís, un bizcocho de limón o una crema catalana, que se aparten los semifríos. Por supuesto, todo esto es pura opinión personal debido a mi paladar y espero que como tal se comprenda.
Bica mantecada
INGREDIENTES (molde de 40 x 25 cm aproximadamente)
a) Para el fermento:
- 250 g de harina de fuerza
- 195 ml de agua
- 2 g de levadura seca
- un pizco de sal marina fina
b) Para la masa de la bica:
- 250 g de manteca de vaca
- 300 g de azúcar
- 250 g del fermento previo
- 6 huevos grandes (8 medianos)
- ralladura de un limón grande
- 250 g de harina de trigo normal
- 4 cucharadas de azúcar y 2 cucharadas de canela en polvo para espolvorear.
ELABORACIÓN
1º) Un par de horas antes o, mejor, la noche antes, prepara el fermento. Para ello, mezcla la harina, el agua y la levadura seca. Mezcla bien y añade el pizco de sal fina. Amasa, haz una bola, coloca en un recipiente, tapa y deja que repose, al menos, 2 horas. Si lo haces la noche anterior, introduce el recipiente bien tapado en la nevera.
2º) Bate al alta velocidad la manteca de vaca a temperatura ambiente con el azúcar. Debe blanquearse.
3º) Coloca el gancho de amasar a tu amasadora y ve añadiendo trozos del fermento a la manteca blanqueada con el azúcar. No añadas un nuevo pedazo hasta que el anterior no esté completamente integrado. Este paso es muy importante, así que no te lo saltes por las prisas, porque entonces la bica no quedará bien.
4º) Agrega los huevos de uno en uno y, al igual que con los trozos de fermento, no añadas un nuevo huevo hasta asegurarte de que el anterior esté completamente integrado en la masa.
5º) Incorpora la harina de trigo tamizada en dos tandas. Remueve muy bien, asegurándote de que no quedan grumos de harina. Haz movimientos envolventes, desde abajo hacia arriba.
6º) Echa la ralladura de limón y remueve.
7º) Forra el molde con papel de hornear. Vierte encima la masa espesa y nivela la superficie. Para ello, puedes dar unos golpecitos sobre la encimera de la cocina protegida con un paño.
8º) Espolvorea la mezcla de azúcar y canela sobre la superficie de la masa.
9º) Hornea durante 40-55 minutos a 180ºC, con calor arriba y abajo y sin aire. Antes de sacar del horno, comprueba que la bica está bien cocida, introduciendo un palillo que deberá salir seco y limpio.
10º) Deja enfriar unos 15 minutos antes de intentar mover la bica del molde. Desmolda y permite que se enfríe sobre una rejilla.
A tener en cuenta:
- Solo se usa una parte del fermento (los 250 g señalados en los ingredientes). Puedes aprovechar el resto para hacer pan, por ejemplo.
- La bica es, como puede apreciarse en las fotos, un bizcocho cuya miga es bastante densa y consistente. Yo creo que es un bizcocho que parece un pan o un pan con sabor a bizcocho. Si nunca lo has probado, te aconsejo que aproveches ahora y lo hagas. Merece la pena que hinques el diente a esta delicia de tierras gallegas.
- La textura, aroma y sabor de la bica es responsabilidad de la manteca de vaca. No se encuentra en demasiados sitios de manera habitual, salvo en Galicia y en Menorca, ambos territorios de producción láctea. A mí me la manda mi tía de Coruña unas veces y, otras, me la traigo cuando voy a Menorca. Yo la he visto en alguna ocasión en Makro. La manteca de vaca no es sustituible por manteca de cerdo. Ni de broma lo intentes. Hay quienes intentan la bica con mantequilla y es una opción, aunque, para mí no es comparable.
- La textura de la bica es realmente reseñable en este bizcocho. No hay nada que se le aproxime.
- La bica huele tan, pero tan bien… A limón, a canela y a azúcar tostada. También a la manteca de vaca que hace tan especial este dulce. No hay palabras.
- La bica se guarda en un trapo (o en papel) dentro de una lata. Te durará un montón de días, si es que no te la terminas antes…
- La receta que yo practico es la de Pam, de Uno de Dos, aunque con mínimas variaciones (cantidad de agua en el fermento y menos azúcar). Siempre me ha quedado de fábula la que hace esta bloguera con manos de oro y es una receta de las fijas.
Qué rica!! Casi la huelo, madre mía como lo cuentas!!! Besos
Juana, es que la bica me trae muchos recuerdos y es de las pocas cosas dulces que realmente me emocionan. Un buen té con bica es una merienda perfecta.
Muacccccccccc
¡Que buena! Tiene una pintaza. Pues mira que me venía bien para una merienda cena. No la he hecho nunca pero si la he probado.
Besos.
Hazla, María. Yo creo que la hago muy bien y muy similar a la que yo solía comer cuando pasaba los veranos en Galicia.
Un besito
He pasado muchas vacaciones en Galicia de adolescente y me encanta, recuerdos buenos y malos, ya te puedes imaginar que esa bica era uno de los maravillosos. Beso.
Yo la probé por primera vez con 15 años y me chiflé y bien saben quienes me conocen que yo no suelo poner ojitos a casi nada dulce, pero la bica… ¡La bica me apasiona! Es el sabor profundo, la textura inigualable y ese aroma tan intenso. Y claro que asociamos las comidas con momentos de la vida. Por suerte, se suelen quedar para recordarnos los buenos.
Un besito