Soy fan del calabacín preparado de cualquier manera. Salteado, horneado, frito, rebozado, a la plancha, relleno, en potajes e incluso al vapor con un pizquito de aceite y sal. Me parece una verdura maravillosa y muy versátil que bien puede ser guarnición de un pescado, una carne o de pasta o, por qué no, plato principal y radiante como el que hoy les traigo. ¿Alguien puede resistirse a tanta belleza?
Es una receta que casi no ha de ser explicada, porque salta a la vista todo lo que lleva y es justamente en esa sencillez donde radica su encanto: lleva lo que ven, ni más ni menos. Es una explosión de colores que entra por los ojos y hace que la boca se haga agua. Un plato campechano y simple, pero no por ello menos exquisito y sabroso. Es una de esas recetas típicas de la gastronomía mediterránea que a mí personalmente me fascinan: ingredientes del lugar, nada de artificios, mucho color y preparación fácil y rápida. Además, veraniega lo es un rato, ¿no creen?
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=» icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] INGREDIENTES (para 2 personas):
- 2 calabacines grandes (variedad diamante y, afortunadamente, eran ecológicos y me costaron baratísimos)
- 10 tomatitos tipo cherry de colores
- 4 lonchas de jamón serrano
- 15 g de queso azul
- aceite de oliva virgen extra
- sal negra
- pimienta negra molida
- salvia
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=» icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] ELABORACIÓN:
1º) Lavar bien los calabacines y cortarlos longitudinalmente en mitades. Salpimentarlos ligerísimamente y colocarlos en una fuente refractaria (yo usé la fuente classic oval de Pyrex, pues es bastante grande, tiene agarres estupendos para no quemarse y se limpia muy bien).
2º) Colocar una loncha de jamón sobre la superficie de cada mitad de calabacín.
3º) Cortar los cherries en mitades y distribuirlas por cada mitad de calabacín.
4º) Desmigajar el queso azul y repartirlo por encima de calabacines y tomatitos.
5º) Añadir un chorreón de buen aceite de oliva sobre todo y, si queremos, un poco de sal (yo en este paso no le puse sal, porque el jamón y queso azul tienen bastante para mi gusto).
6º) Hornear unos 15 minutos a 175ºC o hasta que el calabacín esté a nuestro gusto en cuanto a textura.
7º) Añadir otro chorreoncito de aceite y un pizquito de sal negra (muy poquita), así como la salvia en trocitos.
Yo acompañé las barquillas de calabacín con una ensalada de aguacate y cebolla roja que es habitual en mi mesa entre diciembre y junio-julio (hasta que no quedan aguacates en el árbol). ¿Es o no es un plato simple, bello, sano y delicioso?
Ummm, me encanta la pinta que tienen estos calabacines. Me guardo esta receta.
Respecto a la salvia, fíjate que tengo plantada y salvo por el aroma no pensaba en sus utilidades culinarias. Habrá que darle provecho a la plantita 🙂
Gracias, Laura.
Anímate a usar la salvia, Sonsi. Una pasta tan simple como la que se hace con una salsita de mantequilla y salvia es una exquisitez. Te la recomiendo.
Y haz los calabacines porque son riquísimos y facilísimos.
Besitosssssssssssssss
Un colorido precioso y de sabor no dudo que muy ricos, miam !! Besos.
¡¡Madre mia, pero que bonitas y que apetecibles!!! Preciosas y ahora que tengo calabacines de casa todos los días, a ver si me llegan para cuando bajen las temperaturas que estos días le tengo dadas vacaciones al horno 😉
Besos.
Ya lo vi en facebook y, sólo con ver la foto, ya me pareció apetecible. Aún no tengo horno, pero éste, como otros muchos platos tuyos, los tengo apuntaditos para hacerlo.
La segunda foto, me encantaaaaa
TODASSSS MUACKSSSSSS