Me propuse subir más recetas de pescado al blog y no lo estoy cumpliendo. Me resulta complicado porque soy una comodona y me zampo la mayoría del pescado sin darle tregua: pescadito frito, al horno, al vapor o crudo. No me vuelvo loca cocinándolo. El pescado es, desde mi punto de vista, uno de esos alimentos que no requieren salsas ni muchos festejorios. Del mar al plato sin muchas desviaciones. Por eso, cuando lo cocino de un modo distinto, me aplico en subirlo al blog y sé esta receta te va a encantar. ¡Te vas a chupar los dedos! Además, tengo la impresión de que es una forma de comer pescado que va a encantar a los chiquillos.
El bacalao es un pescado blanco. Sin embargo, hay estudios que sugieren que, si se come en salazón, se transforma en pescado azul porque aumenta su contenido en grasas (de las buenas, que conste). Curioso, ¿verdad? Personalmente, y aún a riesgo de que me flagelen, diré que prefiero el bacalao fresco al desalado. Yo, que como toda clase de pescados, tengo que reconocer que el pescado salado no se encuentra dentro de mis comidas favoritas. El bacalao fue durante siglos un alimento del pueblo humilde, que podía acceder a él gracias a que podía conservarse salado durante bastante tiempo. Fresco era prácticamente imposible conseguirlo. De hecho, hasta hace muy poco era rara avis en las pescaderías, incluso en las de ciudades costeras, como lo es Las Palmas de Gran Canaria. Sin embargo, ahora parece que empieza a verse fresco en las lonjas y mercados de manera habitual, cosa que celebro, porque reconozco que me gusta mucho.
No quiero olvidarme de comentar las pocas grasas que tiene el bacalao y que se almacenan en su hígado. ¿Te acuerdas del aceite de hígado de bacalao? Se les daba a los niños inapetentes. Mi madre me lo dio alguna vez, porque era una niña que no comía nada que se tuviera que masticar. Todo lo que fueran verduras o pescados en sopas y potajes me entraba bien, pero como fuera un filete o un bocadillo… Creo que mi madre se pasó dándome de ese aceite, porque ahora no hay quien me pare comiendo.
Bacalao con alcaparras
INGREDIENTES
- un lomo de bacalao fresco de 400-500 g, limpio y sin espinas, pero con la piel
- 250 g de papas peladas
- 50 ml de mahonesa casera suave
- 2 cucharadas de alcaparras
- aceite de oliva virgen extra
- sal marina gruesa
- orégano
- una cucharadita de cúrcuma
- pimienta negra molida
ELABORACIÓN
1º) Cuece las papas hasta que estén muy tiernas. Escúrrelas, añádeles 3 cucharadas de aceite, la cúrcuma y un poco de sal. Aplástalas con un tenedor, pero sin que se haga un puré demasiado fino. Ha de tener una textura algo grosera. Reserva.
2º) Corta el bacalao en 2 trozos y salpimiéntalos ligeramente. Calienta una sartén, añade 1 cucharada de aceite y coloca los dos trozos de bacalao con la piel hacia abajo. Cocínalos a fuego alto durante 2 minutos, hasta chamuscar un poco la piel. Entonces, pon el fuego a media temperatura, tapa la sartén y deja que se cocine al vapor durante unos 7-8 minutos o hasta que veas que las lascas del pescado se van separando. Todo dependerá del grosor del lomo de bacalao.
3º) Monta el plato. Para ello, coloca un par de cucharadas del puré de papas en un plato y, encima, pon el trozo de bacalao. Cúbrelo con una cucharada colmada de mahonesa, añade las alcaparras y el orégano y sirve inmediatamente.
¡A disfrutar de este bacalao con alcaparras!
Ohhhhhh ¡Que pintaza! Me encanta el bacalao, lo hago muchísimo y de esta forma no se me va a escapar. Un abrazo.
A nosotros en casa también nos gusta mucho el bacalao. Bueno, cualquier pescado, la verdad, pero el bacalao queda genial con mucha clase de preparaciones. Anímate a hacerlo, Esther. Ya has visto qué facilón.
Muacccc
Ains qué rico! claro tenéis pescado tan rico que no hace falta complicarse. Me encanta la receta! bueno ésta y todas!
Besotes
Ana, si no encuentras bacalao fresco o es caro, hazlo con algún pescado blanco con un poquito de grasa. Aquí tenemos el cherne, pero podría valer el besugo, la merluza incluso, que a veces está a muy buenos precios. No te quedes sin hacer alguna receta por no encontrar bacalao. Prueba con alguno que tenga un lomo gordito.
Besitos
¡Que buena idea! Me encanta el bacalao, sea fresco o desalado, y nunca se me ha ocurrido cocinarlo con alcaparras. Pero me quedo con la idea.
Feliz día.
La mahonesa casera y las alcaparras le dan un toque divino. Fíjate qué plato tan sencillo y rápido de hacer. Cuando lo pruebes, ya me dirás si no es para que guste a todo el mundo.
Besitosssssssssssss
Una exquisitez, una maravilla de receta que entra por los ojos….(y no es porque como fotógrafa seas muy, pero que muy buena…), nada más hay que leer el paso a paso y comprobar ése bacalao fresco para que se apetezca a la voz de ya. La lástima, en mi caso, es la dificultad de encontrar bacalao fresco de ésa categoría. Ya sabes, por estos mares, “pescaito”…..Pendiente queda la receta para poder probarla. Gracias.
Antonia, prueba a hacerlo con cualquier pescado blanco del que puedas sacar un lomo gordito. Pienso en cherne (creo que por ahí tienen algo parecido y que llaman “cherna”, ¿puede ser?), rodaballo, merluza incluso… Lo importante es el sencillo método de hacerlo primero a fuego fuerte para chamuscar la piel y que traspase ese aroma al resto de la cocción al vapor. Las alcaparras le van que ni pintado, oye. Me sorprendió muy gratamente.
Gracias, reina.