¿Una tarta? Sí, es una tarta salada. Esta receta no es una receta, es una corazonada; es un blues a las tres de la mañana, un soplo de brisa marina en pleno mediodía de verano, un abrazo cuando tienes frío en la cama… No lo digo yo, lo dice mi alma.

 

Soy una loca del hojaldre, aunque no lo suelo comer porque soy consciente de que está cargado de grasas saturadas, además de que la mayoría están hechos con horrendas margarinas. A mí me gusta el buen hojaldre, el que lleva mantequilla y forma muchísimas y finas capas crujientes que se desparraman por el plato hasta que te lo llevas a la boca. Y me gusta muy tostadito. ¡Mucho! No lo suelo comprar ni comer, pero hoy he hecho una excepción, porque esta tarta merecía ser una salvedad.

 

Es una receta que no tiene ninguna dificultad y que está tan buena… No tienes excusas para no hacerla. En menos de cuarenta minutos la preparas, la horneas y la tienes sobre la mesa. Puedes hacer una gran tarta o puedes hacer tartas pequeñitas e individuales (cosa que te recomiendo si estás pensando en hacerla para estas próximas fiestas navideñas). Puedes cambiar los ingredientes, pero, déjame que te diga que esta combinación es realmente deliciosa y creo que puede gustar a todo el mundo. Y no, no es picante. Es alegre y picarona, apta para todos los públicos. No quiero olvidarme de decir que la receta que ves en las fotos, para dos o para cuatro personas, según sea plato único o entrante, costó menos de 5€. ¿Dónde vas a encontrar este chollo si no es practicando cocina casera? 

 

Tarta de cebolla, manzana y queso majorero

 

INGREDIENTES (1 placa rectangular de hojaldre):

• una placa rectangular de hojaldre (con mantequilla, no con margarina)
• 3 manzanas (usé 2 golden y una red delicious, porque eran las que tenía en casa)
• 1 cebolla morada mediana
• 75 g de queso majorero curado y untado con gofio (ya te lo explicaré otro día)
• 2 cucharadas de mermelada casera de cerezas
• 2 cucharadas de salsa de chiles dulces
• sal marina gruesa
• pimienta negra recién molida
• tomillo seco
• 1 cucharada de aceite

 

ELABORACIÓN:

1º) Corta la cebolla en juliana y póchala con la cucharada de aceite y un poquito de sal y pimienta. Reserva.

2º) Mezcla la mermelada de cerezas con la salsa espesa de chiles (es agridulce y agripicante). Reserva.

3º) Corta el queso en rectángulos de 0,5 cm de grosor. Reserva.

4º) Lava, pela y descorazona las manzanas. Córtala en mitades y, luego, en láminas finas. Reserva.

5º) Corta la placa de hojaldre en dos rectángulos y colócalas sobre papel de hornear en la bandeja del horno. Pinta los rectángulos con la mezcla de la mermelada y salsa de chiles, reservando un poquito para pintar las manzanas al final. Pasa un cuchillo muy afilado por el hojaldre dibujando un rectángulo interior que diste 1,5 cm hasta el borde. No hay que cortar, solo marcar.

6º) Reparte la cebolla en los dos rectángulos de hojaldre y dentro del rectángulo delimitado por el corte. Coloca las láminas de manzana a tu gusto y, encima de ellas, haz una fila con los trocitos de queso. Pinta las láminas de manzana con la salsa de mermelada y chiles que reservaste y espolvorea un poco de tomillo seco.

7º) Hornea durante 18 minutos a 180ºC con la función ventilador. Debe quedar doradito.

8º) Saca del horno, añade algunas ramitas de tomillo, deja que pierda el exceso de calor, corta en cuadrados y sirve con una buena ensalada de hojas verdes y frutos secos.

 

 

A tener en cuenta:

 

• Yo he utilizado hojaldre refrigerado y hecho con mantequilla. No tengo paciencia para hacer hojaldre y, la verdad, esta receta es un capricho. Si hay que ponerse a hacer hojaldre, prefiero preparar unas papas fritas con huevos y pimientos verdes.

 

• La salsa agridulce y agripicante se basa en una mermelada de cerezas casera y una salsa de chiles dulces con un toque picante que suelo comprar en uno de los muchos supermercados asiáticos que tenemos en la capital grancanaria. No suelo consumirla sola, sino que normalmente la uso mezclada con mis propias salsas y, sobre todo, con mermeladas. Es una salsa ideal para pintar carnes blancas o rojas, pescado y verduras, especialmente si las horneas. Insisto en que el picante de esta receta es totalmente aceptable incluso para paladares delicados.

 

• Yo empleé las manzanas que tenía en casa en ese momento. Sé que la red delicious, dicen, no es la más apropiada para hornear, pero era la que tenía y no soy yo muy tiquismiquis con esas cosas. Puedes usar la que más te guste a ti para hornear, pero, recuerda, que no deben ser manzanas que suelten demasiado jugo. Deben quedar enteritas y tener un toquecillo ácido.

 

• El queso majorero es la crème de la crème de los quesos canarios y, disculpen mi atrevimiento, del mundo entero. Y conste que no lo digo solamente yo, que quizás fuera poco imparcial, sino gente muy entendida en estas cuestiones. Si no lo has probado nunca y eres quesero, estás dejando de vivir, de soñar, de subir a la luna y disfrutar hasta el infinito y más allá. No exagero. Pruébalo. Te recuerdo, por si no lo sabes, que se trata de un queso de cabra. Las cabras de Fuerteventura son especiales. ¡Están muy locas! Este es un queso majorero curadito, sin pasarse, y untado con gofio. Si no tienes a tu alcance queso majorero, usa cualquier queso de cabra curado. Por favor, rulo de cabra, no. Queso con fundamento, ¿de acuerdo? En tu tierra debe haber algún quesito rico de cabra, así que búscalo. Basta un cachito. Recuerda que el queso de cabra no se funde como el de vaca y de eso se trata, de que permanezca enterito y no se desparrame por toda la tarta.

 

¿Qué…? ¿Te estás resistiendo? Déjate ir, mi niño, que vivimos un puñado de días y, para sufrir, ya tenemos los telediarios.