Cuando alguna persona me dice que no come papas, «porque engordan», me dan ganas de tirarme de los pelos. Bueno, de tirar de los pelos a quien lo dice. Las papas no engordan por sí mismas, salvo que comas un kilogramo cada día. ¿Lo haces? ¿No? Pues puedes comer papas sin miedo, pero sin pasarte. Más engorda el bol de all i oli que te ponen en las mesas de los restaurantes para «engodar» y que pidas más pan y más cervecita. Si es que listos los son un rato… Volviendo a las papas: tengan mucha precaución quienes tengan problemas de diabetes o de intolerancia a los hidratos.
La papa es un tubérculo, familia de las solanáceas, originario de Sudamérica, desde la que se extendió hacia las Islas Canarias y de aquí a España. Desde España se introdujo en toda Europa y luego hasta América del Norte, Asia, África… En el Altiplano Andino, se consume este tubérculo maravilloso desde hace unos 8000 años, de ahí que Perú sea uno de los países con mayor variedad de papas del planeta. Cuando se introdujo en Europa, hubo muchas reticencias a comerla, por lo que se le daba a los animales, como forraje. Hoy en día, se cultiva y se come en casi todos los países del mundo y podemos decir que en muchas ocasiones ha sido la salvadora en muchas situaciones de hambruna. Es uno de los alimentos más importantes para el ser humano. ¿Qué haríamos en las Islas Canarias sin nuestras papas arrugadas con mojo o en España, en general, sin la tortilla de papas? Creo que la gastronomía de España está íntimamente ligada a la papa, como la de Italia lo está al trigo con el que hacen su pasta. Pero, ¿sabías que China es el país que más terreno de cultivo destina al cultivo de la papa? A mí me resulta sorprendente, dado que en los platos asiáticos la papa no es un ingrediente habitual.
En cuanto a la palabra española, la primera en usarse fue «papa» directamente extraída de la lengua quechua y es la que usamos en las Islas Canarias y en una parte de Andalucía, así como en el resto de países hispanohablantes de Sudamérica. «Patata» fue una fusión entre la palabra «papa» y la palabra «batata«, tubérculos que llegaban a ser confundidos en aquellos momentos. Las diversas lenguas de España asumieron esta denominación, al igual que el inglés, portugués, griego, italiano, noruego, sueco e incluso el árabe… Los franceses prefirieron ser un poco más originales y, como la papa se les parecía en textura a una manzana (pomme) y crecía en la tierra (de terre), la llamaron «pomme de terre». De los franceses tomaron la palabra los alemanes, holandeses, daneses, rumanos, búlgaros, etc. Curioso, ¿verdad?
La papa contiene muchísimo almidón, muy beneficioso para la piel, así como son ricas en potasio y otros minerales, en vitamina C y en hidratos de carbono. Te cuento algo: 100 g de papa cocida tienen solo unos 20 g de hidratos de carbono y 86 kilocalorías. La papa es muy saludable, siempre que esté cocinada, y no deberíamos excluirla de nuestra dieta por falsos mitos. Además, están buenísimas de todas las maneras, como esta que hoy te traigo.
A medida que pasan los años, me siento con una mayor inclinación a cocinar con menos prejuicios, menos normas, menos recetas. Prefiero más imaginación, más «de lo que tengo en casa» y más improvisación. Esta receta es fruto de mi deseo de cocinar de manera sencilla, ágil, con lo que tengo en casa (de temporada, normalmente) y según lo que me apetece en el momento. Tengo que reconocer que cada día me irrita más tener que hacer recetas complejas y que no admitan variaciones. Me molesta tanto que termino no haciéndolas. Me aburren. Siento mucho si a los cofrades de las tradiciones les parezco irrespetuosa, pero mi tiempo es oro y mis deseos, más importantes que cualquier tradición.
Papas zalameras
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=» icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] INGREDIENTES (para 4 personas):
- 20 papas pequeñitas y nuevas (4 por persona), peladas y lavadas
- 4 cucharadas de guisantes frescos o congelados
- 4 huevos
- 2 cebollas groseramente picadas
- 3 cucharadas de tomate concentrado o de passata
- 4 dientes de ajo pelados
- 1 cm de jengibre fresco pelado
- 1 cucharadita de copos de guindilla seca
- 1 cucharada de pimentón ahumado
- 1/2 cucharadita de comino en polvo
- pimienta negra molida
- 50 ml de vino blanco seco
- 125 ml de caldo/agua
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- sal marina gruesa
[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=» icon_top_gradient_background_color=» icon_border_color=’undefined’ title=» title_color=» title_size=»] ELABORACIÓN:
1º) Maja los dientes de ajo con el comino, el jengibre, un poco de sal gruesa, los copos de guindilla, la pimienta y el pimentón. Calienta una cucharada de aceite en una cazuela ancha y añade esa pasta. Sofríela durante unos segundos y hasta que comiencen a apreciarse el aroma. Retírala de la cazuela.
2º) Calienta la otra cucharada de aceite y sofríe la cebolla hasta que esté transparente. Añade la passata y las papas peladas, lavadas y enteras. Rehógalas unos 3 minutos. Luego, añade la pasta de ajo y especias, mezcla bien y echa el vino blanco. Sube el fuego y deja que el alcohol se evapore. Vierte el caldo caliente, baja el fuego a 4 de 10, tapa la cazuela y deja que se cocinen las papas con el vapor durante unos 7-8 minutos.
3º) Cuando las papas estén prácticamente listas, añade los guisantes, sube ligeramente el fuego y rectifica de sal si es necesario. Deja la cazuela destapada para que la salsita reduzca y se concentren los sabores. Con unos 3 minutos debería bastar. Deja reposar.
4º) Mientras las papas reposan, fríe los huevos.
5º) Sirve cazuelitas individuales con su huevito encima o, bien, una cazuela grande con el guiso de papas y los cuatro huevos. Puedes espolvorear un poco de perejil, si quieres.
Los que dicen que las papas engorda, son los mismos que coquetean a menudo con cupcakes, cookies y mueslis. Una paradoja en sí misma bañada de postureo y desinformación total. ¡Angelicos!
Se ven tremendas Laura!
Sí Laura, dentro del mismo saco cabe lo de que «el pan engorda» . Esta receta me recuerda a los guisos de nuestras madres, creo recordar uno de papas compuestas que tenía ese aire. Ahora, el nombre de estas me encanta, papas zalameras… Besos.
Chiquilla que plato tan rico! Que ingrediente tan bueno y con el que podamos hacer tantas recetas. Efectivamente engorda si te inflas a comer papas o según con que lo acompañes….Yo sin papas y sin pasta no puedo vivir!
Muy buenas tus improvisaciones!
Besos
Este plato tiene que estar de miedo!!!! Me encanta la combinación de especias!! Me lo llevo!!! Besitos
Las patatas estan exquisitas y les pasa como al pan, !!!que mala fama!!! No conocia este plato, me encanta, lo del huevo es el colofon!!! Mi madre decia que habia que cocinar con buenos ingredientes.
Feliz dia. Bssss desde Almeria
Me encantan las patatas y no podría prescindir de ellas y si ya me las pones con el huevito te hago la ola!!! Tengo por seguro que probaré estas patatas zalameras, aunque no sea con papas canarias si con gallegas de la huerta! Para dejar la cazuela limpia!!! Besiños.
Laura seguro que en esas dosis no engordan? Es que en los ingredientes leo «20 papas pequeñitas y nuevas por persona, peladas y lavadas»…….Un beso
Ayyyyyyyyy, madre… jajajajajajajaj Me faltaron los paréntesis. Reseñé arriba del todo que los ingredientes eran para 4, pero abajo, al corregir la distinción individual de la del número total de comensales, se coló lo de por persona. ¡Gracias Vicky! Si no me lo dices, así se queda y 20 papas, por muy pequeñitas que sean, por persona es una burrada. jajajajajajajaja
¡Eso me gusta, que lean! Besitos y muchas gracias. 😉
a ver niña, cuándo me invitas a Canarias y para más señas a tu casa a probar estos platos? no sé porqué no te tengo en la lista de blogs frecuentes y por eso no vengo a vistarte, voy a poner remedio ya a eso. Un besazo
La verdad es que tiene una pinta impresionante y el blog también
Saludos
Gracias Pau. ¿Nunca habías entrado?
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La acabo de terminar de hacer…y están estupendísimas.!! No se si podré esperar a que llegue el resto, porque huelen de maravilla. No tenía vino blanco, pero tenía un cava de esos que se quedan de navidad y eso le puse. Gracias Laura por la receta. ¡¡Y muyyy económica!!
jajajajajajaja Me alegra que te gustasen. Yo soy «doñaplatoseconómicos», por ahorrar y porque son muy sencillos de hacer. ¡Y siempre riquísimos!
Ayer las hice, qué deliciaaa!
Gracias, besazosss!
Flori
¿Les gustaron a todos en tu casa? ¡Me alegro, Flo! ¿A que son la caña y superfáciles? Mis platos preferidos siempre.
🙂