Habas con jamón y un huevito, por favor: mi simple revisión de un delicioso clásico

 

Me gustan los platos tradicionales. Me encantan. Disfruto mucho con el sabor del recetario tradicional de cada país y, como no, el de cada uno de los territorios de España me parece soberbio. Algo que habría que proteger, incluso blindar para evitar que se pierda. Me apena enormemente ver que la gente no hace ya esas comidas que hacían nuestras madres, nuestras abuelas… Mujeres, no chefs con estrellas Michelin. Grandes cocineras que nos enseñaron a apreciar los buenos alimentos, enfundadas en sus mandiles con volantes y flores, nunca negros y “elegantes”, siempre entregados a las manchas del trajín de una cocina. Ahora, los nuevos tiempos nos dicen a golpe de tv shows que la verdadera cocina es la de esos hombres sesudos e impecablemente ataviados con pulcros delantales, chefs que parece que no tuvieron madre ni abuela y que nos aleccionan avisándonos sobre el verdadero saber culinario, ese que solo existe en sus impresionantes cocinas de acero. Esos señores, varones claro está, nos informan de que el plato más apetitoso debe estar conformado por un “aire de…” o por unas perlas de gelatina que saben a je ne sais quoi. Con todos mis respetos a esos chefs, yo prefiero sentarme a comer en un restaurante en el que no tenga que susurrar al hablar y en el que no me dé vergüenza no saber para qué sirve cada uno de los nueve tipos de tenedores que han colocado concienzudamente sobre la mesa. Con su permiso y sin rencores, a mí que me inviten a unas habas con jamón y un huevito, por favor.

Habas con jamón

[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=” icon_top_gradient_background_color=” icon_border_color=’undefined’ title=” title_color=” title_size=”] INGREDIENTES (2 personas):

  • 2 puñados de habas frescas tiernas y sin la vaina (habitas)
  • 4 lonchas de jamón serrano (mejor si está curadito)
  • 2 huevos
  • 2 papas medianas
  • 4 zanahorias pequeñas (un poquito más grandes que las baby)
  • 3 dientes de ajo grandes
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal marina gruesa
  • pimienta negra molida

 

[icon_list_item icon=’fa-long-arrow-right’ icon_type=’transparent’ icon_color=” icon_top_gradient_background_color=” icon_border_color=’undefined’ title=” title_color=” title_size=”] ELABORACIÓN:

1º) Lava muy bien las zanahorias, retírales el tallo con sus hojas si las tuvieran.

2º) Pon agua a hervir y escalda las zanahorias y las habitas durante 3 minutos. Escúrrelas y sumérgelas rápidamente en agua fría (así no pierden sus preciosos colores, naranja y verde).

3º) Pela las papas y cuécelas en agua con sal hasta que estén a tu gusto. Resérvalas.

4º) Saltea las zanahorias a fuego alto, con un poquito de sal y pimienta, hasta que estén algo doraditas y al dente.

5º) Pela los ajos, pícalos y dóralos ligeramente en una sartén con 1 cucharada de aceite. Incorpora las habas y saltéalas con sal y pimienta un par de minutos.

6º) Mientras salteas las habas, escalfa los huevos. Para ello, yo hiervo agua y, justo antes de cascar el huevo y echarlo en el agua, remuevo el agua para que forme un remolino. Al echar el huevo, el remolino de agua hace que la clara envuelva la yema y se quede más “presentable”. Unos 90-100 segundos deberían bastar para que la clara se haga y la yema se quede líquida y jugosa.

7º) Calienta una sartén, añade las lonchas de jamón y haz que rezumen la grasita durante 5 segundos.

8º) Monta el plato: coloca las habas en un montoncito, las zanahorias al lado, la papa y las lonchas de jamón. Coloca el huevo escalfado encima de las habas, riega con un poquito de aceite aromatizado, si tienes, y espolvorea con un poquito de pimienta el conjunto. ¡Que disfrutes!

Cada vez que miro el plato churreteado por la yema del huevo, no hago más que salivar. ¿Y tú?

A tener en cuenta:

  • Llamo habitas a esas habas porque son muy chiquititas y tiernas. Puede decirse que casi no tienen piel, así que no había que retirársela, cosa que siempre me ha parecido un engorro de lo más fastidioso. Son de la finca de mi madre y fueron recogidas el día anterior a hacer este plato tan maravilloso.

 

  • Mi técnica para hacer el huevo escaldado no es mía. ¡Ya quisiera yo! A mí no se me ocurren esas genialidades tan cómodas. Se lo vi hacer a Jamie Oliver en uno de sus programas Jamie’s 15-minute mealsEs uno de mis programas favoritos sobre cocina: rápidos, coloridos, sabrosos y con buenos ingredientes.

 

  • No cocines el jamón, porque lo estropearías. Se trata solo de “hacerlo sudar” para que case mejor con el conjunto. No tiene que ser un jamón carísimo: ese resérvalo para comerlo en finas lonchas acompañado de una fabulosa copa de vino. Cada oveja con su pareja, que decía mi abuela.

 

  • Sí, ya sé que las habas con jamón solo llevan habas y jamón, pero por eso dije en el título que estaba revisando el clásico y yo, los clásicos, con huevito siempre mejor. Además, añadí las zanahorias pequeñitas y la papita para construir un plato completo. Si tú prefieres ponerte morado con habas y jamón a palo seco, pues… ¡Adelante!

Habas frescas y tiernas

 

 

Este post incluye publicidad sobre servicios y productos que yo suelo demandar y/o adquirir.

6 Comentarios

  1. Victoria Casas

    Te doy la razón en como han complicado los sesudos chef el disfrute de cocinar y de comer. Porque si complicadas son esas esferitas y “aires de”, igual de complicado son de comer. Hace poco veía un programa sobre un restaurante, creo que era el de David Muñoz, que te obligaban a saborear el plato en un orden determinado, Quemaban ramitas de no se que, que tenias que oler antes de llevarte a la boca el tenedor, era todo de tal complicación que a mi me generaba mas estres que curiosidad por probarlo. La simpleza de unas habas tiernas con jamón es un lujo que pocos se pueden permitir, al menos en nuestra tierra porque no se consigue facilmente habas frescas en nuestros mercados. ¡Que sigas disfrutando del lujo de tener la finca de tu madre!,

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    • Laube Leal

      ¿No consigues habas frescas? La casualidad que el sábado pasado las vi en el Mercado Central y suelo verlas también en el Mercado de San Lorenzo. Vienen con vaina, eso sí, y hay que desgranarlas, pero cunden más que los guisantes. 😉

      Has empleado la expresión correcta: comer en esos restaurantes tan dirigidos genera más estrés que curiosidad. Para mí comer, después de ser necesario para la nutrición del cuerpo, es un acto de esparcimiento, de ocio, de relax. Si me saturan de cubiertos y copas la mesa, me obligan a hacer esto o lo otro y, además, montan un show alrededor, yo me enroco. Eso no deleita, sino, como bien dices, estresa. Eso no puede ser bueno y encima tienes que pagar dinerales. ¡Quita, quita…!

      Gracias por la visita, Victoria.

      Responder
  2. Ana

    Pues es verdad, las mújeres siempre han estado detrás de los fogones y a veces se nos olvida ese mérito. Los platos tradicionales son lo mejor, aunque como la cocina es infinita y a los que nos gusta innovemos y fusionemos ingredientes y recetas de otros países/culturas.
    Me encanta el plato, sencillo pero bien completo, aunque seguramente sustituya esas habas por guisantes…las habas no me acaban de convencer,,,aunque puede que esas tuyas del huerto sea otra cosa.
    Besos Laura!

    Responder
    • Laube Leal

      Pues sí, Ana. Despues de que durante miles de años las mujeres hayan sido las que encargadas, gustasen o no, de cocinar lo que se comía, ahora parece que vienen 4 hombres y son los que deciden lo que está bueno y lo que no. En fin, me parece una soberbia estupidez. Que cocinen es genial, pero si lo hicieran en casa, estaría mejor. Ellos se llevan las estrellas cocinando estupideces en restaurantes divinos, por mero placer (dinero y reconocimiento social) y las mujeres seguimos devanándonos los sesos para saber qué preparar cada día de la semana, que sea sano, que no repita y que no nos vacíe los bolsillos. Sí, ya veo que la igualdad es un hecho. 🙁

      ¿No te gustan las habas? ¿Ni así fresquitas y tiernas? Seguro que te gustarían. Cuando están más gordotas son más fuertes de sabor, pero así de chiquititas y frescas, son deliciosas, con ese punto amarguito que me encanta. Pero con guisantes este plato estará igualmente delicioso. ¡Seguro!

      Besitossssssssssssssssssssssssssss

      Responder
  3. cristina

    me encanta el plato, sencillo pero bien rico, ese huevo se ve super apetecible¡¡.
    besos crisylaura

    Responder
    • Laube Leal

      En casa nos encanta y eso que a Marc las habas no le fascinan. 😉
      Gracias, chicas.

      Responder

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