Este bundt cake es una delicia y su particularidad es que no lleva mantequilla, sino aceite de oliva. El limón y el aceite de oliva son amigos inseparables y, si además, le unes el bendito chocolate, por dentro y por fuera, en forma de cobertura de aspecto brillante y sabor muy potente, resulta un dulce de categoría celestial.
En este blog puedes encontrar bastantes bizcochos de limón y es que tengo que reconocer que es uno de mis sabores favoritos en la gastronomía en general y en la repostería en particular. Todo sabe mejor si tiene un poco de limón, ¿verdad? El limón no solo aporta un sabor cítrico que combina muy bien con otros sabores, sino que, además, su aroma es tan fresco que pocos pueden resistirse. Yo creo que incluso nos transporta a nuestras infancias, en las que no había tantos sabores como ahora, ni mucho menos tantos ingredientes. Nuestras madres y abuelas usaban el limón como sabor casi exclusivo en numerosos postres. Yo sigo apreciándolo mucho. ¿Y tú?
¿Mantequilla o aceite?
No tengo problema en usar la una o el otro según sea lo que quiero hacer o que predomine como sabor. La mantequilla aporta una jugosidad maravillosa a los bundt cakes, pero también un sabor más insistente y el bizcocho se vuelve un tanto pesado, además de graso y calórico.
Cuando quiero hacer predominar el sabor cítrico y fresco del limón, me gusta especialmente el aceite de oliva virgen extra. La propia acidez del aceite de oliva hace que resalten los matices alimonados y, me parece a mí, se notan más los aromas de esta fruta tan maravillosa. Así que, si te gusta mucho el limón o quieres que sobresalga en algún postre, ayúdate de un buen aceite de oliva virgen extra.
Por cierto, el aceite de oliva virgen extra es un buen aliciente para muchos otros ingredientes y sabores. Tengo en pendientes enseñarte un postre que suelo pedir en un restaurante que me gusta mucho y eso que yo no suelo pedir postres después de comer. Sin embargo, este… ¡Es mágico! A ver si lo hago y lo fotografío para enseñártelo.
Un bizcocho consistente y saciante
En mi familia hay dos bandos en cuanto a bizcochos: los que los prefieren esponjosos y vaporosos y los que se mueren por bizcochos densos para poder disfrutarlos más lentamente y, sobre todo, mojándolos en sus cafés con leche, sus chocolates calientes o sus tés. Yo, por mi parte, disfruto mucho de queques muy aireados y esponjositos (sobre todo si son de limón), pero reconozco que a menudo prefiero los que hay que morder y aquellos que tardas un rato más en zampártelos. Me gusta más un bizcocho que no se desmenuza al cortarlo y que dura unos cuantos días en buen estado si se tercia, cosa que no pasa con los bizcochos muy esponjosos.
¿A ti cuáles te gustan más?
La receta de este bundt cake de limón y chocolate con cobertura de chocolate intenso
INGREDIENTES (12 o 14 raciones)
a) Para el bundt cake (la medida es la taza medidora de 125 ml)
- 4 huevos grandes
- 3 vasos de azúcar blanquilla
- 3/4 vasos de aceite de oliva virgen extra
- 4 vasos de harina de repostería
- 10 g de polvos de hornear (levadura repostería)
- 4 g de bicarbonato
- 1 limón grande (el zumo y la ralladura de la cáscara)
- 1 vaso de requesón de cabra
- 3 cucharadas soperas de cacao puro en polvo
- un pizco de sal marina fina
b) Para la cobertura
- 150 g de chocolate negro sin azúcar y con un alto porcentaje de cacao
- 30 g de mantequilla sin sal
- 120 ml de nata
- un pizco de sal marina fina
- ralladuras de la cáscara de un limón
ELABORACIÓN
1º) Empezamos el bizcocho. Bate los huevos con un poco de sal y el azúcar. Cuando estén montados, añade el aceite y, con el accesorio “pala”, continúa batiendo y agregando el zumo y la ralladura del limón y el requesón previamente batido y aireado.
2º) Añade la harina (con la levadura en polvo y el bicarbonato) tamizada y mezcla con cuidado con una espátula, haciendo movimientos circulares y envolventes.
3º) Dividir la mezcla en dos y añade el cacao tamizado a una de ellas. Mezcla con cuidado y reserva.
4º) Engrasa bien el molde tipo bundt con un spray para desmoldar.
5º) Vierte la mezcla blanca en el molde y, seguidamente, vierte la oscura, haciendo un anillo en el centro de la blanca. Con un palillo largo, remueve en forma circular la parte del chocolate. Da unos golpecitos con el molde sobre la encimera, para evitar cualquier burbuja y hornea a 170ºC durante 50-55 minutos o hasta que, al introducir un palillo de madera, este salga limpio.
6º) Haz la cobertura. Mientras el bizcocho está en el horno, calienta la nata. Cuando vaya a hervir, apártala del fuego, añade el chocolate, la mantequilla y la sal. Cuando el chocolate se haya fundido, mezcla bien hasta lograr una crema de chocolate oscura, densa y muy brillante. Deja que entibie.
7º) Cuando saques el bizcocho del horno, dale 10 minutos antes de desmoldarlo. Verás que así sale prácticamente solo. Menea el molde en todas las direcciones y, cuando notes que está completamente despegado, dale la vuelta sobre una rejilla hasta que se enfríe.
8º) Cuando el bizcocho esté frío, remueve bien la cobertura (que deberá estar a unos 25-30ºC) y viértela sobre aquel. Si quieres que quede desparramada haciendo formas como de gotas escurridas, intenta que esté un poco más caliente (en consecuencia, más líquida). Si quieres que quede con forma de ondas, la cobertura deberá estar entre 25 y 30º. Incluso puedes verterla de dos veces: la primera, cuando la cobertura está más caliente, para que forme una maraña de gotas escurridas y, luego, cuando se haya enfriado esta capa, vertiendo más cobertura más tibia por encima. Experimenta y busca tu forma perfecta.
9º) Antes de que la cobertura se enfríe del todo, esparce ralladura de limón por encima, para darle un toque más cítrico y una decoración más en sintonía con el sabor del interior.
Puedes ver otros bizcochos y bundts en mi blog, como el maravilloso de chocolate y café, el de doble chocolate con frutos del bosque, este de requesón y limón o este otro también de café y chocolate.
Hay mucha gente que hace bizcochos y bundts y, la verdad, yo no me considero una experta, aunque creo que me salen bastante ricos. Yo destacaría, por si quieres echar un vistazo en las recetas de verdaderas especialistas, la fabulosa web I love bundt cakes y El rincón de Bea. Pero, hay muchas otras webs impresionantes.
Qué bonito Laura!!! No he probado la combinación de limón y chocolate y me intriga!!! Me la apunto! Besitos.
¿Nunca has hecho la combinación de limón y chocolate? ¡Corre, chiquilla! Es divina si te gustan los sabores cítricos. Te lo aseguro. Gracias por visitarme, Patricia.
Buenos días Laura.
Ayer me acosté con la imagen de este bundt cake en la memoria, así que ahora vengo a verlo y me encantaría tener un trocito para el desayuna, aunque no va a poder ser.
Estoy de acuerdo contigo en dos cosas, en el limón, me encanta y además en cuanto leí anoche el titulo de la entrada lo primero que pensé fue en lo que le gusta a esta niña el limón jaja y en lo del aceite de oliva, al igual que tu, siempre que puedo intento sustituirlo, ahora me toca aprender a sustituir unas harinas por otras y en lo que no estoy de acuerdo es en los postres, si pudiera empezaría por ellos.
En casa gustan más los esponjosos, aunque tampoco le hacen ascos a los densos, les gusta todo.
y ya me voy no sin antes volver a dar un garbeo aunque sea virtual por tu Bundt que se ve delicioso.
Un besazo tesorete.
¡Me encanta el limón! ¡Y el amarillo! ¡Y los aromas cítricos! ¡Y pensar en limones! Es cierto que todo lo que rodea al limón me evoca muchas sensaciones. En repostería, es esencial, porque, al no ser demasiado golosa, necesito algo que refresque el sabor del azúcar y el limón lo arregla en un plis plas.
Siempre hay un momento para cada tipo de textura, ¿verdad?
Gracias por pasarte, Mercedes.
Muacccccc
¡Oh, qué bueno! Tiene una pintaza. Me gusta además la combinación de sabores. A ver si me da tiempo de probarlo antes de que lleguen los calores y de vacaciones al horno.
Feliz día.
En verano no solemos tener muchas ganas de encender el horno, ¿verdad? Bueno, yo lo enciendo, aunque poco para repostería y más para hacer pan, pizzas, algún pescadito al horno con mucho limón…
Un besito, María.
La combinación de limón y chocolate negro potente es maravillosa, incluso me gusta mucho más que la conocida con chocolate.
El corte se ve espectacular.
En casa nos hemos decidido después de muchoooos bundtcakes por combinar aceite de oliva y mantequilla en las masas porque la mantequilla aporta mucha suavidad y cremosidad a las migas densas (las que nos gustan en casa) y el aceite contrarresta el punto lácteo de la mantequilla difundiendo mejor los aromas, Vamos que no nos hemos decantado ni por el uno, ni por el otro ;o)
Besos,
Palmira
Tienes toda la razón en que el aceite de oliva suaviza el sabor lácteo y difunde mejor los aromas. Es casi como un difusor, ¿verdad?
¡Vivan los bizcochos apretaditos!
Un besito, Palmira.